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Alfonso del Real

Alfonso del Real: conocedor de lo público

Aboga por lo público como algo concerniente tanto a ciudadanos como políticos. Cree y practica la pluralidad desde diversas trincheras y su hoja curricular da fe de sus acciones, propósitos y causa. Es originario de Zacatecas, pero vive en el Distrito Federal y dice que le gusta manejar por carreteras por ser un “enamorado de su país”

 

Zacatecas, Zacatecas

Su formación como licenciado en Ciencias políticas y Administración pública, maestría en Gobierno y Asuntos públicos y su candidatura a Doctor en Ciencias políticas y sociales con orientación en Administración pública, todas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) tienen un mismo fin: lo público, “así de simple”, cuenta Alfonso del Real. “Todos los ciudadanos de una u otra manera nos vemos en la posibilidad, o necesidad, de incidir en el ámbito público; a veces trabajando y a veces como usuario de un servicio o responsable del mismo».  Sobre ese razonamiento, justifica los diversos diplomados que ha realizado, como el de Administración pública en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (Itesm) de Zacatecas; dirección estratégica en la administración pública, en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM); gobierno y gestión local en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y Políticas públicas relacionadas con el medio ambiente, también, en la UNAM.

—Tu causa es lo público, nos queda claro. ¿Cómo interactúa el ciudadano común en esto?

—En la medida en que nuestra incidencia en lo público sea ética y con valores, la institucionalidad del gobierno elevará su calidad y mejorará su desempeño. Las responsabilidades del gobierno no dependen solamente de éste, sino de la participación de los individuos individualmente u organizados en un conglomerado. No me puedo imaginar hablar de medio ambiente, lucha contra la pobreza y discriminación, salud, educación, innovación, ciencia, tecnología, productividad, campo, seguridad, desarrollo, sin que ello esté ligado a los gobiernos y en la sociedad participativa. ¿Quieres emprender una organización de la sociedad civil? Te vas a topar con el gobierno; ¿empresario? Lo mismo; ¿político?, vas a ser gobierno. Y en cualquiera de esas aristas y otras tantas más, lo público ocupa un ejercicio profesional con valores.

 

Causa y Kybernus

Todo kybernauta entra al programa con una causa que a lo largo de su experiencia dentro del programa cambia o se modifica. Alfonso mantiene lo público como bandera, pero agrega que para ella, la experiencia en Kybernus fue “un tanque de combustible para continuar con el esfuerzo”.

Relata esa primera experiencia.

Kybernus es como la UNAM u otra universidad: un universo en sí mismo. Jóvenes entre 18 y 30 años con diferentes percepciones, vocaciones, causas, motivos… es un mosaico de posibilidades. Es ese sentido de pluralidad en el que mi opinión y la de otros es escuchada, respetada, es que el respeto y la consideración se ponen en práctica. Es un pequeño espacio de gran incidencia donde confluyen la tolerancia y el respeto, siempre, en afán positivo.

Dentro del ecosistema del programa, destaca como “conocer la diversidad de puntos de vista sobre el gobierno”, abonaron su idea de reafirmar que es “necesario construir una visión ética y con valores del servicio público”, y para ello es “necesario interactuar con los gobiernos de modo plural y comprometido”.

¿Qué has hecho y qué planeas hacer para darle forma a tu causa?

—Tengo una Asociación civil que busca capacitar cívicamente a la ciudadanía; escribo en un periódico, colaboro en radio y busco que mi opinión incida en la opinión pública de modo responsable e informado. Cumplo con mi trabajo en todo lo que depende directamente de mí, porque sé que eso, eventualmente, tendrá una repercusión nacional. En el ínterin, sigo preparándome, capacitándome y aprendiendo con y de los demás.

 

Política y cotidianidad

Formalmente, Alfonso es Coordinador de Asesores de un Senador de Coahuila, encargándose de revisar los temas referentes al orden legislativo. Sin embargo, sus ambiciones a futuro son otras. Entre ellas, poder desarrollarse en otros espacios de incidencia pública diferentes al Poder Legislativo.

En el cotidiano, Alfonso no para. La grabación de su testimonio para el videoblog de la comunidad kybernauta se dio, por casualidad, entre México D.F. y Zacatecas. A sus casi 34 años, se define como “un chavo, un polluelo que apenas sale del cascarón”, y en esa inquietud constante cuenta que vive en el Distrito Federal y viaja a Zacatecas cada vez que puede: “soy un enamorado de mi país; me encanta manejar en carreteras y viajar a Zacatecas, porque me encanta mi estado y mi ciudad”.

¿Cómo se presenta el Alfonso del cotidiano?

—Hijo de Óscar y Carmelita; hermano de Óscar, médico muy humano; tío de Max, un preadolescente muy noble, y de Fernanda, un pequeño torbellino, y novio de Érika, diseñadora y bailaora que se ha convertido en mi equilibrio y soporte.

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