NUEVA YORK: Su emoción y su energía son contagiosas. Giordano Di Marzo, conocido por todos como Yordano, desde apenas unas horas supo que está fuera de peligro. Logró ganar la batalla contra la enfermedad que hace poco más de un año desbarató su vida, sus sueños, su futuro inmediato y lo llevó a pocos pasos de la muerte.
Es un Yordano distinto el que encontramos, nada que ver con el hombre introvertido y poco dado a hablar al que estábamos acostumbrados. Ahora es parlanchín y la sonrisa que le brota desde adentro ilumina su cara y todo su cuerpo.
Cantautor, guitarrista, arreglista, Yordano es uno de los mitos con los que ha soñado una generación entera y más aún, porque los jóvenes también lo aman y tararean sus canciones.
Mezcla del romanticismo ligeramente melancólico de Italia, tierra de la cual emigraron sus padres y en la cual nació, y del ritmo y el goce caribeños de Venezuela, país en el cual creció, su música y las palabras de sus canciones llegan hondo y muchas veces se han transformado en la columna sonora de momentos significativos de la vida de muchos latinoamericanos.
La música ha sido su compañera de viaje desde que era apenas un adolescente y ha sido el vehículo que lo ha ayudado a superar el que fue sin duda el peor trance de su vida, cuando le diagnosticaron el Síndrome Mielodisplásico, un tipo de cáncer que afecta la médula, impidiéndole producir plaquetas. Cual pesadilla, en ese momento, su vida dio un vuelco y Yordano supo que nada sería ya como antes, que el único objetivo al cual tenía que dedicar esfuerzos y energías era la lucha contra la enfermedad. A su lado, con amor y dedicación incondicionales, Yuri Bastidas, su esposa y manager quien asumió el reto junto con él sin permitirle nunca perder fuerzas y esperanzas. Y fue también gracias a ella que, poco a poco, recuperó un espacio musical, vital para su salud mental y física porque, como Yordano mismo nos confiesa con sencillez conmovedora, “la música para mi lo es todo, es como respirar, es mi profesión, la forma en que me expreso, es mi mundo”.
Tras unos difíciles, muy difíciles primeros meses, Yordano ha vuelto a pisar un estudio, el de su amigo y productor José Luis, (Cheo) Pardo, mejor conocido como Dj Afro. El calor de las amistades, la creatividad y alegría de Cheo, la tenacidad de Yuri, permitieron a Yordano recuperar ese ritmo interno que empieza con un tarareo y se transforma en una canción.
El amor por la música surgió en Yordano cuando era todavía un niño. Su infancia y adolescencia estuvieron marcadas por ritmos diversos. Al comienzo fueron las rancheras mexicanas, el mambo, el danzón, la música cubana que transmitía la radio. “Las escuchaba sin cansarme y muchas veces las grababa también. Luego cuando apareció el primer rock and roll, cuando empezaron a llegar las canciones de los Beatles, de Bob Dylan, de los Rolling Stones se me abrió un mundo. Pasaba horas y horas escuchando esos discos una y otra vez. Me entró el deseo de aprender a tocar y fue un momento de gran felicidad cuando mi padre accedió a comprarme una guitarra, una Gibson, una guitarra legendaria. Escuchaba los discos y probaba los arreglos. Compraba libros, ensayaba y ensayaba. La primera canción que logré sacar fue “Blowing in the wind”. Junto con otros tres amigos formamos una band imitando a los Beatles. Yo era John Lennon porque cantaba y tocaba la guitarra rítmica. Éramos todos novatos pero siempre había alguien que sabía algo nuevo y así íbamos mejorando”.
Eran los años de las grandes rebeldías juveniles y Yordano estudiaba Arquitectura en la Universidad Central de Venezuela. “Era una facultad que reunía a muchas personas creativas porque no había en ese entonces una escuela de Arte. Yo prácticamente vivía allá, la Universidad para mi era la libertad porque me permitía salir del control de mi padre, un hombre muy estricto y severo”. A pesar de las ocupaciones, los allanamientos y los períodos en los que la Universidad quedó cerrada, Yordano llegó a concluir su carrera exitosamente. Pero sin nunca alejarse de la música que era ya irremediablemente su verdadera pasión. Durante un tiempo tocó en una band junto con Alberto Slezynger y su hermano Evio Di Marzo que se llamaba Sietecuero, y con la cual grabó el disco Rojo sangre considerado hoy un disco de culto. Más tarde Slezynger y Evio crearon sus propios grupos: Daiquirri y Adrenalina Caribe, respectivamente.
