Sin duda la venta de analgésicos para mitigar el dolor deja ganancias millonarias a la industria farmacéutica. En la búsqueda de cómo evitar el sufrimiento las personas quedan atrapadas en adicciones de todo tipo de sustancias.
Somos tan sensibles al dolor que conocer más al respecto les mereció el Premio Nobel de Fisiología y Medicina a los científicos David Julius (libanés) y Ardem Patapoutian (armenio). Sus descubrimientos serán importantes para el desarrollo de tratamientos para diferentes enfermedades y diferentes tipos de dolor. En la investigación encontraron los receptores del sistema nervioso que intervienen en la detección de la temperatura y el tacto. Percibir el calor y el frío es muy importante para nuestra supervivencia; no es lo mismo vivir en un país tropical que en los polos. Hacía falta descubrir más a fondo cómo logra detectar el cuerpo las sensaciones físicas y cuáles son los mensajes eléctricos que avisan al sistema nervioso. Las investigaciones de Julius y Patapoutian permiten comprender de qué manera los receptores del sistema nervioso intervienen en la detección de la temperatura y cómo el tacto, el calor, el frío y la fuerza mecánica desencadenan impulsos nerviosos que nos permiten percibir esas sensaciones y adaptarnos.
Los estímulos externos causados por la temperatura, las sustancias irritantes y las señales de contacto se transmiten al sistema nervioso central. Una de las estrategias para generar sustancias analgésicas consiste en estudiar las bases moleculares que se ocultan en la detección de estímulos dolorosos. Los receptores identificados son básicos para el desarrollo de terapias en enfermedades que causan dolor crónico.
Los científicos encontraron una proteína que permite el paso de iones específicos y la llamaron TRPV1. Este receptor detecta el calor nocivo, las temperaturas que superan los 43 grados centígrados y también las comidas picantes que contienen la capsaicina. Es la responsable del ardor que dejan en la boca algunas comidas, en especial las de México, de la India, Indonesia y Etiopía, entre otras. Además de este receptor identificaron el TRP que envía información térmica al sistema somatosensorial. El TRPM8, viene del mentol, un receptor que es activado por sustancias que generan sensación de fresco y temperaturas frías.
Otros receptores importantes son los Piezo que se activan frente a estímulos táctiles como una caricia, un abrazo, el contacto de la ropa y el dolor ocasionado por un golpe, por un martillo o una bofetada. Los que han pasado por quimioterapias, quienes sufren dolor neuropático como por ejemplo los que padecen diabetes y fibromialgia saben lo difícil que es mitigar el dolor crónico. Por supuesto, no son las únicas investigaciones que se han realizado alrededor del dolor, lo que hace la diferencia es que encontraron el mediador en ese tipo de estímulos.
Lo interesante, además es que entendieron que no es necesario administrar sustancias que tengan efectos a nivel del sistema nervioso central porque los estímulos se encuentran localizados a nivel periférico. Desde hace años se utilizan parches de capsaicina para el bloqueo de los receptores y en consecuencia desensibilizar el área, en el tratamiento de dolor crónico en determinadas circunstancias como por ejemplo la fibromialgia (los utilizo hace años) y la neuralgia, ese molesto dolor que persiste posterior al herpes.
En el caso de los receptores TRPM8 se están aplicando terapias con frío en pacientes que tienen neuropatías por la quimioterapia. Al momento de administrar la quimioterapia se utilizan guantes o botas que están refrigeradas y que actúan a ese nivel. Seguramente conocen a un familiar o amigo que padece dolor iatrogénico posterior a una cirugía. Lupe, una conocida, se volvió adicta a los opiáceos. Al principio se los prescribían en el Sector Salud, pronto quedó atrapada en la adicción, y cuando se le terminan sale desesperada a conseguirlos en el mercado negro.
También quienes padecen migraña, abusan con los analgésicos, y no saben que el dolor se vuelve recurrente por el ciclo de la adicción. El cerebro envía el dolor para recibir el fármaco. Cada vez el efecto es menos duradero y se transforma en un círculo vicioso difícil de tratar. Hasta que están fuera de control y buscan otras alternativas a los dañinos analgésicos. Estos pacientes son considerados como un problema de salud pública, viven deprimidos, hasta dejan de trabajar. El Nobel fue una sorpresa, los dos científicos les ganaron a otros candidatos importantes como por ejemplo los pioneros de las vacunas ARN mensajero contra el Covid-19.