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Alejandro Varderi

Viaje por los Bestiarios (II)

Siguiendo con el Bestiario de Brunetto Latini, encontramos los animales y fieras siguientes:

SIRENAS. “Serenas, segunt dizen los autores, son tres; & an semejança de mugeres desde la cabeza fasta las piernas, & de ally Ayuso an semejança de pescado; & an alas & uñas. Et la primera dellas canta muy maravillosamente con su boca, & la otra con dulcena & con cañon, & la tercera con cítola; et estos con sus cantos dulces fazien perescer los omes de poco entendimiento que andavan por la mar”. Se dice que en el siglo VI, una sirena fue capturada y bautizada en el norte de Gales, figurando como una santa en ciertos almanaques antiguos, bajo el nombre de Murgen. Otra, en 1403, pasó por una brecha en un dique y habitó en Haarlem hasta el día de su muerte. Nadie la comprendía, pero le enseñaron a hilar y veneraba como por instinto la cruz. Un cronista del siglo XVI razonó que no era un pescado porque sabía hilar, y que no era una mujer porque podía vivir en el agua.

DRAGÓN. “Tiene una legua de largo, al cambiar de postura hace chocar las montañas. Está revestido de una armadura de escamas amarillas. Bajo el hocico tiene una barba, las piernas y la cola son velludas. La frente se proyecta sobre los ojos llameantes, las orejas son pequeñas y gruesas, la boca siempre abierta, la lengua larga y los dientes afilados. El aliento hierve a los peces, las exhalaciones del cuerpo los asa. Cuando sube a la superficie de los océanos produce remolinos y tifones, cuando vuela por los aires causa tormentas que destechan las casas de las ciudades y que inundan los campos. Son inmortales y pueden comunicarse entre sí a pesar de las distancias que los separan y sin necesidad de palabras”, apunta Borges en El libro de los seres imaginarios. En la mitología contemporánea adopta la forma jungiana de la imagen negativa de la madre y por esto se expresa resistencia al incesto o se le teme. El dragón como guardián del tesoro representa, de acuerdo con el mismo Jung, la aparente posesión de la libido del hijo por la madre.

MINOTAURO. Monstruo con cabeza humana y cuerpo de toro producto de los amores de la reina Pasiphae de Creta con un toro. Fue encerrado en el laberinto de Cnosos y cada nueve años siete jóvenes y doncellas eran enviados de Atenas como sacrificio. Fue muerto por Teseo quien abandonó el laberinto gracias al hilo de Ariadna.

SCYLLA. Monstruo de 6 cabezas, 18 hileras de dientes, 12 pies y voz como ladrido de perro que vivía en una caverna y no permitía que pasaran los barcos. Cerca se ocultaba Caribdis, un remolino. Odiseo navegó entre los dos, los cuales fueron llamados más tarde el Estrecho de Messina entre Italia y Sicilia.

UNICORNIO. La primera mención al unicornio proviene de Citereas de Cnidos, historiador griego y médico de los reyes de Persia durante 17 años. Un fragmento de su libro sobre la India escrito el 398 antes de Cristo, es el documento occidental más importante concerniente al unicornio. En él lo describe como un gran caballo de cuerpo blanco, patas rojo oscuro y ojos de azul intenso con un cuerno en el centro de la cabeza. El polvo levantado por su cuerno se administraba en una poción mágica como protección contra los venenos. El cantautor Silvio Rodríguez paga cien o un millón a quien encuentre el suyo, que se le perdió ayer y es azul.

JABALÍ. Símbolo de la fertilidad de la tierra. En Alemania cuando el trigo se agita con el viento, se dice que hay un jabalí corriendo a través de los tallos. El último haz a ser cortado en la cosecha, algunas veces llamado “el puerco”, se destina a confeccionar una hogaza de pan en forma de jabalí que se pone en el centro de la mesa principal hasta el fin de la estación festiva. Se guardará hasta la siega de primavera cuando una parte se comerá y otra se mezclará con las semillas del trigo para garantizar una cosecha fructífera.

