Tomás Id
Un día, dibujando al costado de una hoja en clases de Publicidad en Santiago (Chile) Me di cuenta de las posibilidades (infinitas) que me entregaba el dibujo.
Así, al terminar los estudios, me centré en crear un vínculo con el dibujo, en el que yo tenía que mezclar los libros, las películas, la música y los días para elaborar un mensaje. Mientras el dibujo por su lado, traducía mi mensaje en su lenguaje propio, abriendo mundos y llevándome siempre sorpresas. Así llevamos un par de años que me ha permitido colaborar con diarios, ferias, revistas y páginas web. Me gusta lo circense, sobre todo el malabarismo.
La bicicleta es el mejor invento del mundo.