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alberto barreto
Photo by Flavia Romani

El puente de Williamsburg con el fotógrafo Alberto Barreto

Ombligo del mundo, rascacielos, hoyo profundo, 9/11, caleidoscopio, aeropuerto, de kilómetros a millas, desgarre, esperanzas que aterrizan, nostalgias que se enraízan, espacio físico que se encoge, subterráneo, subir escaleras, bajar escaleras, ratas insolentes, ratas resueltas, ratas urbanas, olores que ofenden, grúas, alcantarillas que fuman, ruido, ambulancias, bomberos, policías, pobreza desesperada, riqueza infinita, tribus tatuadas, trabajo, ojeras, sueño, sueño que agota, sueño que despierta, morir de visa, garras, casas compartidas, anhelos compartidos, camas compartidas, encuentros fugaces, amores que nacen, amores que se apagan, culturas, vibraciones, música, vivir sin límites, prejuicios que se desmoronan, libertad a ras de piel, arte que nutre, innovación, movimiento, tesoros escondidos, bares, soledad, amistades, raíces arrancadas y vueltas a reanudar.

Nueva York es eso y mucho más…

 

EN PATINETA DE CARACAS A NUEVA YORK

 

alberto barreto
Photo by Flavia Romani

 

Cual camaleón que juega a cambiar de color y textura con cada nuevo amanecer, Nueva York nunca es igual. Es casi imposible recordar qué había en una esquina antes que construyeran un nuevo edificio o cómo era la fachada de la quinta que acaban de destruir. Sin embargo pocas áreas se han transformado tanto en estos últimos años como Williamsburg en Brooklyn. Es lo que pensamos mientras nos dirigimos a la entrada peatonal del puente de Williamsburg situada en Berry Street, entre South 5th y South 6th Streets, donde vamos a encontrarnos con nuestro entrevistado Alberto Barreto, joven fotógrafo venezolano. Una gentrificación insensiblemente acelerada ha dejado marcas profundas en el alma de un vecindario en el cual artistas y artesanos habían impreso un aire cálido y bohemio. El aumento vertical del valor de los inmuebles ha ido barriendo muchos de los pequeños negocios, cafés y talleres que lo caracterizaban y ha alejado a los viejos habitantes. Grandes cadenas como Whoole Food, Apple, We Work, Starbucks han ocupado sus espacios.

La ciudad es un ser más frágil de lo que suponemos, pensamos, y con esta reflexión rondando en nuestro ser, llegamos hasta la entrada del puente de Williamsburg y apreciamos, con alegría, su estructura aristocrática e inmutable.

 

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Photo by Flavia Romani

 

Es, sin duda alguna, uno de los lugares más impactantes de Brooklyn. Inaugurado en 1903 fue uno de los últimos puentes construidos para permitir el paso de caballos y carruajes. Su construcción en hierro, realizada copiando la Tour Eiffel, se eleva sobre el East Rider. En el espacio que un día sirvió para caballos y carruajes hoy circulan vehículos, bicicletas, peatones y también la metropolitana.

Miramos a nuestro alrededor buscando a Alberto Barreto. Pronto descubrimos que, a causa de un malentendido, nos está esperando en la entrada opuesta, la de Manhattan. Decidimos caminar desde cada uno de los lados, hasta encontrarnos. El sol imprime en todo un brillo especial y nos da una ilusión de calor. Finalmente nos cruzamos en el punto más alto del puente, allí donde es posible contemplar casi toda Nueva York. La vista es hermosa, los rascacielos parecen suspendidos entre el azul del río y el del cielo. Nos quedamos un momento en silencio, mirando un barco que está avanzando lentamente debajo del puente dejando una estela de pequeñas y alegres olas.

 

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Foto de Alberto Barreto – El parque cierra nevada y sus maravillas, pico Humboldt Segundo más alto en Venezuela y el único con un glaciar. La experiencia fue muy bonita.

 

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Foto de Alberto Barreto – Amanecer desde el punto más alto de la cordillera de la costa en el Ávila.

 

“Este fue el primer puente que crucé en bicicleta. – nos dice Alberto Barreto sin alejar los ojos del panorama -De inmediato tuve una conexión especial. Fue como llegar a un lugar que me pertenecía. Aquí me siento en paz, tranquilo. Me gusta su estructura, los canales grandes, la posición que te permite una visión tan amplia. Aquí he realizado algunos trabajos de fotografía y video. La luz del amanecer es particularmente hermosa e imprime en las fotos una tonalidad que me gusta mucho”.

Alberto Barreto nació en Caracas, ciudad en la cual estudió diseño gráfico y fotografía. Desde pequeño tiene la pasión por la patineta, un deporte que ha formado su carácter y que le ha permitido llegar hasta Nueva York. “La patineta te obliga a retarte continuamente, a levantarte después de cada caída, a explorar tu entorno para ver dónde es posible entrenar en tranquilidad o cuáles son los baches que pueden resultar peligrosos. Los amigos de patineta son incondicionales y es gracias a uno de ellos, Eddy Venegas, que he llegado antes a New Jersey y luego a Nueva York. Y gracias a su hermano, Luis, obtuve el primer trabajo como fotógrafo”.

