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Compulsión a la repetición. La adicción al poder

Para entender el fenómeno llamado “Compulsión a la repetición” vamos a revisar el presente. Este es un concepto que Sigmund Freud definió para dar fundamento al impulso de los seres humanos de repetir actos y situaciones desagradables, incluso dolorosas.

La tendencia a repetir experiencias, actuaciones (acting-outs) se vuelve una necesidad del yo para controlar las tensiones excesivas y derivarlas por catarsis en sujetos con un aparato psíquico dañado por el abuso de drogas, situaciones familiares y sociales. Los afectados repiten situaciones perversas introyectadas en su aparato psíquico. La pulsión inconsciente del sujeto dañado mentalmente lo lleva a repetir más de lo mismo, dinámica conflictual en la que interviene el principio del placer contra el principio de la realidad. El fenómeno devuelve vivencias pasadas asuntos históricos e histéricos que no contienen posibilidad de placer y que no son ni siquiera satisfactorios.

La pulsión de muerte sigue ocurriendo en el Siglo XXI, se perpetúan los modelos destructivos-agresivos de lucha de poder, peleas por el territorio, como demuestran la guerra en Ucrania y la violencia en México.

La destructividad está presente en la vida cotidiana en las conductas antisociales y en las autodestructivas: adicciones, conductas de autocastigo, las relaciones masoquistas de sometimiento, hasta llegar al suicidio. La palabra agresividad suele emplearse como sinónimo de destructividad, pero la palabra puede poseer un significado positivo; una energía necesaria, vital que está al servicio de la vida, cuando la empleamos como instinto de conservación en la alimentación y en defensa propia. Incluso en la intimidad, es una forma de actividad bien empleada.

Sin embargo, una conducta agresiva puede ser aprendida y llega a ser destructiva. La vemos, por ejemplo, en familias en las que no hay diálogo. La compulsión a la repetición corresponde a los arquetipos que compartimos en el inconsciente colectivo, consiste en la reproducción de situaciones no placenteras que se guardan en la memoria del inconsciente y que son repetidas de manera consciente e inconsciente. Corresponde a los modelos que se repiten en automático, se reconocen en los lapsus lingues (lapsus brutus) en los sueños, los chistes y en los prejuicios. Además, en lo traumático, el retorno de lo reprimido que corresponde al terreno de la neurosis y en los trastornos mentales patológicos, como en el ejemplo de la transferencia que sintetiza el dicho: “Pedro la hace y Juan la paga”.

Detrás de la búsqueda de deseo subyace una situación traumática, una frustración en donde Eros y Tánatos siempre están en lucha por la vida y la muerte y participan mezclados en distintas proporciones. Resulta muy ilustrativo en la compulsión a la repetición.

Vemos en el presente el arquetipo, Putin enfermo de poder, el nuevo Hitler del siglo XXI. El dictador al que se enfrentan los ucranianos. Como un héroe su presidente llama la atención mundial por defender a su pueblo, mientras Putin amenaza a los países que apoyan a Ucrania. Enfermo de poder es capaz de destruir la mayor central nuclear de Europa con los peligros que eso supone para la humanidad en momentos en que el planeta sufre por el calentamiento. Al nuevo Hitler le interesa llevar la guerra más allá de las fronteras y provocar un conflicto mundial. Pero qué decir de México, país en el cual con tristeza vemos a un presidente que se la pasa peleándose con los periodistas y culpando al pasado con un gobierno donde prevalecen la corrupción y la impunidad.

Con tanta violencia estamos perdiendo la capacidad de asombro. Muertos y desaparecidos son cada vez más frecuentes y el crimen gobierna en los estados dominados por el narcotráfico.

Y lo que faltaba, nos quedamos paralizados con la violencia tan destructiva en un partido de futbol. Se repiten como una película los conflictos, la violencia que sufrieron en los años de la conquista y la revolución. Avanzamos en ciencia y tecnología, pero retrocedimos en humanismo, nos encontramos como el Homo sapiens a la defensiva; correr o pelear es la consigna. Me quedo con la frase de Jimmy Hendrix “cuando el poder del amor sea más grande que el amor al poder el mundo conocerá la paz”.

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