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Catalina Escobar

Catalina Escobar: Convirtió su dolor en desarrollo y salud

Catalina Escobar es a todas luces una excepción. Un ejemplo de innovación y emprendimiento, pero a su vez de resistencia y desarrollo. Sus ojos lo dicen. Ante ella hablamos con la directora de la Fundación Juan Felipe Gómez Escobar, que desde su concepción ha reducido la mortalidad infantil de Cartagena de Indias en un 80%, pero también con la madre que tras la muerte accidental de un hijo, decidió hacer de la vida, su causa. Convirtió su dolor en desarrollo y salud. Conferencista TED, ha recibido múltiples premios y reconocimientos, entre ellos el de CNN Hero en 2012. Es fellow de Ashoka Colombia y sobre todas las cosas una vida con propósito. Hoy día la organización se ha expandido. Año tras año capacita y empodera a cientos de madres jóvenes, haciendo posibles nuevas y mejores realidades. Allí donde estén los héroes para la historia, los seres que trascienden, estará el nombre de esta colombiana.

“Los verdaderos héroes tienen miedo” dijo Roberto Gomez Bolaños, Chespirito, en una entrevista. “El Chapulín Colorado estaba muerto de miedo siempre”. ¿Qué opinas de eso?

Lo que pasa es que hay un tema esencial y necesario en el ser humano: sentir miedo. Pero a su vez hay una cosa que se llama resiliencia, la capacidad de sobreponerse. Hay seres humanos que la tenemos. Hablamos de una inmensa capacidad de enfrentar las cosas, pero también midiendo los riesgos. Porque si uno no mide los riesgos jamás tendrá resultados. Cuando uno sabe que el éxito está más allá de los miedos, cuando uno lo tiene claro, uno se mete, no importa. Cuando tú lo vences, estás venciendo obstáculos. El miedo siempre se va a sentir, porque es humano.

Digamos que la primera reacción es padecer el miedo. La segunda acaso es resistirlo, pero luego de padecerlo y de resistirlo, tú diste un paso más allá y quisiste incorporarte, no solamente a salvar vidas, sino a brindarles calidad: “Acá está la pobreza, aquí hay un círculo que romper” ¿De dónde vino esa necesidad?

Una es la persona que se ha cultivado desde niña. Yo vengo de una familia de empresarios hechos a pulso en Colombia, con valores éticos y donde me enseñaron que una persona que sea exitosa, no importa cual fuera su disciplina, nunca va  a tener  short cuts. O sea tú tienes que cumplir etapas necesarias y obligatorias en la vida. No te las puedes saltar. En mi familia aprendí que hay que trabajar duro para lograr los resultados. La dignidad también es fundamental… me desespera que las fundaciones del mundo que trabajan con pobres piensen pobremente, a su vez. Tú has visto cuál es mi hoja de vida. O sea a mí me encantan los números, yo no puedo vivir sin los números. Todo lo pienso como una ecuación.

Comentas en tu TedTalk  que amas los números, además de haber estudiado Administración de Empresas.

Sí, soy administradora de empresas, tengo un minor en economía y tengo un MBA, entonces yo todo lo trato de subir a una ecuación. Ya es mecánico, numéricamente ya lo descifro muy rápido. Te digo: si una organización hace un input de pobreza con donantes pobres y con infraestructura pobre, pues la ecuación es miseria. Pero si tú le inyectas el mejor capital humano, las mejores intervenciones, los mejores profesionales y los mejores donantes, cambia la historia. Los pobres están cansados de ser pobres, Juan Luis. Están hartos. Siempre para que los atienda un médico es un problema. Yo conozco pacientes asmáticos que cada vez que van les recetan acetaminofén. La pobreza va muy rápido y los gobiernos van muy despacio. Tú no le puedes decir a un paciente: “te estás muriendo, espérate a ver qué hago, a ver qué consigo”. Es un tema de inyectarlo inmediatamente, con todos los protocolos muy claros. Yo pienso que es la mejor manera.

