Con un retraso de 8 meses llega a las carteleras estadounidenses el filme turco, Winter Sleep, luego de haber ganado la Palma de Oro del festival de Cannes. Su autor, Nuri Bilge Ceylan, ha hecho meritos con esta obra maestra filmada en la región de la Capadocia (península de la Anatolia), una tierra iluminada por la grandeza de los milenios, Troya (Ilión), los antiguos ilios, convirtiéndola en belleza que brota como de volcanes blancos y de rostros expresivos como no los hay en otros mundos.
Basado el guión en autores rusos como Chejov y Dostoievski, los diálogos extensos, la emoción de una violencia contenida y reflejada en gestos cómicos, que a la postre destruyen cualquier sensibilidad, asistimos a lo que inventó Esquilo, el segundo actor, complementando el biopic de un protagonista, Haluk Bilginer, que antes militó en el teatro de Turquía, y que ahora se dispone a escribir la historia de ese teatro envalentonado frente al teatro clásico griego, en medio del invierno sombrío (reggio), y religioso de la Capadocia.
Ceylan ya se había apropiado del premio a mejor director de Cannes con su filme Tree Monkeys, 2008. Todos lo han mirado como un autor influenciado por el cine de occidente, sobre todo de I. Bergman, algo que notamos en Winter Sleep, que en sus tres horas y pico llega hasta el delirio de escena, donde todo cambia de repente y desaparece sin poder regresar a los flashback de las grandes historias, pero como esto es teatro en la reverberación de la cinematografía, el oro de los conceptos humanitarios se toca y lo convierte en tragedia.
Raro, el obstáculo que le puso Hollywood al filme turco al no nominarlo para la edición del 14 como mejor filme extranjero, para vengarse ganó Cannes 14. Por lo que logró concluir que los filmes competitivos del Festival del 14, han sido refrescantes para el cine, dado el bajón de los últimos años.
Allí estuvo Goddard con Adiós al lenguaje, que ganó el premio del jurado. Mr. Turner de Mike Leigh, que ganó al de mejor actor, Timothy Spsall, quitándole esa posibilidad a Haluk Bilginer, con todo el merecimiento artístico, pudo haber sido compartido. Compitió con Leviatan de Rusia, Foxcatcher de Bennet Miller, Maps to the start de Cronenberg, Deux Jours Une Nuit, de los hermanos Dardenne, Birdman de A. G. Iñárritu, La sal de la tierra de Win Wenders (por Francia),
Ya habíamos conocido a Nuri Bilge Ceylan en el Festival de cine de New York, 2003, con su filme Usak (Distant), con la que había ganado Cannes a la actuación masculina, con Muzaffler Ozdemir, a quien entrevistamos para un medio periodístico, con el silencio, la lejanía, el mismo que experimentó en el filme sobre un extraño en Estambul, también en invierno.
Volviendo al filme (reuniendo todos los ámbitos creados o aparecidos en el foco), no deja de ser particularísimo ver habitantes antípodas en los hospedajes, buscando paz o lugares paradisíacos. Pero los habitantes de la región conservan una naturalidad increíble, donde convergen los viejos mitos y las extrañas posesiones diabólicas, con la que pernotan como si fuera pan de cada día.
La sensibilidad de la sala de proyección, llena de viejitos y viejitas, unos de origen turco, allí sentados, incómodamente, es un ejemplo de que el arte del cine no cansa a pesar de las tres horas, mientras yo sacaba el fiambre que llevaba para aguantar, y pensaba en Erland Josephson y Liv Ullman en Escenas de la vida conyugal de I. Bergman, con duración de 155 minutos (y 295 para la televisión).
Es el cine herido por la diversión de los supermanes, impidiendo la filtración de este tipo de películas que caen tan bien al cinéfilo desprevenido, a veces, y que vuelvan los filmes sicoanalíticos (odiados), los Pasolinis, y que Ceylan (1959), le queda largo trecho para continuar con sus largos, Once upon a time en Anatolia, 2011, que no hemos visto, parece ser un antídoto al mal cine, y una entrada triunfal del cine de Turquía, por donde vemos pasar a los dioses cansados pero maravillados de su obra.
Por un chisme interesante me enteré de que el cineasta turco estuvo en Cartagena, para tratar de realizar un filme documental sobre la emigración de turcos a la costa colombiana. Hechos comprobados, y que esperamos sea toda una realidad para el cine, pues la magia de los costeños en parte viene de allá, de Asia Menor.
Bueno, ya tenemos el cine club más armadito, pues no solo de pelis en 3D sino de largos bien largos como Winter Sleep, para que vayan mejorando su concepto de mejores filmes de la historia del cine, comenzando con este, modificando las listas desde ahora.