Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!
Edda Armas

7 Talismanes para la fuga

…pero un día, el menos esperado,
el talismán perdido aparece y la palabra,
el giro, el acento que hacía falta, llega
y, una vez más,
la música que oyes, te salva.
ELKIN RESTREPO

Equilibristas

i: nosotros

………….Quisiéramos perdurar
con sagaz puntada de aguja al zurcir.
¿La lengua se hincha en lo impreciso
y redime acaso sus rotas intemperies?
Transparencias, acumuladas razones.
Sabernos vaciados sin volvernos fuga.
………….Soltarnos siendo apenas
fragmentos de lo que juntos fuimos.
Cautivos equilibristas en la cruel soga.
………….Tendidos oscilamos
sobrellevamos o perdemos el control
como libres delfines de otra eufonía.

ii: ellos

Impacientes, guardianes unos de otros.
Atados o libres, tasan todas las palabras.
Miden pronunciarlas, espaciadamente.
La verticalidad simple de la naturaleza:
………….………….ola y contraola
voltean con sonoridades sus cuerpos.
Verbos y juegos, rituales en la cofradía
que los sostiene, para sin ellos, caer.
Precipitada pirueta, al ser apenas borrador
y espinazo de sombras, sin luces afines.
En el mínimo espacio, ellos, fantasmas,
antepasados atendidos, anclas del aire.

Levitación

Levitar entre dos lenguas
al no comprender la palabra
que entre la nada y la resaca
hace abismo cuando escribes.

Piel eterna de lo áspero,
cuando lo no manifiesto
insufla descarnadamente al verbo
para que el alma reconquiste
el acento que le da sentido
y dimensión a nuestra lengua,

posesa del nenúfar mercurial.

Cofradía

El segador gira, y gira
su centro de gravedad
deduce y extiende
desapegado.

Sin plantar las huellas
—no pueden recogerse
en la memoria ni en el corazón—
el que todo lo ve
ajusta
engarza
en despliegue de alas
algún escondite les construye.

Ancla, raíz, polos, ritual de
nubes en rotación, mordidos
andamos en el solario
de rotunda impermanencia.

Reloj de arena

El alma se prenda
de la flor fucsia de cactus
de su espina de amor
del lazo azul que cae del regalo
y acaba en el banco de una plaza
de la mirada del paseante por la acera
cuando ojeamos la vida por la ventanilla del autobús
de la corteza de la manzana amarilla
que sin inocencia hieres al morder
del trozo más minúsculo de sincera ternura

El alma que ha penado
lleva escapularios
La cruz
Un ojo de Horus
El cuerno de ciervo
La pata de conejo
El milagro de plata al tobillo
La cayena roja al cabello

Esa alma atiende
las cartas servidas en un mantel de hierbas
las páginas marcadas de los libros de Celan
la órbita de los días con algún hallazgo
azarosa encrucijada, aferrados al destino

Los cambios de pulso
catas en las rutas del zigzag
y con el reloj de arena mides
los actos del que sueña y
las pequeñas victorias
en la red de sobrevivientes

Atiéndela, te pido, a esta hora de soltar rastrojales
y amarrar margaritas en la espera.

 

Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad
Átalas a tu cuello
Escríbelas en la tabla de tu corazón;
y hallarás gracia y buena opinión
Ante los ojos de Dios y de los hombres.
………….………….(Proverbios. 3. 4)

Talismán Amatista

Tu correo-e llega en la mañana de un frío lunes.
Sí el otro te piensa, si el otro algo envía, te salva.
Resonancias. Otro día para vivir y agradecerlo.
Espirales. Dar, sin sospechar ni temer a las horas.
La amatista conmigo. Es piedra preciosa, decía
mi abuela A., de color vino cortado con agua.
Un cuarzo violeta: dicen color del apóstol Judas.
El cielo se viste de amatista veteado por el frío.
Envuelta de atardeceres pienso en mis ausentes.
Verbos y andanzas, consagraciones en solitario.
Proviniendo de ti, al proverbio que me enviaste
de talismán, lo escribo en la tabla de mi corazón.

 

Talismán Ojo errante

El ojo perdido en la profusión de sendas
que se cruzan en todos sentidos…
Octavio Paz. El mono gramático

O-j-o-Uno

Decir
que la palabra mancha
siendo indeleble,
que viene y vuelve
siendo repetición perpetua
consternada ya en picada
la enflaquecida aguja.
Insertada en la emoción
al sabor de su sonoridad,
acaso dubitativa
o fugada
ventana es
al paisaje del agrio entorno.
Nicho
donde pespunte y
hallazgos atan
la distorsión actual
al vocablo
permanencia.

O-j-o-Dos

Si digo penuria, tal vez, la otra mitad quede afuera.
Párpados de poeta. Hinchados por el sobresalto.
Quitarse la máscara. Lo cóncavo cae, nos deja sin piel.
Sitia al insomne. Él padece su propia ruina sin ser
nombrado, aislado en la crónica de la pesadilla circular.
Quiere saberse fuera de la mano, que mata y apaga…
Se abrevia, aferrado a la repatriación de lo fértil.
Un trébol estira la mitad esperanzada del cuerpo.
Visión recurrente del que retorna a territorios de humo
donde la mano útil siembra otro árbol de los fuegos.

Hey you,
¿nos brindas un café?