CERDO. Era sacrificado a los dioses de Grecia al momento de sembrar el trigo. En el antiguo Egipto representaba el espíritu de Osiris. Su carne es tabú para los árabes y los judíos, así como para los habitantes de algunas regiones de Escocia. En China y Europa era considerado como un talismán. Y para Álvaro Menéndez Leal es el objeto de metamorfosis de todo aquel que leyera un texto encontrado sobre el alcor cerca de un viejo molino de pueblo, en tanto que para Pablo Neruda resulta ser el pedestal sobre el que se sostiene la aurora.

GALLO. Existe una historia en Grecia de cuando Marte, el dios de la guerra, pasó una noche con Venus en ausencia de Vulcano y comisionó a Alektraon, el nombre griego para el gallo, a fin de que espiase detrás de la puerta. Pero este se durmió y Marte fue sorprendido por Vulcano a su regreso, por lo cual castigó a Alektraon transformándolo en un gallo. Desde entonces él ha estado vigilando, día a día, la llegada del alba. Y “en su canto muestra las oras del día & de la noche & el mudamiento del tiempo. & commo quier que de noche canta más alto & más locanamente, cerca del día canta más manso & más claro, & fierese las alas tres vegadas antes que cante”.

OVEJA. Víctima de sacrificios desde tiempos muy lejanos, simboliza la pureza y la inocencia. En la tradición cristiana es símbolo de Cristo. “Et esto dize Aristotulis, que quando echan los maruecos a las ovejas, si las traen paciendo contra el viento que viene de septentrión, engendran maslos, & si el viento viene de occidente engendran fenbras”.

LOBO. De acuerdo con el Rig-Veda, existió un hombre llamado Rijrasva cuyo padre había quedado ciego porque con gran generosidad dio 101 ovejas a una perra loba; la loba rogó por su benefactor a las deidades de Asvins y ellas le devolvieron la vista. Asociado con los dioses griegos, se dice que el sacerdote Zeus tomaba forma de lobo. Hécate también podía tomar forma de loba. Lete, madre de Apolo y Artemis, aparecía como loba, y un lobo se representaba en el escudo de Artemis la cazadora. Se dice que Apolo habría soltado lobos sobre Atenas y cualquier ciudadano que matara uno debía enterrarlo públicamente. Sófocles lo llamó el lobo asesino. Algunos mitos describen cómo los hijos de Apolo con mujeres mortales fueron amamantados por lobos, de ahí emana la leyenda romana según la cual Rómulo y Remo habrían sido amamantados por una loba. En la mitología escandinava el lobo Fenris es uno de los tres hijos del dios Loki. Fenris cuyas mandíbulas podían abrirse del cielo a la tierra, creó grandes problemas entre los dioses hasta que lo amarraron con una cuerda mágica. “& dizen los pastores que alguna vez bive de la tierra, & alguna vegada de vianda que roba, & alguna vez del viento. & quando se viene el tiempo de luxuria van muchos lobos en pos de una loba, & a la cima toma ella el más feo para que yaga con ella”.

HIENA Y CHACAL. Los escritores griegos recontaban la creencia árabe de que si una hiena se detenía sobre la sombra de un hombre, lo privaba del poder de hablar y moverse. En el antiguo Egipto, Anubis, el dios con cabeza de chacal y cuerpo de hombre, guiaba a los muertos para ser juzgados por Osiris.“Et dizen muchos que en su ojo una piedra de gran virtud, que quien la oviesse & la posiesse so su lengua que adevinaria todas las cosas que an de venir”.

LEÓN. Símbolo de realeza y divinidad. Cualidades del león fueron atribuidas a los dioses y semidioses. Para algunas tribus de África existe la creencia de que un brujo puede transformarse por sí mismo en león, y los Bushmen piensan que un león puede volverse hombre. Para algunas tribus del antiguo Congo y en Zambeze, las almas de los jefes muertos pasaban a los leones. “Viene a ser amigo del home & mora de muy buena mente cerca del, & nunca faze mal al home si el non lo faze primeramente el mal. Et es muy grant maravilla de la piedat que en el es, que quando es sañudo & de peor talante contra el ome, entonces le perdona el mas ayna si se echa a sus pies a demandarle mercet”.