Yordano siguió como cantautor y el éxito le llegó con la fuerza de un ventarrón cuando, en el ’84 salió el disco que él denomina el Disco negro por la carátula negra, diseñada por el artista plástico venezolano Santiago Pol, en la cual aparece su nombre en azul y una foto suya.
En ese disco reunió temas como Bailando tan cerca, Aquel lugar secreto, Algo bueno tiene que pasar, No queda nada, Otra cara bonita, Manantial de corazón, Ella se fue, Chatarra de amor, canciones todas que entraron para quedarse en la vida de sus fans y que siguen hoy tan vigentes como ayer.
Pero ¿De qué lugar secreto emergen las canciones y cómo se construyen?
Yordano nos responde con música y palabras. “Yo siempre estoy componiendo, para mi es como respirar. Muchas veces se me ocurre una melodía – dice mientras tararea algunas como ejemplo – Puede ser mientras estoy en la calle, paseando, en un aeropuerto. Una vez fue mientras bajaba por una escalera mecánica. Entonces la repito muchas veces para no olvidarla, ahora con los celulares es más fácil porque puedes grabarla. Otras veces esas melodías surgen mientras improviso con mi guitarra. Son una primera semilla que empieza a crecerme dentro, se adorna de palabras y desde ese momento voy entrando en un proceso casi obsesivo. No logro alejarme de ella hasta terminarla. A veces las canciones salen con cierta rapidez, pero otras veces pueden tardar años. Las notas son siempre las mismas para todos, son como el alfabeto para un escritor, el gran reto es organizarlas de manera que se transformen en la canción que tu quieres hacer, según tu estilo, tus sentimientos, tus capacidades”.
En su larga carrera Yordano ha tenido momentos de gran resonancia mediática y momentos en los cuales su nombre y sus canciones se han escuchado menos pero, a pesar de esos silencios y de las voces que de vez en cuando rodaban sobre un alejamiento suyo de la música, él nunca dejó de componer. Su carácter introvertido lo llevaba a alejarse de los reflectores pero no de sus canciones. Y el público tampoco lo ha abandonado nunca.
“Hubo momentos en los cuales quedé como productor independiente y eso significaba tener menos dinero para la promoción de la música porque todo lo invertía en la producción. En esos casos es muy importante tener cerca a un buen manager. Cuando conocí a Yuri quien hoy es mi esposa, entendí que había encontrado a la persona que podía realmente ayudarme en todos esos aspectos promocionales para los cuales yo sirvo mucho menos. Yuri cree en mi, en mi música, es también mi asesor de imagen y ha logrado que el primer disco que sacamos juntos y que se titula ‘El deseo’ fuera un éxito increíble. Se vendieron, solamente en Venezuela, más de 60mil copias. Fue el disco más vendido del momento. Y sin tener a una disquera que nos apoyara”.
– ¿El mundo digital, el hecho que las nuevas generaciones estén acostumbradas a bajar la música de Internet, tiene repercusiones negativas para los músicos y las disqueras?
– No, ya el mercado de la música en Internet está suficientemente regulado y es siempre más difícil bajar música de calidad sin pagar nada. Nosotros recibimos un pago por cada canción que las personas toman de Internet y en cuanto a las disqueras ellas pagan por el master que el cantante les entrega por un determinado tiempo. Sus ganancias vienen de los conciertos y también de la venta de canciones, de melodías con fines publicitarios, para programas de televisión o para el cine. Las disqueras invierten en las giras internacionales y prefieren que la música gire, que las personas las conozcan, se encariñen y vayan a los conciertos en vivo. Los derechos de autor también representan un ingreso adicional.
– Hablando de canciones que se vuelven famosas gracias a la televisión y al cine tu tienes una feliz experiencia. El tema central de la telenovela “Por estas calles” escrita por Ibsen Martínez, que llevaba el mismo título de tu canción, tuvo un éxito increíble. ¿Has hecho también algo para el cine?