 

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Photo by Flavia Romani

 

Antes de salir del país consciente de que “la situación iba de mal en peor y no había futuro para los jóvenes”, Barreto recorre toda Venezuela con su cámara a cuestas. Quiere visitar hasta los lugares más recóndito de la tierra que lo vio nacer, quiere llevarla consigo cuando deberá alejarse. Fotografía los hermosos paisajes de playas, montañas, selva así como los de Caracas y en particular de su barrio La Pastora, uno de los más antiguos y casi el único que ha logrado conservar vestigios de su pasado colonial. Crecido en un hogar donde los padres, ambos dedicados a la enseñanza, le han transmitido el amor hacia la cultura, Barreto desde muy joven ha tenido bien clara la importancia de la preparación para salir adelante. Dispuesto a salir reforzado de todas las pruebas difíciles que le podría reservar una emigración tan necesaria cuanto indeseada “nunca hubiera querido irme, amo profundamente mi país”, empezó a estudiar inglés, y enfrentó con optimismo hasta los momentos más duros. Aceptó cualquier trabajo, por humilde que fuera “en esta ciudad nunca se le dice que no a un trabajo”, moviéndose de un lado a otro en bicicleta. Nunca abandonó su pasión, la fotografía y fue alternando oficios más humildes pero mejor remunerados, con proyectos fotográficos personales o realizados para otros jóvenes quienes, al igual que él, llegaron a esta ciudad para labrarse el futuro de sus sueños. Y así, fue haciendo amigos nuevos, sobre todo en el mundo del arte, de la música y de la patineta. Tras realizar una sesión fotográfica a unos músicos conoció a Alea, talentosa cantante colombiana, con quien entretejió una linda amistad. Gracias a los consejos de ella compró una cama y dejó de dormir en el piso de la casa de su amigo, donde se había acostado esos primeros seis meses. “No puedo describir lo que sentí cuando volví a dormir en una cama”, comenta riendo. Gracias a Alea entendió también que las fotos que había realizado en Venezuela, para llevar consigo el recuerdo de su país, podían transformarse en un proyecto interesante para los neoyorquinos. “En esta ciudad se cruzan personas de todo el mundo y hay una gran curiosidad hacia las diferentes culturas-, me dijo Alea-. Me entusiasmé con la idea de poder mostrar la belleza de Venezuela, de lograr que personas de otras culturas conocieran su rostro más genuino, ese que permanece a pesar de los reveses políticos”.

 

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Foto de Alberto Barreto – Campamento Base en Roraima

 

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Foto de Alberto Barreto – De regreso del Roraima dormimos en RioTek y esa mañana compartimos con los niños pemones, de fondo el Kukenan.

 

Tras una atenta selección, Alberto Barreto escogió diez fotos y las enmarcó utilizando dos materiales que podrían simbolizar una fusión entre Nueva York y Caracas. “Escogí madera de pino, la más utilizada en Nueva York en la construcción de las estructura de las casas, y zinc, material con el cual, en los barrios más pobres de Venezuela, realizan los techos”. El efecto final es realmente muy interesante. Nace así “CaribeRoots”.

“Llegué a Nueva York un 25 de diciembre y cuando se cumplieron dos años de estar aquí decidí celebrarlos con mi primera exposición. La realicé en un corredor de la estación del metro en Union Square. Cerca de la medianoche recogí todo y, ya de regreso, me topé con el dueño de la cafetería en la cual estaba trabajando. Iba con su esposa quien es venezolana. Quedaron sorprendidos al conocer mi trabajo fotográfico y me propusieron realizar una exposición en uno de sus locales. Fue todo un éxito gracias al invalorable apoyo que me dieron todos mis compañeros de trabajo. Nunca lo hubiera podido lograr sin su ayuda. Vendí varias fotos y doné el cuarenta por ciento de los recaudos a la organización venezolana Yo tengo un sueño en la cual mi amiga Valentina Alemán junto con otras personas se dedica a brindar alimentos, juguetes y otros recursos a niños de la Unidad Educativa Jenaro Aguirre Elorriaga de Petare, un barrio pobre de Caracas.

 

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Photo by Flavia Romani

 

Barreto expuso sus fotos también en la iglesia Santa Teresa que oficia el Padre Alexis, un sacerdote que apoya con entusiasmo muchas propuestas culturales.

Ahora vive en Brooklyn y tiene muchos nuevos amigos. Son todos jóvenes y entre ellos se ayudan para mitigar la soledad, a sabiendas que todos están persiguiendo un mismo sueño. Hace unos días ha trabajado sin cesar para ayudar a Nella, otra extraordinaria cantante, a terminar un video. Ella también es venezolana, vive en Nueva York y no olvida su país y en particular la isla de Margarita en la que creció.

Actualmente Barreto está trabajando en un proyecto neoyorquino que toma su inspiración de las figuritas de bronce del artista Tom Otterness que se pueden admirar en la estación del metro de la octava avenida. El video, realizado en “time lapse”, le permite captar detalles, claroscuros, lo que se percibe con el canto del ojo. Es su manera de apropiarse de una ciudad que en un comienzo sintió extraña, hasta hostil y que poco a poco ha conquistado su alma.

 

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Mario Alberto Serrano
Mario Alberto Serrano
4 years ago

Hola, me llamo Mario Serrano y les escribo desde México. Esta es la octavo o novena crónica-entrevista que leo y sigo igual de maravillado por encontrar esta propuesta tan fresca, tan interesante y tan plataforma que nos permite conocer el talento joven que por diversas circunstancias está fuera de su país. Aquí en México desarrollo un trabajo literario y de difusión cultural; pero al leer sus propuestas he descubierto que poco importa el rincón del mundo donde estemos: en verdad se rompen las fronteras con estas ventanas. Tanto que mi comunidad, en la falda del Popocatépetl, puede pasar como suburbio… Seguir leyendo »

Maria Gabriela Gonzalez
Maria Gabriela Gonzalez
4 years ago

Me encantó!!! Alberto es genial y su trabajo lo es mas todavia! Muy buen articulo! Que sigan creciendo!

Carlota
Carlota
4 years ago

Muy buena entrevista. Un arte determinado necesita del apoyo de otras Artes y a través de este tipo de artistas, se aprende que ante todo hay que tener disciplina, pasión y templanza. Felicitaciones!!

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