¿Y cómo se vence la costumbre a la pobreza? Eso que te decían con desdén: “no ese niño se murió, aquel murió el domingo”

Como esa es la situación diaria, ellos estaban permeados. Tomaban algunos pacientes como un objeto profesional y nada más. Ahora, cuando tú les preguntas: ¿Dejarías morir a tu hijo? ¿Qué tal que ese sea tu hijo? El panorama cambia. En seguida te patea. Allí involucras a la gente. Nuestra organización por más empresarial que sea, jamás deja de pensar que nuestros temas son humanos. Cuando se tiene compasión lo demás es irrelevante, por más números que haya. La compasión fortalece el amor y los propósitos.

Tienes en tu haber un porcentaje maravilloso que es ese 79% de reducción de la tasa de mortalidad en Cartagena. Tu efectividad y la efectividad del equipo fue mayor que la del Estado y el gobierno local. ¿Qué pasa cuando los individuos toman el control y empiezan a realizar las funciones que los gobiernos no están haciendo?

Nosotros somos esenciales para la sociedad. Los gobiernos siempre van a hacer lo que se pueda y sea políticamente correcto. Me han ofrecido cargos públicos y yo no puedo aceptar por una sencilla razón: callar me hace cómplice. Si yo soy líder en mí país, de una manera respetuosa, coherente y directa, tengo que ser la voz de miles de millones de niños y niñas que por ser pobres están condenados al abandono. Mi estilo de trabajo revienta, rompe y recompone. Pone las cosas a funcionar… y a que alcance el dinero. Sea mucho, poquito, mediano, tiene que alcanzar. El sueño de cada emprendedor social es convertir su trabajo en políticas públicas para que avance más rápido y así replicar, escalar las iniciativas.

Una cita tuya: “No hay nada más poderoso, que una mujer generando ingreso”

Ah, es que no hay nada más poderoso que eso. Hay una evidencia global, riquísima: cuando tú inviertes en mujeres y niñas, el desarrollo se dispara. Cuando un país progresa es porque sus mujeres progresan. Según muchos estudios el 90% de los ingresos de una mujer los inyecta a la familia, mientras que en el hombre son del 40%. Cuando una niña cursa un año adicional en secundaria, sus futuros ingresos económicos suben del 15% al 25%. Cuando tú defiendes los derechos de las niñas frente al abuso, al maltrato, a la violencia sexual, el índice se dispara, es directamente proporcional. La evidencia es muy grande. Cuando una niña, una mujer, genera ingresos, se convierte en una mujer independiente, no permite que nadie la abuse. Ese tema del empoderamiento va mucho más allá de generar ingresos, también incluye tomar decisiones mucho más maduras acerca de su sexualidad.

Bebés cargando bebés. Existe el vínculo entre embarazo precoz y pobreza, pero a su vez comentabas que parte de estos embarazos ocurren por violaciones y círculos de violencia. ¿Cómo revelan a las muchachas inmersas en esos círculos que hay una alternativa posible?

Eso es lo que nosotros decimos, que están inmersas en la pecera, en su realidad. Es lo único que han visto. Tú eres por lo que has vivido en tu infancia, ese es tu entorno. Ellas piensan que afuera de sus comunidades eso es igual, que en cualquier otra parte también es así. Pero hay un agravante. Si tú quieres ser una persona en desgracia en Colombia, tienes que llenar dos propósitos: ser niña y ser pobre. O eres enlistada en las filas de las Farc, o eres esclava sexual de las autodefensas, o eres abusada sexualmente, o madre adolecente, o persona víctima de maltrato, violencia familiar, o te estás muriendo de hambre… o todas las anteriores. Es que aparte, el país tiene un problema muy grave en términos de equidad de género. Tenemos guerra y tú sabes que donde hay pobreza, conflicto armado pues, la mujer siempre va ser el blanco de ataque.

¿Cómo viste esa realidad que tantas personas a tu alrededor, en la misma ciudad y con el mismo nivel profesional no veían? Rompiste un molde y lo sabes.

