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Acciones inocuas

“Existen tres tipos de personas: Los que hacen que las cosas pasen, los que miran las cosas que pasan y los que se preguntan: ¿Qué pasó?” expresó Nicholas Murray Butler ilustre pensador y filósofo Premio Nobel de la Paz en 1931. Murray describió, no solo a los tipos de personas, también apuntó sin hacerlo a tres formas de actuar. No mencionó los porcentajes, no estaba interesado tal vez en sustentar sus opiniones pero si lo hubiera hecho se habría llevado una enorme sorpresa. Tampoco yo estoy interesada en establecer porcentajes, los que muy seguramente, sólo con una somera ojeada al diario acontecer mundial podemos establecer que los primeros son minoría, los segundos constituyen un volumen enorme y los terceros, que se pueden sumar a los segundos, son el resto, es decir casi toda la población.

Veamos como ejemplo: Un individuo acciona una bomba, mata a 23 personas y hiere a más de 60. Millones vemos las consecuencias que trae el actuar de ese solo individuo, y nos preguntamos ¿Qué pasó? Y como ese tenemos a diario cantidades de ejemplos en el mundo. Pero lo triste es lo que hacen los pocos que hacen. Ante la feroz contundencia de los que hacen lo malo, la minoría de los que hacen lo bueno, es inocua, inservible y hasta ofensiva.

¿Cuántas voces de rechazo recibe cada uno de esos episodios? Pueden contarse por millones, las redes sociales se llenan de mensajes y símbolos de solidaridad, palabras infladas en contra de los violentos, el país víctima en turno, recibe llamados y palabras de apoyo, pero… ¿Sirven de algo? ¿Disuaden a un individuo enfermo de odio, el que el mundo rechace sus actuaciones, que se enciendan o apaguen luces, que no pocos se desnuden como protesta o que se desarrollen por todo el mundo minutos de silencio?   ¿Y quemarse a lo bonzo? ¿Resuelve algo a alguien?

Nos quedamos cortos con acciones como esas. Ni flores ni vigilias, ni silencios ni marchas, entre otras muchas, menguan el dolor de las víctimas, o restituyen la vida. Los famosos, con sus breves palabras de solidaridad, no resuelven nada. Si tuvieran algún efecto no habría más ataques criminales, injusticias, autoritarismo, pobreza, guerras, drogas. Esas manifestaciones son sólo paños de agua tibia en un cáncer. Y al cáncer, hay que someterle a un tratamiento eficaz y contundente, aunque muchas veces, resulte inocuo pero no por eso hay que dejarlo progresar.

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