Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!

Realidades sociales y coronavirus

Nunca nadie imaginó que este año sorprendería al mundo de tantas maneras, la más terrible, una pandemia que amenaza sigilosa a la humanidad. El virus llegó a Colombia y como era de esperarse, actuamos de manera irresponsable, presentamos teorías sobre el origen del virus desestimando su peligrosidad y nos atrevimos a decir que sólo era invento del gobierno para seguir robando; tanto daño nos han hecho los políticos que ya no creemos ni siquiera situaciones obvias.

Es cruel, pero el paso del COVID-19 por los territorios más apartados de Colombia, ha permitido conocer las realidades sociales más difíciles a las que deben enfrentarse diariamente miles de colombianos.

Municipios sin acceso a servicios básicos, hospitales sin unidades de cuidados intensivos, déficit en el acceso a servicios de salud dignos, es apenas un abrebocas del panorama que se presenta.

El anuncio y posterior confirmación del aislamiento preventivo obligatorio dejó ver otra problemática compleja: El sustento de muchas familias depende del trabajo informal, en pocas palabras, cientos de colombianos tendrían que tomar la decisión de salir a las calles o morir de hambre. Triste y lamentablemente, esa regla continúa en uso permanente.

Hoy pienso en nuestra gente, en los que tienen como única opción correr el riesgo de contagiarse para llevar alimentos a sus casas; en los comerciantes agobiados por la crisis económica y social; en nuestros médicos, enfermeros y personal de salud- ellos dan verdaderas lecciones de heroísmo-; en los campesinos que mantienen viva la cadena de producción; y en todos aquellos que de una u otra manera contribuyen al bienestar de la población en estos tiempos de pandemia.

Guardo la esperanza de que este mal momento termine pronto y nos permita encontrarnos de nuevo, pero sobretodo ruego para que a nuestro Arauca el COVID-19 no lo afecte tanto, porque la realidad nuestra es igual a la de muchos otros territorios históricamente olvidados.

Hey you,
¿nos brindas un café?