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La violencia contra las mujeres es un problema global de salud publica

Difícilmente pasa un día sin que se reporten serios problemas de violencia doméstica en los países de América Latina y el Caribe. Este tipo de violencia (que se manifiesta generalmente como violencia contra la mujer) ya sea física o sexual se ha convertido en un grave problema global de salud pública que afecta a más de un tercio de todas las mujeres a nivel mundial.

Así lo confirmó un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hecho  en colaboración con la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y el Consejo de Investigación Médica de Sudáfrica. Este informe, de acuerdo con la Dra. Margaret Chang, Directora General de la OMS, «envía un poderoso mensaje de que la violencia contra las mujeres es un problema de salud mundial de proporciones epidémicas».

Magnitud del fenómeno

El informe de la OMS es el primer estudio sistemático sobre la prevalencia de la violencia contra las mujeres por parte de sus parejas u otras personas. Según la OMS, las tasas de prevalencia de violencia sexual contra las mujeres por parte de su pareja u otras personas dentro del grupo de edad de 15 años o mayor son las siguientes: África: 45,6 %; Región de las Américas: 36,1 %; Mediterráneo Oriental: 36,4 %; Europa: 27,2 %; Asia Sur- Oriental: 40,2 %; Pacífico Occidental: 27,9 %. En los países de ingresos altos, la prevalencia de la violencia contra las mujeres es del 32,7 %.

De acuerdo a las Naciones Unidas dos de cada tres mujeres asesinadas en Centroamérica lo han sido por el simple hecho de ser mujeres. Además, con variaciones según el país de esta región, entre el 17% y el 53% de las mujeres alguna vez casadas o en unión física declararon haber sufrido violencia sexual o física de parte de un compañero íntimo.

Efectos sobre la salud de las mujeres víctimas de violencia doméstica

Las mujeres víctimas de violencia sufren una amplia variedad de problemas de salud tales como daño a varios órganos y a los huesos, aborto involuntario, exacerbación de enfermedades crónicas, problemas ginecológicos y enfermedades de transmisión sexual, incluido el VIH / SIDA. Además, son más susceptibles a una variedad de problemas de salud mental tales como la depresión, el estrés postraumático, los trastornos del sueño y de la alimentación, la angustia emocional y el suicidio. El porcentaje de mujeres en todo el mundo que son maltratadas durante el embarazo es del 25 % al 45 %.

Los efectos nocivos de la violencia doméstica no se limitan a las mujeres sino que se extienden también a sus hijos. Los niños que crecen en familias donde hay violencia doméstica son propensos a una amplia gama de trastornos emocionales y de conducta. Se calcula que uno de cada tres niños abusados se convierte en un adulto abusador o en víctima de violencia.

La violencia contra la mujer tiene un alto costo económico para la sociedad. De acuerdo a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos el costo de las consecuencias de la violencia contra la mujer es superior a los $37 mil millones de dólares anuales. Esta violencia se traduce en casi dos millones de lesiones y más de 1.300 muertes anuales solo en los Estados Unidos.

La violencia contra la mujer como un problema de salud pública

Además de la OMS, la violencia doméstica como un problema de salud pública ha sido reconocida por organizaciones tales como la Comisión Interamericana de Mujeres de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Un aspecto importante de este enfoque es el hecho que la salud pública asigna un rol importante a la prevención, en el convencimiento que mediante la puesta en marcha de políticas adecuadas se puede reducir la magnitud de este fenómeno.

Al respecto, la Dra. Carmen Barroso, Directora del Hemisferio Occidental de la Federación Internacional de Planificación de la Familia, afirma, «Los sistemas de salud deben ser la puerta de entrada para la detección, tratamiento y apoyo para las víctimas de la violencia contra las mujeres».

Políticas desarrolladas

En América Latina y el Caribe se han logrado ya avances importantes. Por ejemplo, la mayoría de los países han aprobado leyes contra la violencia doméstica y 10 países han aprobado legislación que supone avances importantes en el abordaje del problema de la violencia contra las mujeres. Además, en todos los países se han llevado a cabo campañas de prevención, sensibilización, promoción, divulgación y/o fomento de actitudes, valores y prácticas de respeto a los derechos humanos y a una vida libre de violencia contra las mujeres.

Sin embargo, la respuesta sigue siendo insuficiente. En los Estados Unidos hay más refugios para animales abandonados que para mujeres maltratadas. Además, todavía persisten ciertos “nudos críticos” en la formulación, implementación, monitoreo y evaluación de las políticas y planes para erradicar la violencia contra las mujeres.

Acabar con el problema de la violencia contra las mujeres requiere no sólo aprobar sino también cumplir sistemáticamente la legislación correspondiente. Exige, también, que eduquemos a nuestras sociedades en el valor que representan las mujeres para sus hogares y para mantener la salud y estabilidad de la familia. Ello indica que promover la igualdad de género a nivel mundial puede ser la mejor prevención contra la violencia doméstica.


 

El doctor César Chelala es autor de «La Salud Materna», “Violencia en las Américas”, y “La Salud de los Adolescentes», todas ellas publicaciones de la Organización Panamericana de la Salud. Es además ganador del premio Overseas Press Club of America.

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