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Como escapar de la muerte

Son muchas las maneras de escapar de la muerte: usar casco cuando andas en bicicleta y mirar a todos lados antes de atravesar Delancey Street… No andar en la calle después de la seis de la tarde en Caracas… o no andar en la calle a ninguna hora en Caracas… no fumar, no comer pizza todas las noches…

Pero ¿podrán los perritos de Johnny Depp, escapar de la muerte?

El ministro de Agricultura de Australia, Barnaby Joyce, les dio el ultimátum: o envían a sus perros de vuelta a casa en California, o los matan. Resulta que Depp no declaró sus dos Yorkshire terriers al Departamento de Agricultura, cuando entró en Australia en su avión privado el mes pasado, por asistir al rodaje de la quinta entrega de la franquicia de Piratas del Caribe. Es decir que los perros no tenían la certificación adecuada ni los permisos correspondientes requeridos. Ver al ministro de Agricultura declarar a los periodistas como si se tratara de un asunto de envergadura nacional, no tiene desperdicio: «Nos enteramos de que habían tratado de colear a los perros, porque los vimos llevándolos a un peluquero de perros.»

Las sanciones por incumplimiento de las leyes de bioseguridad de Australia son graves, según el ministro de Agricultura: «El señor Depp tiene cerca de 50 horas para retirar a los perros del territorio nacional o les vamos a tener que aplicar la eutanasia».

Estas estrictas medidas pretenden impedir la entrada a enfermedades caninas como la leptospirosis, infección bacteriana y la rabia. Aparentemente mantener semejantes enfermedades fuera de Australia no es un asunto trivial: «Te diré lo cerca que está la rabia: está en Bali, justo al lado, así que esto no es fantasía y por eso estamos muy pendientes de lo que entra en nuestra nación»… «La razón por la que usted puede caminar a través de un parque sin tener que pensar en – ¿qué pasa si un perro rabioso sale y me muerde o muerde a mi hijo?- es porque nos hemos mantenido que la enfermedad fuera”, declara el ministro. Con esa tranquilidad se vive en Australia… he de excusar mi cinismo, pero viniendo de una ciudad donde en cinco meses han asesinado a 95 niños, me resulta inevitable.

Y para terminar de poner las cosas en su lugar, el ministro aclaró con expresión muy seria: “nadie puede pasar por alto las normas de bioseguridad de Australia, ni siquiera el hombre que ha sido elegido como más sexy del mundo dos veces.” Se refirió a los perros como si se tratara de dos íntimos amigos: «Es hora de que Pistola y Boo se vayan de regreso a Estados Unidos, se pueden ir en el mismísimo avión privado en que llegaron”, afirmó con sobrecogedora severidad.

Hay quien se pregunta cómo fue que Depp logró violar la seguridad fronteriza, para empezar. Por lo que el ministro de Inmigración, Peter Dutton, admite que hubo un “error” en alguna parte del proceso aduanero al dejar que los perros entraran. «Ellos deben ser examinados como todo el mundo», dijo haciéndose el justo.

Inmediatamente después, la mansión en Gold Coast donde se hospeda Depp, la rodearon los medios de comunicación en espera de algún espectáculo con los perros en cuestión. Es comprensible, se trata de un asunto de vida o muerte.

Así mismo, la petición en línea pidiendo al ministro que retire su “cruel amenaza” y salve los perros, no se hizo esperar y a la hora de las declaraciones del ministro, estaba ya firmada por más de 600 personas.

La embajada de Estados Unidos en Canberra emitió por su parte, un comunicado advirtiendo a los ciudadanos australianos, que se aplicarán estrictas medidas y reglamentos de cuarentena a los viajeros, que lo que pueden es contactar a la embajada de Australia en Washington DC para más detalles. Es decir, el asunto pareciera adquirir dimensiones de política internacional entre naciones. A falta de mayores problemas supongo…

Lianne Kent, la dueña de Happy Dogz, la peluquería canina donde Depp y su esposa Amber Heard llevaron a Pistola y Boo el fin de semana, publicó en su página de Facebook que había sido «un honor» poder atender a semejantes animales domésticos. Sin embargo no quiso dar ninguna explicación a The Guardian. Se perdió sus 15 minutos de fama.

El ministro Joyce sabe a todas estas, que la firmeza de su postura le traerá consecuencias: «Después de esto, sé que no me van a invitar al estreno de Piratas del Caribe», dijo.

Pero esta no es la única noticia que vincula a Depp con la crueldad animal: a principios de mes, activistas del bienestar animal pidieron a la ministra de Medio Ambiente, Greg Hunt, que negara el permiso de entrada a Australia a dos monos capuchinos que se suponían iban a actuar también en la nueva película de los piratas de Depp. Los activistas alegaron que la importación de los animales de los EE.UU. a Australia les causaría un malestar físico y psicológico significativo.

Supongo que después de todo este circo, los perritos encontrarán una manera bien charmosa de escapar de la muerte.

Difícil es escapar de la muerte cuando es tu hijo adolescente a quien mata el hampa en la parada de autobús a la hora en que empiezan las clases… O de la muerte de tu esposo que se envenena mientras tú duermes, o de tu padre que luego de no perdonarle su insistente pedofilia lo sacas de tu vida y él se pega un tiro cualquier Viernes en la mañana.

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