Seres bellos y perfectos,
seres impregnados de misterio,
seres que profesan el amor más puro y sincero
son ahora mi única compañía,
la única que quiero.
Su condición no conoce de traiciones
¡No los traiciones tú!.
Altivos y orgullosos permanecen
mientras observo brillar sus ojos,
estrellas en un cielo raso e impaciente,
silenciosos, delicados e indolentes
me vigilan siempre,
aunque parezcan estar durmiendo
siempre tienen un ojo abierto.
Son los guardianes de la calma,
los amantes del calor hogareño,
ellos me regalan sus pequeñas vidas
y yo, mis abrazos y mis besos.
¡No merecen menos!.
Compañeros ancestrales de la magia,
discípulos eternos de la luna,
testigos de los espíritus
que vagan por los pasillos en penumbra,
con fidelidad y bondad
a mi lado siempre están.
Inmortal es su recuerdo
y eterna su dulzura,
sus cánticos enfebrecidos
rompen la noche en jirones de bohemia locura.
Mis amados felinos…
no me abandonan ni en la noche ni en el día.
¡No los abandones tú!
Ellos jamás lo harían.
Dedicado a Lerdi y Riberín.