Es que yo vivo en una protesta interna, y esa protesta es el ‘no puede ser esto’. Mi familia vino de un pueblo llamado Pensilvania Caldas. Es rechiquitico, por lo que mi familia era y es de pueblo. Recuerda que nuestros pueblitos hace muchos años se desenvolvían en un ambiente provinciano y con pobreza. El hecho de involucrarnos con esa situación resultó algo primario. Yo creo que no pasa un día en que me acueste a dormir y mi último pensamiento no sea: ‘¿Cómo hago para llegarle a más gente?’ a más gente y de manera más efectiva.

Tu posición comunicacional parte del lenguaje de la posibilidad. Hablar de las cosas no solo efectiva y positiva sino posiblemente. Invitas a su replicabilidad.

Yo soy muy respetuosa de las iniciativas globales. Soy muy respetuosa del activismo. Mi TED se llama ‘To move the World, first move yourself’, en otras palabras, dejemos de criticar y de señalar. Tenga la verraquera y enfréntese. Porque si uno no toma acción, jamás va a haber un cambio, jamás va a haber una transformación. Yo he conocido muchos movimientos globales que se quedan en la conceptualización, eso está bien para que la gente diga “uy sí” para que se concientice, pero ¿Y después? ¿Quiénes son los actores? ¿Quién es la sociedad civil? El trabajo en campo es lo que hace el impacto social, con todo el respeto que merecen los movimientos globales.

Partiste de una experiencia con la muerte al compromiso con la vida. Hiciste del “deberíamos hacer” a “tenemos 10 años haciéndolo con éxito”, ¿Cómo relacionas el tema de inspirar a otros?

Es que la transformación social es maravillosa. Yo nunca pienso en que si yo inspiro a la gente, yo solamente hago mi trabajo. Uno piensa que enseña a estas personas… y es todo lo contrario. Ellos te enseñan que con poco puedes ser feliz. Te enseñan lecciones de humildad, lecciones de amor… es una cosa muy impresionante.

Si porque la pobreza no es mirar hacia abajo sino mirar hacia arriba.

Tú sabes cuales son los datos de Oxfam: el 85% de la fortuna mundial está en manos del 1%. El mundo nunca va a cambiar si los más ricos no ayudan a los más pobres. Y no es un deber, es una responsabilidad, una obligación. No se trata de “yo le ayudo porque me va bien”. Es una responsabilidad que va mucho más allá. No solo darle de comer a una persona. Más bien es de cómo puedo influenciar para que esa persona rompa con lo que tiene. Es un no descansar, uno siempre está pensando en eso. Al final de cuentas, uno lo que quiere es que a través de esa idea que se tuvo originalmente haya un cambio social, haya una transformación real.

¿En qué momento dijeron: “esta mujer tiene razón, vamos a incorporarnos”?

Cuando empezaron a ver los números y el impacto, vieron que esto era en serio. En los reportes de gestión, quien me daba por ejemplo 40, 50, 100 dólares, recibía un informe financiero y operativo al dedo. Se dieron cuenta de que no se trataba solamente de una fundación. El tema charity ofende un poco y pues no, a mí me gusta un Social Enterprise, o sea un tema corporativo, enfocado en lo social. Tienes que hablar bajo el mismo discurso de los empresarios para que te crean. No hablas, por ejemplo, de cuántas vidas se salvó sino de su impacto social, tasa de retorno social al lado de una inversión. Yo a los donantes no los llamo donantes, los llamo ‘inversionistas sociales’. Es  un cambio de lenguaje. Cuando nosotros empezamos a adoptar en el 2002, 2003, 2004 ese lenguaje, empezamos a romper inclusive con los paradigmas de la industria.

Mencionabas al principio de nuestra conversación esas “Vidas con propósito” de las que formas parte. Es como una triste, o bueno simplemente una tremenda coincidencia lo que pasó con el niño dentro de la clínica y lo que pasó con tu bebito.

