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Belen Ortega
Photo Credits: Aitana Pérez | Cicuta Films

Belén Ortega: Para mi dibujar es como respirar

Belén Ortega es una de los invitados al evento Bitter Laughter que ViceVersa Magazine realizará, en colaboración con The Cooper Union, el próximo 9 de noviembre a las 6:30pm.

Encerrada en un mundo de fantasía en el cual un niño o una niña pueden luchar contra las injusticias del mundo y tratar de sanar las heridas de la vida, Belén Ortega, artista e ilustradora española, encontró en los personajes de los comics un espacio de disfrute y más tarde de trabajo.

Sus primeros compañeros vivían en las páginas de los comics japoneses tradicionales, los Manga y los Animé. Atraída por la estética de Japón, por la trama de comics como Himawari; Rurouni Kenshin, conocido como Samurai X en América Latina, La Espada del Inmortal que hablaban de heroísmos, justicia, valentía, volcó en ellos su pasión por el dibujo y, bajo esa influencia, creó sus propias historietas. Tenía apenas 14 años cuando logró publicar las primeras en algunas revistas especializadas en Manga y Animé como GURUGURU, Dibus, de Norma Editorial, y Minami.

El espacio que le abrieron esas revistas marcó su vida para siempre. No solamente publicaron sus historias sino que le dedicaron reseñas, le dieron consejos y en Dibus uno de sus dibujos fue utilizado como portada.

El interés hacia los Manga la llevó a profundizar sus conocimientos sobre Japón, el idioma japonés y la historia de los Samurai en el periodo feudal.

Una beca le permitió viajar a Japón, tomar clases de comics, de caligrafía, de idioma y de cultura japonesa. Iba a quedarse seis meses, pero su estadía se prolongó casi un año y medio. Antes de irse había publicado en un Fanzine, realizado con un grupo de amigos, y luego en una revista especializada española, el primer capítulo de Himawari, que luego convertirá en su primera serie profesional publicada por Ediciones Glénat. Himawari, es una historia ambientada en el Japón feudal. Dos hermanos, Himawari y Shunya, tras asistir al asesinato de sus padres cuando eran niños y huir en las montañas, regresan doce años más tarde con la sombra de ese recuerdo a cuestas.

Belén Ortega estaba todavía en Japón cuando el primer capítulo de la serie recibió el Premio Popular al mejor cómic en el Salón de Manga más importante de España. Un reconocimiento que representó para ella un empuje definitivo. Supo, desde ese momento, que los comics seguirían siendo sus amigos entrañables y que a ellos quería dedicar su vida.

 

Belen Ortega
Photo Credits: Aitana Pérez | Cicuta Films

 

Al analizar tus trabajos recientes, tu activismo como feminista, resulta difícil entender tu pasión para los Manga y los Anime que, en su mayoría, reflejan una visión muy machista de la sociedad.

Cuando empecé a entusiasmarme por los Manga y los Anime era muy joven y no tenía conciencia de machismo y feminismo. Por otro lado, creo que el machismo tanto en España como en muchos otros países, sigue siendo muy presente y muy arraigado, a veces más que en Japón. Yo me sentía atraída por la cultura exótica japonesa y me enamoré del ideal del Samurai, de la estética de la época feudal. Naturalmente el Japón actual es muy diferente y, como cualquier otra cultura, tiene sus luces y sus sombras. Mi comic refleja sobre todo valores que tienen que ver con las pasiones humanas, habla de las relaciones entre dos hermanos, de cómo uno de los dos escoge el camino de la venganza y el otro el de la redención.

 

En los primeros comics tu misma hacías las ilustraciones y escribías los textos. Ahora, en los últimos trabajos importantes, has curado las ilustraciones dejando los textos a un guionista. ¿Qué es lo que prefieres, trabajar como ilustradora o como ilustradora y guionista?

Soy una apasionada del dibujo. Me encanta dibujar y sin duda me apasiona la ilustración. Después de Himawari trabajé como ilustradora y colorista para un proyecto norteamericano: una novela gráfica titulada Bitch Slap, basada en la película homónima. El proyecto no despegó pero me hizo entender que lo mío son los comics. Tras un período de reflexión me dediqué a otra historia que escribí y diseñé: El pájaro indiano, una fábula que se desarrolla a finales del siglo XIX en la Costa Brava, una metáfora sobre la percepción de los sueños.

 

Fue el último de esta serie con dibujos inspirados en los Manga.

Sí, después cambié registro, salí de los límites del Manga y me dediqué a un estilo de dibujo más europeo. A raíz de eso se me abrieron nuevas oportunidades. Ilustré una novela gráfica basada en la biografía del campeón del mundo de motociclismo titulada: Marc Márquez: la historia de un sueño y también en la serie Millenium extraída de la trilogía de Stieg Larsson. Ha sido un trabajo muy satisfactorio porque he tenido a mi lado a un guionista excelente que tiene mis mismas inquietudes. Tras este proyecto pude entender que lo que más me gusta es desarrollar historias que tengan un nexo con la realidad brutal, que sean ligadas a temas de actualidad. En Millenium por ejemplo se habla de temáticas muy serias como el crecimiento de la extrema derecha en Europa y el drama de los refugiados. La novela gráfica mantuvo la integridad de esos temas de fondo, algo que el público apreció mucho. Y también el pesimismo que permea toda la obra de Larsson cuyos personajes luchan todo lo que pueden pero, al final, entienden que no pueden resolver los problemas del mundo. En el comic hay el ascenso de un político de la derecha en Suecia quien, gracias a unas artimañas, logra ganar las elecciones en su región. Para mi fue muy satisfactorio trabajar con un personaje tan icónico como Lisbeth Salander, la protagonista de la serie de Larsson. Es una mujer profundamente feminista, autónoma, quien no depende de ningún hombre y no se deja guiar por sentimentalismos. Creo que es un personaje que ayudará a otras mujeres a empoderarse, a ser más fuertes y libres. Es lo que más me interesa en esta etapa de mi vida personal y profesional: crear comics que diviertan pero al mismo tiempo sean capaces de dejar un mensaje profundo.

