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Carlota Caulfield

Antonio Beneyto, mago de las imágenes y amigo excepcional

In Memoriam

El 22 de octubre falleció en Barcelona el extraordinario artista y escritor Antonio Beneyto. Aunque nació en Albacete en 1934, siempre se consideró manchego de nacimiento, pero catalán de adopción. Desde 1973 al 2020 vivió y creó en el Barrio Gótico de Barcelona.

Beneyto comenzó su carrera artística en Palma de Mallorca, a fines de los años sesenta. Gracias a sus publicaciones en la revista Papeles de Son Armadans (1956-1979), fundada y dirigida por Camilo José Cela, colaboró con Cela, A.F. Molina y Cristobal Serra, entre otros conocidos escritores y artistas. Pocos años más tarde, Beneyto se instaló definitivamente en Barcelona. Fue en esta ciudad en que, además de empezar a destacarse como pintor, se dio a conocer como un editor innovador al fundar y dirigir la Colección La Esquina (1968-1973) que publicó a Max Aub, Ramón Gómez de la Serna, Juan-Eduardo Cirlot, Joan Brossa, Silvina Ocampo, André Pierre de Mandiargues y Alejandra Pizarnik.

 

Antonio Beneyto
Antonio Beneyto, New York/New York 1995, óleo s/madera (42 x 35 cm). Col. del artista.

Beneyto se identificó plenamente con el postismo, movimiento surrealista creado el 1945 en Madrid, y primera corriente de la vanguardia de posguerra en España. Siguiendo esa corriente artística, Beneyto concibió un universo muy peculiar de seres zoomórficos, hermafroditas, siameses, personajes desdoblados y toda una fauna fantástica y sin duda visionaria, blasfematoria, grotesca a ratos y tierna siempre. Un arte de dibujo detallado, colores vivos y también negros y grises. Los personajes de Beneyto juegan a ser cualquier cosa. Nos asaltan, pero también nos acarician. Y sobre todo nos soplan al oído euforia infantil y revelaciones inusitadas de todos los tiempos. Su extraordinaria trayectoria artística quedó recogida en el libro Beneyto, creador postista (coordinación y textos de los críticos de arte Javier Tomeo, Jaime D. Parra y Josep Vallés Rovira. March Editor, 2002). Otra publicación fundamental para estudiar la obra del artista-escritor es Beneyto, hacedor poliédrico (Revista Barcarola 78, 2012).

Las pinturas, dibujos y esculturas de Antonio Beneyto se encuentran en museos, galerías y colecciones privadas de Polonia, España, América Latina, Italia, Francia, Suiza y EE.UU. Entre sus libros de narrativa y ensayo se destacan Los chicos salvajes (1971), Dentro de un espejo morado (1975, 2010), Eneri, desdoblándose (1998), Tiempo de quimera (2001), El otro viaje (2003), Un bárbaro en Barcelona (2009, A Barbarian in Barcelona, trad. Carlota Caulfield, 2012), Escritos caóticos (2009) y Diario del artista suicida (2017). Su obra ha sido traducida al polaco, griego, portugués, francés, lituano e inglés.

 

Antonio Beneyto
Antonio Beneyto, New York/New York 1995, óleo s/tablilla (150×125 cm). Col. fundació Itaca, Barcelona.

 

Gracias al poeta catalán Antoni Clapès, conocí a Beneyto en Barcelona en 1996. Una gran amistad nos unió desde esa fecha hasta su muerte. Durante veintitrés años colaboramos en diferentes proyectos literarios. Entre ellos, la edición de las cartas de la poeta argentina Alejandra Pizarnik (1936-1972), con la que sostuvo una relevante correspondencia entre 1969 y 1972. Este intercambio epistolar fue publicado en Dos letras (2003, 2011, 2017) y, en inglés, bajo el título de From the Forbidden Garden (2003). También trabajamos con gran entusiasmo en la edición al inglés de Còdols en New York (2002, Còdols in New York, 2004), libro al que Beneyto le tenía un cariño especial porque, después de Barcelona, New York era su ciudad preferida. El artista había residido y visitado Manhattan entre 1980 y mediados de los noventa.

En las vignettes del libro, Beneyto, flâneur por excelencia, con prosa colorida y fotográfica, consigue hacernos ver y escuchar con extraordinaria nitidez toda una gama de personajes peculiares de la ciudad. Su mirada lo escudriña todo. El artista se une a la multitud, visita cafés, night clubs, parques, museos, monumentos, librerías, y nos regala en su prosa un caleidoscopio urbano visto con ojos vanguardistas y rebeldes.

 

Antonio Beneyto
Antonio Beneyto, New York/New York 1995, óleo s/lienzo (81 x 65 cm). Col. privada, Barcelona.

 

En New York, Beneyto expuso su pinturas y abanicos en la Sala Picasso de La Casa España y en la 101 Wooster Gallery del Soho. A New York, el artista le dedicó una serie de óleos que empezó a crear en 1980 y que continuaría hasta New York / New York, 1995.

Sobre estas pinturas, el poeta Pere Gimferrer escribió en su ensayo “En negro y blanco”: “Son las criaturas de Beneyto: el negativo fotográfico de Nueva York. Participan de lo humano, de lo animal, de lo objetal y quizás incluso de la iconografía de lo extraterrestre. Sin embargo, sus poderes esenciales son plásticos: el negro y el blanco —y, claro está, la gama de los grises—poseen aquí, increpantes en el lienzo, una capacidad de imantación poética y mediúmnica que es tributaria, más que de lo insólito y turbador de las formas, de su pleno existir como signos cromáticos que son ideogramas del enigma”.

Por su parte, el escritor M. Vázquez Montalbán en “Fugitivos del supermercado” nos dice: “Dotado de mirada propia y caligrafía para explicarla, Beneyto ha ido expresando a lo largo de su ya larga marcha como poeta y pintor la sorpresa irreverente que le produce la estructura gestual de la humanidad. Desde Albacete a Nueva York ha recorrido el trazado que separa la pobreza del Todo inicial de la riqueza de la Nada relativizada”. (Ambos textos aparecen incluidos en Pinturas Esculturas Negras de Beneyto, Valencia: Graficuatre, S. L., 1987).

 

Antonio Beneyto
Foto de Antonio Beneyto en su estudio del Carrer Còdols 16 en Barcelona, 1997.
por Carlota Caulfield.

 

Barcelona fue la ciudad de Antonio Beneyto. Tuve el privilegio de acompañarlo en múltiples acrobacias personales y estéticas por el Barrio Gótico. Siempre a nuestro lado iban murnios y emanglones, criaturas transformistas y audaces que Henri Michaux le dejó como compañeros durante el breve encuentro que los dos artistas tuvieron en El Raval de la ciudad. Con Beneyto pude entrar en mundos de espejos morados y dejar que serpientes verdes habitaran mis ojos y volverme, como muchos de sus personajes, en un tú, él, ella, nosotros, vosotros, ellos, ellas, siempre cambiando de piel. La figura de Beneyto estará por siempre y para siempre en las calles del Barrio Gótico de Barcelona.

Y, como siempre hizo, seguirá desdoblándose Benéyticamente, n’est-ce pas?

Nota: Una edición de dibujos de Antonio Beneyto será publicada en las próximas semanas por Onix Editor de Barcelona. El libro se titula 100 dibuixos-dibujos con textos de Pere Gimferrer. Gracias al editor Oscar Esquerda, el artista alcanzó a revisar las galeradas de su libro pocas semanas antes de fallecer.

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