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Aprender de la crisis de Grecia

Las islas griegas, cuna de la cultura occidental están sumidas, desde hace diez años, en una severa crisis económica, causada por errores de los liderazgos políticos, males de la modernidad, y por la apatía y desencanto que caracterizan el estado de ánimo de la población.

Parece perfecta la frase: “cría fama y échate a dormir”. Están atrapados en sus leyendas de la mitología griega. La del laberinto de Creta y el minotauro explica a la perfección los problemas que afectan en la actualidad tanto a Grecia como a México en América Latina. El minotauro, personaje mitológico, fue encerrado por el rey Minos dentro de un intrincado conjunto de pasadizos diseñado por el arquitecto Dédalo para evitar que la bestia consiguiera escapar. Sin embargo, no solo la bestia, sino cualquier otro ser que entrara no podía encontrar la salida. La situación de Grecia en los últimos diez años es semejante a la de un laberinto. Los problemas que afectan al país son tan complejos que es difícil encontrar soluciones. La desconfianza se apoderó de los inversores y las autoridades comunitarias presionaron para que se tomaran medidas drásticas, ante la gravedad de la situación que podía afectar la zona euro.

Las medidas fueron severas, recortaron las pensiones, los salarios y el gasto social. Como resultado creció el malestar en la población y se multiplicaron las movilizaciones en las calles. Las preferencias hacia los partidos cambiaron y ganaron protagonismo los partidos populistas y de ultraderecha. La recesión llevó a un decrecimiento del PIB, durante más de siete años se incrementó el desempleo y los jóvenes con títulos universitarios, más de medio millón, emigraron ante la falta de oportunidades. La dramática situación cobró factura entre la población, aumentaron las enfermedades mentales, la depresión y los casos de suicidio.

A todo esto se agregó otro problema cuando miles de refugiados llegaron desde Turquía. Los grupos de extrema derecha encontraron en los inmigrantes el chivo expiatorio y se incrementaron las conductas racistas.

La tensión social, las movilizaciones masivas ante los recortes derivaron en el deterioro de los partidos tradicionales. El ejercito llegó a ocupar un lugar especial, vital en la estabilidad del país y con un presupuesto más elevado que el de la OTAN. Su tarea es resguardar el territorio frente a la rivalidad con Turquía y en las fronteras de los Balcanes.

Después de años de depresión Grecia ha comenzado a recuperar el crecimiento, con la ayuda de instituciones financieras. El turismo y la exportación de productos agrícolas son claves en ese proceso de recuperación, y hoy en día el país orienta sus esfuerzos hacia otras áreas como la energía.

Yanarás filósofo griego lejos de estar optimista enfatizó: “La destrucción financiera y la incapacidad de reaccionar con reformas institucionales son prueba de que los griegos estamos en decadencia. Sufrimos un sentimiento de inseguridad colectiva y rechazo a los políticos. Grecia ha sido obligada a hipotecar durante 99 años sus objetos de valor: bienes arqueológicos, bellezas naturales y todas sus infraestructuras productivas. La sociedad griega ha sido humillada”. Y agregó: “el capitalismo da signos de estar en un callejón sin salida por la imposición de tareas inhumanas”.

El presidente Tsipras ganó con el 62 por ciento de los votos, pero su gobierno resultó decepcionante. Lanzó Grecia al juego de los mercados, abandonó los principios en nombre del poder. Su partido acaba de perder las elecciones. La actual Grecia es aún incapaz de retomar con fuerza el vuelo.

Los recursos con los que cuenta México son tantos que han permitido solventar malas administraciones, saqueos, crisis económicas y de inseguridad. La presente administración, parece un barco a la deriva, con su bandera de amor y paz, ataque a la corrupción, austeridad mal implementada, recortes en lo primordial y despilfarro. Como en Grecia, ensayo y error en cuanto a estilos de gobernar.

No se vale aventar culpas, necesitamos soluciones, tampoco despilfarrar en obras de capricho, cuando la mayoría de la población carece de lo esencial. Seguramente el presidente Trump permanecerá otros cuatro años y nos tiene amagados con sus políticas absurdas. López Obrador ha demostrado que es más difícil gobernar que ser oposición.

 

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