 

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¿Es difícil ser mujer en el mundo del comic?

Hace poco participé con Flavita Banana (quien fue una de nuestras invitadas en el segundo Bitter Laughter) en una charla sobre feminismo. Ambas coincidimos en la consideración que, en el mundo del comic, no sufrimos discriminaciones. Nuestro trabajo es lo que interesa y nadie nos ha rechazado o aceptado porque somos mujeres. Machismo e intolerancia surgen más entre los lectores quienes a veces nos insultan por el hecho de decir algunas cosas siendo mujeres. Pero para mi lo importante es que mi trabajo sea reconocido más allá del hecho de que soy una mujer y mis comics no tienen una “mirada femenina”.

 

¿Crees que una novela gráfica pueda tener la misma fuerza de una novela?

Sin duda. Desde pequeños estamos acostumbrados a la lectura de los comics y de libros con ilustraciones. De adultos también los apreciamos. Sin embargo en España no hay una industria que los valore como merecerían. Los consideran de segundo plano, como si fueran solamente para niños. Es un concepto equivocado porque la novela gráfica es una forma maravillosa de contar historias importantes. Lo logra a través de un desarrollo visual que puede ser hasta más creativo del que puede obtener una película, porque el dibujo no tiene límites. Por otro lado el storyboard es la manera que se utiliza para crear una película, un programa de televisión o una publicidad, es el lenguaje del universo multimedial.

 

¿Cómo nacen tus personajes? ¿De dónde surgen tus inspiraciones?

De mi alrededor. Me gusta observar y voy quedando con detalles, con colores. Mi mente está siempre despierta, viendo, acumulando imágenes. Mis personajes, a menos que no sean tan bien detallados como por ejemplo en la saga de Millenium, tienen características que voy sacando de las personas que están a mi alrededor o de actores, personajes famosos. Dependiendo de su personalidad voy definiendo las características físicas y busco entre personas reales quienes tienen detalles que puedan encajar con esa personalidad.  Es una manera de evitar que los personajes se parezcan. En los Manga los dibujos tienden a parecerse mucho más pero en los comics europeos tienes la posibilidad de jugar con los detalles de manera que cada uno sea diferente y refleje una manera de ser.

 

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¿Qué es, según tu opinión, lo más fácil y lo más difícil de tu trabajo?

Dibujar comics es en sí una tarea muy complicada y no se habla mucho de ello. La idea que tiene el público es que vives muy bien con un trabajo “fácil”. En realidad dibujar un comic requiere de muchas horas de aislamiento y no todo el mundo está preparado para soportarlo. Yo siempre fui introvertida y, cuando era adolescente, me encerraba en mi habitación a dibujar. Ese era mi refugio, mi nexo con el mundo y la manera de expresarme. Desarrollé tanto el dibujo justamente porque era una actividad que podía hacer en solitario, lo hacía por mi misma. En esa época no existían las redes sociales así que no hubiera podido compartirlo con otros. Dibujaba sin parar, para mi dibujar era como respirar. Dicho esto, los aspectos positivas son muchos. Las historias que creas te permiten entrar en contacto con personas diversas, conocer a lectores que aprecian tu trabajo y te reciben como si te conocieran. Tienes la oportunidad de viajar a diferentes países, conocer a otros que hacen este mismo trabajo. Por ejemplo me permiten viajar a Nueva York y participar en Bitter Laughter, algo que me da mucha emoción y alegría.

 

Si el mundo fuera un comic, ¿qué personaje serías?

Creo que yo misma – dice riendo Belén –. Yo también soy un personaje de comic. Pero también me gustaría ser Wonder Woman que va salvando el mundo o Lisbeth Salander a quien admiro.

 

¿Cuál es tu sueño prohibido?

Me encanta viajar. Mi sueño sería poder dedicar un año de mi vida a viajar y dibujar todo lo que quiera. Algo muy difícil para alguien que está empezando a construirse una carrera en el mundo de los comics.

 

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Photo Credits: Aitana Pérez | Cicuta Films

 

Es verdad. Cortar lazos con la cotidianidad para dedicarse a viajar es un lujo que muy pocas personas pueden darse. Sin embargo Belén Ortega tiene el privilegio de viajar con un vehículo que muy pocas personas poseen: la creatividad. Lo hace de la mano de personajes suyos o de otros soñadores quienes confían, al igual que ella, en el poder de la imaginación y en la realidad de la ficción.

Belén Ortega es una de los invitados al evento Bitter Laughter que ViceVersa Magazine realizará, en colaboración con The Cooper Union, el próximo 9 de noviembre a las 6:30pm.

 

bitter laughter 2018

 

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