– Si, ya hice algo y en los próximos meses van a rodar en Perú una película con un elenco muy importante que se llamará ‘Locos de amor’, como una de mis canciones. Es una comedia en la cual hay varias parejas con situaciones sentimentales complicadas, todas acompañadas por una canción. Locos de amor es la que acompaña la historia de la pareja principal y da el nombre a la película.
Las canciones de Yordano se han hecho famosas en toda América Latina, muchas veces han viajado más que el mismo autor y cada vez que hay un concierto el público lo recibe con gran entusiasmo y cariño. La enfermedad de Yordano, la sencillez con la cual él mismo dio la noticia durante un programa de televisión y luego a muchos otros medios, ha puesto en evidencia ese cariño. Personas de todo tipo y de toda edad han vivido este largo recorrido de Yordano con preocupación, mostrándole solidaridad, afecto, aprecio.
Y grande ha sido la amistad que le han prodigado otros cantantes y músicos.
“Ese es el aspecto más positivo de esta difícil experiencia. He recibido tantas manifestaciones de cariño y aprecio que por momentos me sentía feliz y abrumado”.
Otra demostración tangible de ese cariño y de la alegría que sienten todos al saber que ya lo peor pasó, será un disco que, con el sello de Sony Music Latin, grabará en los próximos meses Yordano a dúo con renombrados colegas latinoamericanos como Franco De Vita, Ricardo Montaner, Los Amigos Invisibles, Andrés Cepeda, Santiago Cruz, Kany García y Carlos Vives, entre otros. Es un tributo a su “renacer”, una gran fiesta musical en la cual se celebrarán la vida y la amistad.
El próximo domingo 14 de Febrero, en Nueva York, Yordano dará otro concierto en el SOB’s.
“Será un concierto para celebrar la vida, la vida que volvió en mi y la vida en general. Ha pasado poco más de un año desde mi trasplante y siento una gran alegría porque superé positivamente esta etapa tan dura. Quiero compartir la alegría de estar vivo con mis amigos, los viejos y los nuevos, aquellos que he encontrado en estos meses en Nueva York, aquellos que estuvieron atentos al desarrollo de mi enfermedad, a todos quienes me hicieron llegar sus palabras de solidaridad y aman mi música”.
Para la ocasión llegará a Nueva York su amigo y director de la band que tocará junto con él, el guitarrista Eddy Pérez, “uno de los mejores guitarristas de América Latina” subraya Yordano. Los otros músicos ya están viviendo en Nueva York.
“Aquí encontré a muchos músicos talentosos, varios son venezolanos. Eddy los coordina desde Venezuela, les manda todo el material que necesitan y se ocupa de la logística junto con Cheo Pardo”.
Yordano confiesa que una de las más grandes alegrías que ha recibido del concierto que dará el 14, ha sido su reencuentro con el reconocido pianista de jazz, el venezolano Luis Perdomo, quien reside en Nueva York desde hace años y que grabó con él la canción De sol a sol en el disco Por estas calles.
Perdomo estará a su lado en este concierto tras el cual, Yordano, regresará a Caracas, ciudad que añora, y en la cual está organizando otras presentaciones. Participará también en la Feria Internacional del Libro del Caribe (FILCAR) que se celebrará en Margarita del 25 de Febrero al 2 de Marzo. Allí presentará un libro que escribió sobre su vida el periodista y amigo, Gerardo Guarache, quien lo entrevistó durante más de un año. El libro que cuenta con un prólogo del conocido periodista y escritor César Miguel Rondón y que será publicado por la editorial El Nacional, también llevará fotos de Rafael Salvatore, Premio Nacional de Fotografía en Venezuela, quien ha documentado la carrera de Yordano desde los años ’80.
El futuro vuelve a tomar su rumbo, volvieron los sueños, los planes, las esperanzas.
Quizás con una conciencia diversa, porque cuando la muerte nos roza tan de cerca nunca quedamos igual.
“Yo cambié, lo sé. Me volví más abierto, más alegre, aprecio mucho más hasta los detalles más pequeños de la vida. Y me siento privilegiado. El otro día estaba en un supermercado esperando en cola para pagar y en el mientras tarareaba una canción de los Beatles. Una señora a mi lado me dijo: Usted es una persona feliz. Yo le contesté: Si señora y tengo muchas razones para serlo”.