Los disparos se sucedieron rápidamente: pat, pat, pat, pat! Y lo que segundos antes era una escena de júbilo (la multitud reunida en el Hotel Ambassador de Los Ángeles para celebrar la victoria de Robert Kennedy en las elecciones primarias de California gritando a toda voz: ¡Queremos a Bobby, queremos a Bobby!) se transformó repentinamente en una tragedia. Eran exactamente 10 minutos después de medianoche del 5 de Junio de 1968.
En el suelo, amarrando un rosario de cuentas negras con una mano y su otra mano sostenida por Juan Romero, un ayudante de cocina del hotel, yacía inerme el senador norteamericano Robert Kennedy, la estrella del Partido Demócrata, con grandes posibilidades de ser el próximo presidente de los Estados Unidos. Sirhan Sirhan, un palestino de Jordania, con un arma de fuego aun caliente en su mano, fue inmediatamente arrestado y acusado de haber disparado contra Kennedy, causándole la muerte 25 horas más tarde.
La hipótesis de que Sirhan Sirhan habría sido el asesino, sin embargo, tenía muchas debilidades. El enigma del autor de la muerte de Kennedy adquirió nuevamente vigencia después de las recientes declaraciones de Paul Schrade, un ex dirigente del Sindicato de Trabajadores de Automóviles Unidos (UAWU). El 10 de Febrero de 2016 Schrade, amigo personal de Bobby Kennedy y junto a él en el momento del blanco de disparos que terminaron poco después con su vida, hizo nuevas declaraciones sobre el asesinato de Kennedy frente a la Junta de Libertad Condicional de la Prisión Richard J. Donovan en el condado de San Diego, California.
El testimonio de Schrade es fundamental porque cuestiona seriamente que Sirhan Sirhan haya sido el verdadero asesino de Robert Kennedy, como se cree generalmente, y llama la atención sobre el papel de la CIA en ese asesinato. Más aún, Schrade cree que un segundo atacante es el verdadero asesino de Kennedy.
En su emocional testimonio, dirigido tanto a Sirhan Sirhan, todavía en prisión, como a las autoridades del condado, Schrade dijo lo siguiente: “Fui herido cuando estaba al lado del Senador Robert F. Kennedy, que acababa de ganar la elección primaria Demócrata de California para la Presidencia de los Estados Unidos. Cinco de nosotros sobrevivimos nuestras heridas. Como la historia lo demuestra, el Senador Kennedy fue fatalmente herido. La evidencia muestra claramente que tú no fuiste el asesino que mató a Robert Kennedy. Hay evidencias claras que hubo un segundo asesino en la despensa de la cocina que disparó contra Kennedy. Uno de los disparos –el disparo fatal- le dio a Kennedy en la nuca. Otros dos disparos lo alcanzaron en la espalda. Un cuarto disparo atravesó la manga derecha de su abrigo y no hizo ningún daño. Yo creo que esos cuatro disparos fueron hechos por un segundo asesino detrás de Bob. Tú nunca estuviste detrás de Bob, ni su espalda estuvo expuesta en tu dirección. Más aún, Sirhan, la evidencia no solo muestra que tú no disparaste contra Kennedy sino que tú ni siquiera pudiste hacerlo… Mientras Sirhan estaba frente a Bob Kennedy y sus disparos distraían la atención, el otro asesino disparaba secretamente desde atrás y lo hería fatalmente. Bob murió 25 horas más tarde.”
La misma opinión de que Sirhan Sirhan estaba frente y no detrás de Kennedy –y por lo tanto no podía ser el asesino ya que los disparos letales vinieron desde atrás- la compartió Scott Enyart, un joven de entonces 15 años quien se encontraba en el lugar del asesinato sacando fotos para el diario de su escuela. Según Enyart, él sacó tres rollos de películas. Sin embargo, las autoridades dijeron que solo sacó un rollo. En circunstancias altamente sospechosas, los rollos sacados por Enyart que estaban en posesión del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) desaparecieron o fueron robados.
En su declaración sobre la existencia de un segundo atacante, Schrade cita la opinión de un experto en audiología, Philip Van Praag, que escuchó la única grabación del momento del asesinato y concluyó que fueron dos los revólveres que dispararon contra Kennedy. Van Praag, además, encontró en la grabación un total de 13 disparos a pesar que el revólver de Sirhan solo tenía capacidad para ocho balas y que Sirhan no había tenido la posibilidad de recargar su revólver. Esa opinión fue luego confirmada por otros especialistas en audiología.
Para reforzar su versión sobre la existencia de un segundo atacante, Schrade cita la opinión de dos ayudantes de cocina del hotel Ambassador: Karl Uecker y Edward Minasian, que estaban en ese momento cerca de Kennedy. Ellos declararon que Sirhan estaba en frente suyo mientras el senador caminaba hacia él y que Sirhan estaba todavía frente a Kennedy cuando disparó contra él.
El informe de la autopsia de Kennedy también dice que todos los disparos vinieron desde atrás, hipótesis apoyada por Thomas Noguchi, médico legal del condado de Los Ángeles. Además, dice Schrade, abogados del Departamento de Policía de Los Ángeles y del Condado de Los Ángeles sabían ya dos horas después que Kennedy fue asesinado por una segunda persona y que Sirhan no era ni podía haber sido el asesino.
Si no Sirhan Sirhan, ¿quién fue entonces el asesino de Robert Kennedy? En Noviembre del 2006, el programa de noticias de la BBC presentó una investigación llevada a cabo por el cineasta Shane O’ Sullivan donde éste aseveraba que varios funcionarios de la CIA estaban presentes la noche del atentado. Varios ex colegas y asociados de tres hombres que aparecen en películas y fotografías de esa noche los identificaron como ex oficiales de la CIA con quienes habían trabajado en 1963 en la estación de radio anticastrista JMWAVE. Entre ellos estaba David Morales, Jefe de Operaciones de la emisora, conocido por su odio hacia la familia del asesinado presidente John Kennedy por lo que consideraba su traición durante la invasión de la Bahía de los Cochinos.
El 22 de Febrero del 2012, los abogados de Sirhan, William Pepper y Laurie Dusek, presentaron un escrito judicial en el Tribunal del Distrito de Los Ángeles diciendo que una segunda persona había disparado contra Kennedy, hiriéndolo fatalmente. Era la cuarta vez que hacían esa presentación. Curiosamente, Sirhan Sirhan siempre insistió que el no recordaba nada del evento, ocurrido en un momento en que la CIA estaba llevando a cabo numerosos experimentos de control mental.
Una hipótesis importante de por qué la CIA podría haber estado involucrada en este asesinato es porque, de ser elegido presidente, Robert Kennedy había declarado que investigaría a fondo la muerte de su hermano John, y la CIA temía hasta adónde podrían llegar esas investigaciones.
Como dice el analista político Carlos Duguech: “Los magnicidios se preparan cuidadosamente para que no se descubran nunca”. Como apoyando su aseveración, el Departamento de Policía de Los Ángeles sospechosamente destruyó cientos de pruebas importantes para dilucidar el caso, dificultando aún más el esclarecimiento de esta tragedia. Con la muerte de Robert Kennedy se abría una Caja de Pandora de posibilidades, y una dulce ilusión había llegado a su fin.