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Manuel Adrián López

«Temporada para suicidios» de Manuel Adrián López

NUEVA YORK: El poeta y narrador bilingüe de origen cubano, Manuel Adrián López, presentará su último libro Temporada para suicidios, en Rio III Gallery el próximo viernes. La presentación estará a cargo del escritor Alejandro Varderi.

Manuel López quien ya ha publicado los libros: Yo, el arquero aquel (Poesía. Editorial Velámenes, 2011), Room at the Top (Cuentos en inglés. Eriginal Books, 2013), Los poetas nunca pecan demasiado (Poesía. Editorial Betania, 2013. Medalla de Oro en los Florida Book Awards 2013), El barro se subleva (Cuentos. Ediciones Baquiana, 2014), vuelve a los cuentos con Temporada para suicidios, publicado por Eriginal Books.

Como escribe en el prólogo Mabel Cuesta, US Latino and Caribbean Literature Professor, de la Universidad de Houston: Un instantáneo repaso por los archivos de la literatura universal desvelaría de inmediato una vasta galería de personajes suicidas: Didos la fundadora de Cartago y amante de Eneas; las entrañables Madame Bovary o Butterfly. Si se trata de autores se amontonan los nombres John Kennedy Toole, Horacio Quiroga, Alfonsina Storni… Centrada la mirada en el corpus literario cubano aparecerían al unísono Reinaldo Arenas, Carlos Victoria, Guillermo Rosales, Hernández Novás, Angel Escobar o Heriberto Hernández. El suicidio, pues, como tema y como praxis ontológica ha convivido más cerca de lo que quizá los imaginados signos de la cultura a través de sus agendas de poder han querido propagar.

Sin embargo una variante singular de esa tradición se presenta ahora con esta colección de Manuel Adrián López. Su galería de personajes suicidas es también inagotable en su parloteo y sin duda una banda de caníbales. Una taxonomía ésta última que no se representa a través del clásico gesto devorador de Saturno: nada de sangre; sólo la repetida tradición insular en su morfología simbólica de engullirse al otro a través de gestos, cinismos, asesinatos de reputación, humor y muchas, muchas palabras.

La sátira y la parodia parecen ser las armas con las que Manuel Adrián López quiere desarmarnos esta vez. De Miami a La Habana, sus suicidas recrean las ceremonias funerales salpicadas de intrigas y escándalos que rematan a los muertos (suicidas o no). Son personajes rocambolescos, tatuados mil veces por la saña de sus prójimos antes que por sus propias dagas que los conducen, gustosos, al suspiro final.

Suicidios como mecanismos de autoayuda. Suicidios con sabor a mango. Suicidios por la indolencia ante las cuitas amorosas profesadas a un famoso llamado Alejandro Sanz. Suicidios en la Pequeña Habana; allí en donde la mordacidad es el único látigo que conocen los torturadores. Suicidios de reputación. Suicidios políticos. Suicidios gatunos. Y finalmente: suicidios en masa.

La idea de suicidas parloteros y caníbales condensa en esa historia final con la misma intensidad (y como consecuencia de ella) con que se va anunciando en cada uno de los relatos que la preceden. Tomando como obvia referencia los eventos del 17 de diciembre de 2014, López construye un carnaval bajtiniano en donde los exagerados gestos con que representa a los actores de la debacle cubana en las dos orillas, a fuerza de devorarlo todo y  sobre todo así mismos, terminan haciendo de los dos espacios sicosemánticos (Florida versus Cuba) lo que siempre han sido: uno mismo. En gesto pantagruélico se lo van comiendo y bebiendo todo; incluida la frontera marítima que ilusoriamente los divide: con palabras devorar primero para suicidarse después.

Entre los aciertos de la colección está el crear este clímax justo en la última de historias. Ello regala al conjunto el cierre de estridencias que merece. Manuel Adrián López ha dejado relegada aquí la ansiedad de influencia ante la que todo autor agoniza. Ha olvidado al censor supremo que vive en nosotros mismos para entregarse a la autocontemplación de un sujeto cubano transido por el exilio, las migraciones en sus distintas oleadas, el fracaso ante el amor, el sexo o los proyectos personales y profesionales. Coloca a ese homo cubensis -que de tantas marcas de imaginada superioridad se vanagloria- en su exacta zona de discomfort y lo obliga a mirarse en el espejo de la muerte por motu proprio a la que de manera irremediable lo llevará –no importa si caníbal o canibalizado- su maldita ansiedad de parlotearlo todo.

Manuel Adrián López ha participado en numerosas ferias de libros, entre ellas, el Miami Book Fair International, XXXV Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería en Ciudad de México, IV Festival Atlántico de Poesía de Canarias al Mundo en Gran Canaria, España, V Festival de Poesía de Lima en Perú y el Taller de Poesía “Las Dos Brujas” con Juan Felipe Herrera.

Alejandro Varderi es profesor de estudios hispánicos en The City University. Su trabajo ha sido incluido en antologías, revistas y periódicos de España, Latinoamérica y Estados Unidos. Es autor de las novelas: Para repetir una mujer; Amantes y reverentes; Viaje de vuelta y Bajo fuego. Ha publicado también los siguientes libros de ensayos: Estado e industria editorial; Anotaciones sobre el amor y el deseo; Severo Sarduy y Pedro Almodóvar: del barroco al kitsch; Anatomía de una seducción: reescrituras de lo femenino; A New York State of Mind; Los vaivenes del lenguaje: literatura en movimiento.

Actualmente está terminando otra novela.

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