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Se llama Nicasio y es un empresario social

Nicasio es un empresario social y vive en Calca una de las 13 provincias que conforman el Departamento de Cusco. Actualmente Nicasio tiene 62 años y un carácter fuerte y luchador muy propio de la gente de la sierra peruana.

Asegura que lo que sabe, se lo debe a su padre. Con una voz entrecortada menciona que su padre era herrero y lo inspiró a trabajar con el hierro,  el aluminio y la metalmecánica. Nicasio es de esas personas que a simple vista demuestran tener esa viveza que sólo te lo da la escuela de la experiencia. 

Aun teniendo pocos estudios, se las ha arreglado para tener un negocio, mantenerlo a flote y al mismo tiempo beneficiar a miles de personas. Su idea fue crear una máquina trilladora de cereales andinos (quínoa, cebada, linaza, kiwicha y chía). Estas máquinas por lo general se venden a precios superiores a los 20mil dólares. Sin embargo, Nicasio logró confeccionar esta máquina en su taller y la vende por poco menos de 3mil dólares. 

¿Cómo lo hace? 

Desde su pequeño taller rodeado por la Sierra cusqueña Nicasio se las arregla para inventar y crear todo lo que necesita. Me dice “no tenía una plegadora, así que la construí yo mismo” mientras colocaba un pedazo de aluminio debajo de una prensa hecha con retazos de otros metales  y este salía perfectamente doblado. 

Me lleva a su casa, ubicada en la parte trasera de su taller para mostrarme todos los premios que ha recibido de instituciones como Naciones Unidas, NESsT y organismos del Gobierno peruano. Gracias a la ayuda de ellos y al empuje de Nicasio es que se ha podido fundar la empresa social Magrini. 

Nicasio entendió exactamente qué es ser un empresario social. Él sabe perfectamente que se puede tener un negocio, hacerlo sustentable, obtener ganancia y al mismo tiempo poder ayudar a miles de personas. Para él no fue fácil poner en marcha un plan de negocios, pero asegura que gracias a eso ahora tiene un panorama más claro y sabe hacia dónde ir. 

El impacto que han tenido las máquinas de Magrini en las cooperativas de productores de quínoa y demás cereales andinos es enorme. Conocí algunos de sus clientes y con ojos brillantes agradecían a Nicasio por la ayuda que le ha brindado. Ahora pueden producir más y limpiar los granos más rápidamente. Aseguran que la máquina de Nicasio evita la pérdida de una cantidad importante de granos que se mermaban en el proceso de lavado de granos. El impacto de Nicasio se ha extendido a más de 5000 familias en todo el Perú. 

Mientras conversábamos en su humilde cocina, Nicasio abre su laptop y me cuenta que hay gente escribiéndole desde Nicaragua, México y Argentina pidiéndole sus máquinas. Me dice “esta máquina es mejor que las demás del mercado, mejor que la brasilera incluso, porque la diferencia es que yo vivo en el campo, sé bien cómo se maneja esto y siempre puedo hacerle mejoras a mis máquinas”

Lastimosamente los trámites para la obtención de patentes en Perú son muy lentos, por eso Nicasio aún no ha podido exportar sus productos. La falta de fondos es otro problema que enfrentan los empresarios sociales. En el caso de Nicasio muchas veces ha tenido que recurrir a hacer trabajos distintos a la trilladora de cereales para poder obtener dinero y así seguirla produciendo. Pero sabe que esto le quita foco. Me comenta “yo quisiera enfocarme en una sola máquina, para producirla y atender la demanda que tengo. Pero, ¿cómo hago si no tengo dinero? Tengo que hacer los otros pedidos, para poder producir varias máquinas y tenerlas en el taller para que cuando vengan a comprar se las puedan llevar de una vez”. 

Nicasio me enseñó que a veces la gente que menos tiene, es la que más ayuda. Que la que tiene menos estudios, tiene una inteligencia y experiencia del día a día incomparables. Y que sólo las malas experiencias y momentos difíciles en la vida te hacen ser más fuerte y querer salir adelante con más ganas. 

Gracias Nicasio por el choclo con queso y las horas de clase sobre la vida. 

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