Jamás va a ser una coincidencia, el universo es perfecto. Claro yo no lo entendí sino después. Yo creo que me auto flagelaba. Me preguntaba cómo me había pasado aquello tan horrible, pero a través del tiempo paré de hacerlo… con un profundo amor… el amor en todo es fundamental. Es que no tienes de otra. O te echas a la pena, te drogas y acabas con tu vida, o agarras lo que tienes en tu alma y tratas de sacar la cabeza. Uno no lo entiende sino hasta después. Sin ruido. En el silencio. La vida está llena de ruido y las personas estamos llenas de él. Se supera en lo fundamental del silencio. Quedándote solita a llorar tu noche porque te hace falta tu hijo y eso te duele en la boca del estómago… pero no te tomas ni una pepa, ni un whisky. Lo enfrentas a palo seco.

En un mundo donde la reflexión es casi imposible, le hiciste sitio. Fortaleciste tu vida interior. El dolor que te acompañaba te invitó a una reflexión honda.

Silenciar la vida es muy importante. Desconectémonos y cojamos otro aire porque es esencial. Hay mucha gente que me dice: “¿y tú cómo no te enfermas?” con esas historias de violencia, violaciones a las niñas, no sé qué. Ese es mi oxígeno, es todo lo contrario. El ser humano tiene una capacidad de dar, es natural, es un don natural que tenemos todos. Y cuando tú das es como si te tomaras un vaso de felicidad. De felicidad, de paciencia, de amor, de ternura, de compasión. Y ya, es una cosa maravillosa.

¿Qué pasa cuando las muchachas terminan el proceso de preparación y llega el último día? Entiendo que el compromiso de la organización no es solo con graduarlas sino que consigan un trabajo dónde desenvolverse.

Eso es lo más importante en la cadena del proceso. Cada logro de esas niñas es como si fuera uno mío. Cuando las gradúo, besarlas es como besar a un hijo mío. Yo las veo por todos lados en Cartagena. Peluquerías, cajas, taxis. Me pasa que voy caminando en la calle y alguien pega un grito y viene corriendo: ¡Sra. Cata! Es una cosa impresionante. Las reunimos una vez al año, porque para mí es importante hacer un feedback y un estudio de qué es lo que está pasando, si están planificando. Recuerda que ese modelo tiene un input y tiene un output. Entran de una forma y salen de otra, transformadas. Ya ellas no vuelven a repetir lo de antes porque han avanzado. Son mujeres empoderadas, con control de sus vidas, ya se conducen de esa manera por inercia y eso es lo maravilloso de todas esas historias.

Mucha gente tiene la noción de que solo en países súper desarrollados se puede innovar. Tú lo hiciste desde Latinoamérica y desde la precariedad. ¿Cómo volcamos el discurso hacia esas regiones?

Pues hay una cosa que sí te quiero decir. En Colombia estamos acostumbrados a que el Estado no nos financia nada. O sea el que se quebró de malas, llora en la noche y al otro día monta un puesto de empanadas en la esquina. Nosotros no tenemos subsidios. Desde esas penas es donde se hace la gente fuerte. Einstein decía que las crisis son necesarias para despertar la creatividad de innovación. Nuestros países tienen mucho de eso… no salen de una cuando ya se están metiendo a la otra.

El confort beneficia ciertas perezas, es estéril.

Sí. Entonces no hay deseo de levantarse y salir. Van ahí como con la corriente. Pero la creatividad viene de cuando tú duermes con un poquito de frío y un poquito de hambre, o con mucho frío y mucha hambre. Así de simple. Hay gente brillante, las tienen todas las sociedades. Es la gente más creativa que te puedas imaginar. Hay que fomentar más eso ¿no? A mí por ejemplo me preocupa mucho que los jóvenes no sean emprendedores. Eso lo necesita una nación, es necesario, necesarísimo. Nos hacen falta ese tipo de incentivos, no subsidios que le permitan a la gente dormir hasta la tarde sin salir a trabajar.

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