Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!

Redes sociales

Nunca antes las redes sociales habían compartido entre miles de usuarios tantos mensajes, videos, memes, reflexiones, chistes, fotos de columnas de diferentes diarios y hasta textos que hablan del amor y de la paz en tiempos de tanta cólera. Es evidente que en estos momentos de elecciones en México la ciudadanía se encuentra sumida en una maraña de incertidumbres, dudas, miedos, resentimientos, enojos, inconformidades y denuncias. Los jóvenes están enojados; los adultos se sienten confundidos y los que pertenecemos a la tercera edad nos sentimos angustiados. Entre ellos hay muchos que aún no saben por quién votar; otros, aunque ya están seguros de su candidato, en su fuero interno temen equivocarse y los demás pasan su tiempo elaborando hipótesis cada vez más barrocas respecto a los tres candidatos; al ver el panorama tan incierto, aseguran que terminarán votando, por no dejar, por Margarita Zavala.

Mientras escribo lo anterior, suena a las 13:06 la campanita de mi celular para avisarme de un nuevo tuit que dice: «Y pensar que la única opción es Anaya? Para mí es el Macron de México. Mira el grado de soberbia del que dice que ya ganó».

A pesar de que lo publica un amigo inteligente, informado y bastante liberal, no estoy de acuerdo con él, y le contesto: «Yo, por Anaya nunca. Y créeme está muy lejos de parecerse a Macron». A las 11:43, leí otro tuit de una amiga de corte conservador que escribe: «El más viable para ganarle a AMLO es Ricardo Anaya. Si convencemos a los indecisos de votar por Anaya pierde posibilidades de ganar AMLO. El PRI va en picada y no dudo que muchos priistas al verse perdidos cambien su voto por Anaya. AMLO representa el populismo más corrupto que hay!!!! Meade es otro populista». Como contestación a ella le reenvié la entrevista que les hace en nuestro periódico René Delgado a Sergio Sarmiento y a Luis Rubio. Creo que los tres responden perfectamente bien el tuit de mi amiga. Otro tuit leído el día de ayer dice: «El video completo de la entrevista de Milenio a AMLO, no lo deshacen ni mucho menos. No apoyo a ninguno en automático por eso quiero escuchar a todos. Menos a la monjita Zavala». Mi respuesta fue corta: «Tengo que ver el video completo». Otro tuit que me dejó muy reflexiva opina que: «Quién va a discutir con Trump? Quién se le va a poner al nivel a Merkel o a Trudeau? Evidentemente Meade, que es sereno, claro, inteligente, educado y prudente». Coincido con este tuit. Aunque Anaya hable inglés, pienso que no tiene la estatura (literalmente hablando) de un Estadista, que no tiene experiencia y que no es totalmente honesto. Sabemos que AMLO no es articulado, que se expresa con dificultades, por ello, no me quiero imaginar los aprietos en que pondría a sus intérpretes. Otro tuit de un amigo francés quien viviera muchos años en México me dejó particularmente pensativa, dice: «Los priistas ya se alinearon con AMLO. Más sencillo un mal arreglo que un buen pleito. Las elites se ponen de acuerdo y los ciudadanos solo confirman sus acuerdos. De todas maneras eso de ser democracia nunca les convenció a los mexicanos y menos ahora que está tan cuestionada en el mundo. La simulación es mucho más congruente con la manera en que los mexicanos se ven a sí mismos». Recuerdo que ese día me dije que habría que asumir que AMLO ganaría las elecciones. Me dije que tal vez este cambio tan radical sí sería fundamental para el país. Y me dije que podía sentirme muy privilegiada de ser testigo de ver a México gobernado por primera vez por la izquierda. Habría que pensar en las mayorías, en la desigualdad, en la pobreza y en los millones de mexicanos ávidos porque su voto valga. «Esto no llegaron a verlo, no obstante lucharon para lograr que por fin llegara la izquierda al poder, ni don Julio Scherer, ni Carlos Monsiváis, ni Miguel Ángel Granados Chapa, ni Luis Javier Garrido, ni Francisco Martínez de la Vega, etcétera, etcétera», pensé. Curiosamente ese mismo día, pero por la tarde, leí otro tuit que decía: «Scherer hijo se la pasa en el mall elegantísimo de Bal Harbour, en Miami. Y es dueño de Proceso. Ahí me lo he encontrado. Es un horror la política en México». Hace un momento, leí otro tuit. «Dicen que AMLO es el mesías. Crucifiquémoslo el viernes. Si resucita para el domingo, juro que voto por él».

¿Qué tanto influirán las redes sociales en la elección 2018 en México?

Hey you,
¿nos brindas un café?