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Una amenaza a las ambiciones imperiales de Vladimir Putin

Mientras la pandemia del coronavirus continúa haciendo estragos en la población rusa, Vladimir Putin todavía tiene que enfrentar la amenaza más grave a sus ambiciones imperiales: la adicción de los rusos al vodka, que tiene una larga historia en el país.

Se cree que el vodka probablemente llegó a Moscú en el siglo XIV, traído por comerciantes genoveses al príncipe Dmitry Ivanovich. La leyenda dice que el monje Isidoro, que vivía en el Monasterio Chudov, dentro del Kremlin, hizo una receta para vodka alrededor de 1430, sin anticipar el efecto devastador que la adicción al vodka tendría sobre la salud y la calidad de vida de los rusos, y sobre la economía y el tejido social del país.

El encanto único del vodka

¿Cómo se explica la fuerte adicción rusa al alcohol, particularmente al vodka? Una razón es que el gobierno, en varias ocasiones, promovió el consumo de vodka para aumentar los ingresos de los impuestos sobre el alcohol. Sin embargo, algunos historiadores marxistas sostienen que lo hizo como una forma de eliminar la disidencia. Otros observadores afirman que el alcohol es simplemente, para muchos rusos, el único escape a la monotonía y pobreza de la vida cotidiana.

Cuando los bolcheviques llegaron al poder, sus líderes intentaron, sin mucho éxito, reducir el consumo de alcohol en la Unión Soviética. Joseph Stalin, sin embargo, restableció el monopolio estatal para generar ingresos. Como contraste, en 1985, Mikhail Gorbachov aumentó los controles sobre el consumo de alcohol, e impuso una prohibición parcial a través de una campaña masiva contra el alcohol.

La campaña, que incluía sanciones severas contra la embriaguez pública y el consumo excesivo de alcohol, así como restricciones a la venta de licores, tuvo un éxito temporal. Redujo el consumo per capita y mejoró las medidas de calidad de vida, como la esperanza de vida y los ingresos hospitalarios. Sin embargo, la población reaccionó contra esta política y finalmente tuvo que ser abandonada.

La maldición de samogon

Periódicamente aparecen informes en los medios sobre la gran cantidad de personas que mueren como resultado del consumo de vodka falso y de otros sustitutos del alcohol. Se estima que el ruso promedio bebe 4 galones (15 litros) de alcohol al año. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este nivel de consumo está muy por encima de lo que se considera seguro para beber, y también más alto que en cualquier otra nación del mundo. El gobierno quiere reducir el consumo actual a 8 litros, siguiendo las pautas de la OMS.

La mayor parte del alcohol que se consume en Rusia es vodka y otras bebidas del mercado negro, como el alcohol ilegal ruso llamado samogon, que es particularmente tóxico. Se estima que más de 40,000 rusos mueren cada año por ingerir esos líquidos tóxicos. En diciembre de 2016, por ejemplo, 49 personas en Irkutsk murieron en una intoxicación masiva con metanol. Dmitry Medvedev, el ex primer ministro de Rusia, pidió la prohibición de los líquidos alcohólicos no tradicionales como la loción de baño involucrada en este caso, afirmando que «lo que ocurrió es una barbaridad y tenemos que ponerle fin».

Consecuencias para la salud del consumo excesivo de alcohol.

Rusia tiene ahora una de las tasas más altas de enfermedades relacionadas con el alcohol. A corto plazo, el consumo excesivo de alcohol provoca varios tipos de lesiones como resultado del comportamiento sexual y social violento (incluido el sexo sin protección) y el envenenamiento por alcohol. A largo plazo, el abuso del alcohol causa problemas neurológicos, cardiovasculares, psiquiátricos y hepáticos, y el aborto espontáneo y la muerte fetal en las mujeres embarazadas.

La conexión entre el consumo excesivo de alcohol y la violencia interpersonal no puede subestimarse. Por ejemplo, entre los perpetradores masculinos de homicidio conyugal, 60-75% de los delincuentes habían bebido mucho antes del incidente. Sin embargo, debido a la tolerancia social del comportamiento violento y la información incompleta o inexacta, las estadísticas oficiales solo registran un pequeño porcentaje de actos violentos.

El riesgo de suicidio es cinco veces mayor para los grandes bebedores y nueve veces mayor para los alcohólicos entre los hombres jóvenes. Entre las mujeres, el consumo excesivo de alcohol durante el embarazo puede provocar que el niño desarrolle el síndrome de alcoholismo fetal o mostrar efectos asociados con el comportamiento delictivo y violento más adelante en la vida.

El mal estado de salud de los rusos se ha traducido en una esperanza de vida más corta. Las cifras del Banco Mundial de 2017 indican que la esperanza de vida en Rusia es de 72.12 años, en comparación con 76.47 en China y 78.54 en los Estados Unidos. El alto número de muertes por el abuso de alcohol en Rusia pone de relieve una consecuencia muy seria, ya que el país atraviesa una grave crisis demográfica. Se estima que la población de Rusia disminuirá en un 20 por ciento para 2050.

Costos económicos

Los costos económicos del abuso de alcohol pueden ser considerable, entre los que hay que considerar los costos médicos para los gobiernos y los costos para las familias como resultado de enfermedades causadas por el consumo excesivo de alcohol. También se debe tener en cuenta la pérdida de productividad de los trabajadores. En 1985, durante la campaña de Gorbachov para reducir el consumo de alcohol, se estimó que el alcoholismo resultó en una pérdida de producción de 8 mil millones de dólares.

Perspectivas

Tanto las medidas punitivas como el aumento de los impuestos al alcohol han demostrado tener un efecto limitado. Lo que el gobierno necesita ahora es una campaña sostenida de comunicación y educación masiva dirigida principalmente a los sectores más jóvenes de la población, acompañada de medidas gubernamentales más restrictivas sobre el consumo de alcohol.

Existe una clara necesidad de una mayor participación de organizaciones médicas, de salud pública, comunitarias, laborales y legales en la prevención del consumo excesivo de alcohol en Rusia. A menos que se tomen medidas más efectivas, los sueños de Vladimir Putin de una Rusia Imperial nunca se harán realidad.

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