Sin duda lo que sucede en Siria es un drama por donde se vea y la situación de algunos países africanos como Kenia o Somalia que son acosados por grupos terroristas, matando y secuestrando a personas inocentes, ha logrado que muchos de ellos o mejor dicho, aquellos que tengan los medios económicos para salir de esa pesadilla, lo hagan.
No basta con la voluntad y el coraje de arriesgarse a perder la vida misma y la de tu familia, también implica un alto gasto económico. Se necesitan entre 700 y 3000 euros por persona solo para poder cruzar el Mediterráneo. Si desean llegar hasta Alemania o algún otro punto de Europa, se pueden agregar unos 3000 euros mas, de acuerdo con un reportaje de Daily Mail.
Actualmente lo mas sencillo es recibirlos. Existen protocolos ya definidos para recibir la llegada de refugiados los cuales comprenden llevarlos a la estación de policía, registrarlos como refugiados y asignarles un centro de acogida temporal.
¿Cómo no entender a estas personas de querer buscar una vida mejor, un lugar tranquilo para criar a sus hijos y oportunidades económicas para poder mantenerse?
Y por ahí tiene que empezar todo. En primer lugar, los gobiernos europeos están en la obligación de enseñar a su propio pueblo a ser empático, comprensivo, colaborador, integrador y capaz de entender las circunstancias en la cuales estas personas llegan a Europa.
En un pasado no tan lejano, la población de muchos países europeos se vio forzada a emigrar a otros países a causa de las guerras, sea la Segunda Guerra Mundial, guerras civiles como la española o la guerra de los países balcánicos.
En mi caso, mis padres son inmigrantes portugueses que buscaron una vida mejor llena de oportunidades y la paz de poder vivir tranquilos. Fueron recibidos en Venezuela con los brazos abiertos al igual que muchos españoles e italianos. Ahora fue mi turno de buscar una vida mejor por culpa de un gobierno que está llevando a Venezuela directo a la miseria, donde la gente joven no tiene oportunidades y en donde la lluvia de balas se lleva 25 mil muertos por año y eso que no estamos en “guerra”, ¿Cómo no entenderlos? ¿Acaso ellos no tienen el mismo derecho?
Tiene que quedar claro que no basta con regalar ropa vieja y comida. Debe haber una verdadera acción integradora impulsada por los gobiernos y que sea lo suficientemente inspiradora para la gente local.
En segundo lugar, hay que tomar muy en cuenta el contexto de donde vienen estos refugiados: son de mayoría musulmana, lo cual indica que su vida gira en torno a la voluntad de Dios, a seguir preceptos religiosos y normas que pueden ser disruptivas en Europa, que en su mayoría son estados laicos. Esta realidad difiere mucho de las condiciones en la cuales muchos europeos inmigraron a Estados Unidos o América Latina, en donde se comparten valores occidentales y neutralidad religiosa a nivel de gobierno. En estos casos la posibilidad de adaptación y aceptación por la población local es mas sencilla.
Es necesario recalcar que al estar en Europa hay normas de convivencia que deben ser respetadas para mantener la armonía y que ellos deben adaptarse, no al revés. Así como una mujer que va a algún país de Medio Oriente no puede pasearse en bikini por sus calles, porque no está permitido, hay cosas que estos refugiados tampoco podrán hacer. En tanto y en cuanto ellos puedan entender esto y acoplarse a estas normas, su transición será mas sencilla.
Por último considero de vital importancia fortalecer y mejorar la educación. Ofrecer oportunidades para esta nueva generación de pobladores europeos en donde se enseñe un sentido de comunidad europea y hacerlos saber que ellos son parte de ella. Ya no hacen falta más pruebas de que la educación bien enfocada es el arma más poderosa contra el odio, la segregación e incluso el terrorismo.
Quisiera no pensar en que esta es una estrategia de los países árabes para cambiar la geopolítica europea tal y como afirmó Giovanni Sartori en su última presentación, aunque esta teoría no se debe descartar sino mas bien seguir de cerca.
Creo que ha quedado más que obvio que el camino a seguir es una mejor educación enfocada a integrar a las futuras generaciones que crecerán en Europa. Eso no se hizo en el pasado y como resultado cada vez son más los jóvenes de segunda generación que viven en Europa y que se unen a grupos como ISIS porque no se sienten europeos y buscan desesperadamente una identidad que los acoja y los entienda. Muy sabiamente estos grupos terroristas han sabido capitalizar esta rabia y esta falta de identidad logrando tener mas adeptos dispuestos a hacer lo que ellos quieran, en el nombre de Dios.
Solo quedará ser espectadores de esta dramática historia y esperar que al menos tenga un final feliz.