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Las Neurofinanzas

La neurofinanza es un nuevo paradigma, el conocimiento de la economía con la neurociencia: lo racional con lo emocional.

La mercadotecnia cuenta con investigaciones sobre las conductas de los consumidores, pero para crear este nuevo paradigma, agregaron los conocimientos de la psicología y de la neurociencia a las teorías tradicionales de las finanzas.

Es importante conocer la importancia del cerebro y de las emociones cuando enfrentamos situaciones de riesgo y de incertidumbre, momentos en los cuales tendemos primero a reaccionar y después a analizar. El hombre pertenece al reino animal y, a pesar de nuestra mayor capacidad intelectual, a la hora del peligro reaccionamos con el instinto de conservación.

Es importante observar que para las empresas no solo es importante crear y competir con un producto sino lograr una buena gestión del personal que allí trabaja. La inteligencia emocional es la premisa que domina un mejor o peor desempeño laboral.

A las empresas les conviene que sus dependientes trabajen como equipo. Sin embargo, es muy difícil lograrlo si los individuos no son capaces de vincularse como grupo. Para eso es necesario fomentar la inteligencia emocional, el conocimiento de sí mismo y el nivel de su autoestima.

Entender el desempeño individual es importante para incrementar la producción y lograr convertirse en una organización de aprendizaje efectivo que les permita alcanzar sus objetivos.

Las empresas que utilizan el castigo más que la motivación, consiguen más bien favorecer desmotivación, resentimiento, inseguridad y baja producción; malgastan dinero y energía y el resultado es una rotación permanente del personal. La motivación en el ambiente laboral y escolar, siempre dará mejores resultados. Hoy en día que estamos tan conectados parece que será lo ideal para el futuro. Pero, como todo, también el trabajo en línea tiene sus falacias. En general los adultos, jóvenes y niños se sienten agotados y, a pesar de que pueden comunicarse, la mayoría tiene la percepción de que nadie los escucha.

Somos seres gregarios, necesitamos socializar y cambiar de rutinas, vínculos, necesitamos la comunicación cara a cara para identificar el lenguaje no verbal, percibir aromas y sentimientos.

Hay otra realidad que nos aqueja: la incertidumbre. Nadie tiene su empleo asegurado, en estos tiempos de crisis nadie está a salvo. Aun cuando la empresa para la que se labora sea próspera, no existe la seguridad de que evite la quiebra.

Como efecto de la pandemia vivimos sumergidos en confusión, incertidumbre, ansiedad y miedo. Como vimos, entender el nuevo paradigma es tan importante que hasta en las finanzas toman en cuenta primero los sentimientos y emociones que las decisiones racionales.

Los expertos en finanzas conductuales están analizando los conocimientos de la psicología, sociología, la neurociencia y las matemáticas para entender la forma en que tomamos decisiones financieras. Los neurocientíficos han mapeado los cerebros para observar qué ocurre cuando se toman decisiones. Aconsejan que para acertar en las mejores decisiones las tomemos de manera pausada, analizando los pro y contra y tratando de conectarnos con la parte intuitiva, esa que nos da señales en el cuerpo. Si algo va a salir bien se siente tranquilidad, si algo no nos conviene el cerebro manda señales al cuerpo, algunos lo sienten en el estómago, otros escuchan una voz. Cuando los mercados son volátiles, lo mejor es alejarse de las pantallas y de la tentación del dinero.

La curiosidad también es importante. Si quieres empezar un negocio tienes que ver las necesidades, descubrir algo diferente, evitar ir, como muchos, por “más de lo mismo”. Por ejemplo, al inicio de la pandemia todos vendían cubrebocas y mascarillas.

La experiencia que deja la neurociencia es una codificación en el sistema nervioso central que nos permite aprender de las reacciones a las emociones. Si te das cuenta que eres impulsivo, identifica el comportamiento a las primeras señales, respira y trata de controlarte. La alarma en el cerebro se prende ante la amenaza y se prepara con químicos para protegerse, huir o defenderse. Empieza por entender que estás haciendo, crea un plan de acción que incluya tus deseos y aspiraciones, algo diferente a lo que ya está establecido, si te va bien, luego te van a imitar y tendrás mucha competencia.

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