Uno de los principales problemas de la descomposición social en México es la impunidad, por eso se multiplica la corrupción. Urge que funcione el sistema de justicia, el descontrol político permite la impunidad. Otro de los problemas que enfrenta nuestro país es la venta ilegal de gasolina, los ladrones llamados huachicoleros, perforan las tuberías para vender el combustible en el mercado negro, muchos, a la vista de policías y de militares, la comercializan hasta en E.U y Centroamérica. La ordeña se ha salido de control, la pérdida conlleva más de mil millones de dólares al año. El estado de Puebla se ha convertido en el centro de la crisis, los ladrones son vistos como Chucho el roto, el que robaba a los ricos para darle a los pobres. Reparten regalos por los pueblos, televisores, electrodomésticos y hasta les pagan servicios médicos, incluso ya tienen canciones como los narcocorridos. Roban más de 5.5 millones litros de combustible, incluso secuestran los camiones cisterna de Pemex. El robo de gasolina se incrementó durante el gobierno del Presidente Felipe Calderón, cuando le declaró la guerra al crimen organizado, al desmantelar las organizaciones de narcotráfico, se multiplicaron los grupos delictivos más pequeños que diversificaron las actividades criminales y aumentó el robo de gasolina. El robo se volvió un negocio muy lucrativo con el incremento de los precios del petróleo, es menos riesgoso que el tráfico de drogas, sin embargo, también implica peligros. Las perforaciones ilegales causan explosiones y ya han muerto varias personas y han quedado destruidas algunas casas tras las explosión de un oleoducto. El gobierno federal dejó que creciera este robo, en el 2009 encontraron 462 tomas ilegales, el año pasado se multiplicaron al mil por ciento, descubrieron 6873 tomas.
La corrupción es el arma principal e involucra a todos, desde los trabajadores de Pemex que les informan a los delincuentes el momento oportuno para perforar, hasta la policía que se hace de la vista gorda. La corrupción también afecta a las cúpulas; mientras crecía Banamex en E.U, los millones de dólares que el banco enviaba a México eran de procedencia dudosa, producto del narcotráfico, y no solamente de las remesas. Citigroup, junto con su matriz en México toleró durante años una cultura de negligencia al transferir dinero a través de la frontera entre México y E.U. La investigación duró años. Finalmente accedió a pagar una multa de 97 millones de dólares y admitió haber cometido una infracción penal. Un país en adolescencia como México, burla a la autoridad, como si fuera su enemigo a vencer. La clase política está vacía de valores. Nos urge cultura de legalidad.