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Abrams y el Coronavirus

Recientemente Elliott Abrams, el representante especial de los Estados Unidos para Venezuela detalló en rueda de prensa la propuesta, anunciada por Pompeo, para una salida pacífica y democrática a la crisis venezolana. En síntesis, la propuesta implicaría la formación negociada, después de la renuncia de Maduro y Guaidó a la Presidencia, quien mantendría el cargo de Presidente de la Asamblea Nacional, de un Consejo de Estado, integrado por 5 personas, dos sugeridas por el chavismo, dos por la oposición democrática y una nombrada por los cuatro anteriores. En el mismo no podrían participar aquellos que estén imputados por narcotráfico y /o terrorismo. El Consejo gobernaría el país hasta la realización de elecciones presidenciales y parlamentarias libres, transparentes, con todas las garantías y observación internacional profesional. Las sanciones vendrían gradualmente eliminadas. La propuesta obtuvo el apoyo de la Unión Europea, el Grupo de Lima y en general de la comunidad democrática internacional. El régimen inmediatamente la rechazó.

Es evidente que la propuesta no estaba dirigida al alto mando del régimen, sino a los dirigentes chavistas y a los militares no implicados en la criminalidad organizada, con el objetivo de buscar un quiebre interno en el régimen. La propuesta le está indicando a estos grupos que tienen una salida favorable a nivel personal y familiar, que les permitiría también mantener una presencia en el escenario político del país. De todas maneras también para Maduro, Diosdado y sus colaboradores más cercanos, la propuesta les deja la posibilidad de refugiarse en Rusia, Cuba, China, Irán y quizás también en Turquía, México y Argentina. El otro objetivo de la propuesta era contrarrestar y reducir las fuertes presiones en la opinión pública internacional que clamaban por una suspensión de las sanciones, dada la crisis humanitaria en Venezuela magnificada por el coronavirus. Obviamente, la propuesta viene acompañada de advertencias y amenazas: La flotilla antinarcóticos en el Caribe, las imputaciones por narcotráfico del Fiscal General Barr, las millonarias recompensas por las “mayores cabezas” del régimen y las fuertes declaraciones del mismo Abrams, el asesor de la Casa Blanca Claver-Carone y el ex Embajador en Venezuela Brownsfield, que mencionan las diferentes alternativas de acciones de fuerza posibles en el Siglo XXI.

Dos profesores de relaciones internacionales, Stephen Walt de Harvard y John Mearsheimer de la Universidad de Chicago, con mucha influencia en la administración Trump, están subrayando la necesidad para EEUU de mantener la hegemonía en el hemisferio occidental, para poder ejercer con eficiencia el papel de “off shore balancer” en los demás escenarios geopolíticos. Lo cual implica que los EEUU, amparados por la “profundidad geográfica” de los dos océanos, debe dejar de desperdiciar tesoro y energía para ser el “policía mundial” y transformarse en el “balancín” externo que apoya a las coaliciones regionales que impidan el surgimiento de un “hegemón” regional. Después del éxito de Putin de mantener a Assad en el poder en Siria, el más viejo aliado de Rusia en el Mediterráneo, para los EEUU permitir que Putin logre también mantener en el poder a Maduro en un país del hemisferio occidental, después de las declaraciones de Trump y sus colaboradores, significaría una pérdida de credibilidad, prestigio e imagen y sobretodo una derrota geopolítica difícilmente aceptable.

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