La población envejece, pero además con poca calidad de vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la depresión es una de las principales causas de discapacidad que afectan a la población en el mundo y es también la segunda causa de suicidio entre los jóvenes entre 15 y 29 años. El sistema de salud en México informa que se han incrementado las consultas con síntomas de depresión y las enfermedades crónicas como la diabetes y el cáncer. La salud requiere un estado de equilibrio entre las influencias ambientales, el modo de vida, las relaciones familiares y las emociones, pero el sistema de salud no se ocupa de los aspectos psicológicos y sociales, se concentra en el síntoma y en prescribir medicamentos; es muy poco lo que se invierte en la prevención.
Con la aparición de la ciencia, la enfermedad se volvió racional, deja de lado los conocimientos ancestrales intuitivos y el poder curativo de la naturaleza. La salud es un gran negocio, en la cultura del menor esfuerzo se cree que una pastilla resuelve todos los males. Hoy en día la población presenta grandes efectos secundarios por abusar de los medicamentos, de hecho, las bacterias se volvieron resistentes a los antibióticos. Son preocupantes las consecuencias. En las grandes ciudades las personas se volvieron sedentarias, se alimentan mal, con exceso de azúcar y sal, y las jubilaciones se multiplicaron. El exceso de estrés afecta la salud y el estado de ánimo.
Podemos tomar la experiencia de Japón: en Nagano, donde los inviernos son largos y violentos, había la tasa de derrames cerebrales, ataques cardiacos y aneurismas cerebrales más altas del país. Hasta que se dieron a la tarea de cambiar su estilo de vida. Hoy vive allí la población más longeva del mundo. El cambio se produjo en 1981 con la intervención del gobierno y de muchos voluntarios quienes entendieron que tenían que hacer algo al respecto. Ahora los jubilados se retiran de las oficinas para trabajar en el campo, llevan una dieta saludable y actividad física regular. El primer paso para mejorar la expectativa de vida fue la campaña para reducir el consumo de sal y promover una alimentación y un estilo de vida más saludables. Actualmente los gastos médicos son los más bajos del país.
El objetivo principal de los funcionarios fue reducir la sal en la sopa Miso y los vegetales encurtidos que consumen unas tres veces al día. Poco después se redujeron los casos de hipertensión y las enfermedades relacionadas. Para esto se apoyaron en 4.500 voluntarios que llevan a cabo seminarios, clínicas, en centros comerciales y comunitarios. También visitan hogares para medir los niveles de sal en las comidas cotidianas y enseñarlos a cocinar de manera más saludable. Otro factor importante que cambiaron fue el estilo de vida: de las oficinas al campo y hacia un estilo de vida vigoroso, es lo que promueven los líderes de la región. Hay una serie de más de cien rutas de paseo para motivar a las personas a caminar.
Los grupos comunitarios y las asociaciones organizan caminatas comunales, para promover la salud y controlar los gastos médicos. Dan paseos aún en el invierno por las calles del pueblo, los parques y el campo; es una manera de socializar y lograr un sentido de comunidad. Los funcionarios exhortan a los japoneses a posponer la jubilación, comenzar una segunda carrera o desarrollar otra actividad. En la visión integral de la salud, cada enfermedad es en esencia un fenómeno bio, psico, social, emocional y espiritual. Es importante educar en el autocuidado y transmitir la consciencia ecológica de la salud personal y del cuidado del planeta.