OSO. Los antiguos griegos hablaban de un oso llamado Calisto que fue transformado por Zeus en la constelación de la Osa Mayor. La figura del oso también está presente en la mitología finlandesa y letona, con algunas tribus al norte de Rusia y en Norteamérica donde el chamán se identifica con el dios Oso. “Baila, monta bicicleta, pero puede excederse y triturarnos en el abrazo. Con él siempre es posible entablar amistad, guardando las distancias, si es que no llevamos un panal en la mano”, nos dice Juan José Arreola en su Bestiario.

ELEFANTE. Reverenciado en Oriente por su fuerza y estabilidad, ha sido considerado también como un símbolo de sabiduría, moderación y piedad. Estuvo asociado con reyes y con la autoridad real. En la leyenda Hindú, Indra, el rey de los cielos, conducía un elefante llamado Airavata. Se decía que el universo se sostenía sobre la espalda de elefantes. En Siam los elefantes blancos eran sagrados y los cuidaban enfermeros. “El marfil, sale de la cabeza y desarrolla en el vacío dos curvas y despejadas estalactitas. En ellas, la paciente fantasía de los chinos ha labrado todos los sueños formales del elefante”, prosigue Arreola.

GATO. Objeto de culto en el antiguo Egipto donde los gatos eran embalsamados y venerados, si alguien mataba un gato tenía pena de muerte. Se asocia con el culto a Diana quien algunas veces asumía la forma de gato. La magia de sus ojos produjo la creencia de que el gato tiene poderes de médium. En Oriente se decía que el gato se lleva las almas de los muertos, y en algunas partes del oeste de África se acepta que el alma humana pase al cuerpo de un gato al morir. Una leyenda italiana indica que una gata dio a luz debajo del pesebre donde nació Jesús.

CABALLO. Poseidón y Neptuno crearon las carreras de caballos. El vencedor de la primera carrera fue proyectado hacia el paraíso en forma de caballo divino, integrándose así a los demás dioses. En la religión cristiana simboliza a tres santos, Anastasia, Hipólito y Quirino quienes fueron descuartizados por caballos salvajes. Se atribuía a los caballos el valor de los guerreros celtas. Deméter como la fertilidad fue igualmente representada con cabeza de caballo. También el sol era transportado a través del cielo mediante un carro de fuego tirado por caballos. Diana, Torr y Helios manejaban sus carros tirados por caballos a través del cielo, y Odín viajaba sobre nubes tiradas por caballos. Durante la Roma imperial, al ser el más preciado presente para los dioses, era obligado a saltar por precipicios a fin de ser ofrecido a las deidades del mar. En Asia Central el sacrificio de caballos prosiguió hasta que en 1920 fue prohibido por el gobierno soviético.

A la vista de todo este recorrido algo nos asalta, y es que en el Bestiario tanto clásico como medieval y contemporáneo, el individuo ha buscado preservar su memoria y no comérsela, apartándose entonces del canibalismo intelectual como bestia feroz, devoradora de nuestra memoria desde afuera que, en Estados Unidos por ejemplo, por su pasión por preservar desde las huellas de manos y pies de sus estrellas de cine en el Teatro Chino de Hollywood, hasta el saber popular en el pocketbook o libro de bolsillo, resulta paradójica al compararla con el deseo de olvidar de nuestra América.

De cualquier manera es interesante observar cómo el hombre medieval buscó hacer de su vida una auténtica pasión por la memoria. Brunetto Latini recoge animales, inventa otros y nos descubre un mundo; y así hasta la actualidad, pues el Bestiario nunca ha dejado de elaborarse, tal vez por ser un depósito de excesos: el instrumento ideal que el individuo tiene para almacenar los miedos y deshacerse de sus miserias, descifrar la naturaleza y explicarse a sí mismo.

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