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Mariña Alonso López

Bosco Sodi reinventa el informalismo

Aunque el reconocimiento internacional hace años que le ha llegado, Bosco Sodi (1970, México D. F.) no deja de sorprender con sus propuestas, que ya han sido acogidas en instituciones de la talla del Museo Nacional de Arte de México (muestra prevista para 2017) y en galerías como la Pace de Nueva York (Ubi Sunt, 2011).

Influenciado por el Informalismo de Antoni Tàpies y Jean Dubuffet, y por el expresionismo abstracto americano de Willem de Kooning y Mark Rothko, Sodi reutiliza elementos típicos de ambos movimientos y los combina con otros relacionados con su México natal, como los colores vivos, el caos y la naturaleza. La finalidad de su obra no reside, en ningún caso, en el regocijo estético, ni pretende un único mensaje. La multiplicidad de significados y la espiritualidad son fundamentales para su interpretación.

Como él mismo ha expresado en varias entrevistas, el azar y lo irrepetible, son sus dos grandes ejes de trabajo; conseguir trabajar sobre la materia de forma libre, preservando de tal forma la singularidad de la pieza, se convierte, así, en la principal “obsesión” de Sodi.

Las texturas, el protagonismo de los materiales, transgreden, en este caso, los límites físicos y psíquicos de la propia obra, poniendo de manifiesto una experimentación constante – que marca todo el proceso creativo – y un acusado interés por las cualidades de la materia. Todo está pensado para revolver las emociones del espectador y vincularlo íntimamente con la pieza.

La presencia de lo natural, lo orgánico, se refuerza a través del desorden, lo asimétrico, e incluso lo imperfecto. También por medio del color, la sencillez y la temporalidad. Existe una correlación en todo ello. La ausencia de títulos, en la mayoría de los casos, contribuye a la libre apreciación y comprensión de la obra.

Hablar, hoy, de Bosco Sodi no supone ya dar a conocer a una promesa venida de Latinoamérica. Por el contrario, su nombre aparece en algunas de las ferias y galerías de arte más importantes del mundo, así como en revistas de tendencias que se han dado cuenta de la repercusión que el artista mexicano está teniendo en el mercado, y dedican entrevistas o reseñas dirigidas a incrementar su fama. Sodi ha dejado de ser el artista emergente destinado a revolucionar el sector, para convertirse en uno de los pesos pesados del arte contemporáneo.

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