Regresamos a la realidad de las labores cotidianas, después de comer y beber en exceso, enviar abrazos virtuales y saturar las redes con cadenas de mensajes, con la consigna: envía a todos tus contactos y quiero el mío de regreso.
Como todos los años la mayoría sufre la culpa por excederse en la comida, corre al gimnasio y busca el producto milagroso para bajar de peso rápidamente. Cuidado, esos productos pueden contener anfetaminas, ayudan a perder peso rápidamente pero luego viene el rebote y se gana más de lo perdido. Es como el dinero plástico, gastar es fácil, pagar es lo difícil.
Primero agradezcan por tener alimento que llevarse a la boca, la culpa dispara el cortisol, la hormona del estrés y eso causa aumento de peso. No quieran soluciones mágicas o fantasiosas, mantenerse en su peso consiste en beber dos litros de agua, no ingerir refrescos, alimentarse de manera saludable, con pequeñas porciones incluyendo frutas y verduras cinco veces al día, hacer ejercicio y descansar ocho horas, dormir menos engorda.
Otro protocolo muy recurrente es el de formular una lista de propósitos con los cuales coincide la mayoría: dejar de fumar, de beber alcohol, hacer ejercicio, ponerse a dieta, ahorrar, pagar las deudas, no perder tanto tiempo en las redes sociales, aprender inglés, cerrar ciclos como, terminar la tesis, firmar el divorcio, cambiar de trabajo. Sería bueno que incluyeran en los propósitos acudir a terapia para resolver sus conflictos. Resulta una buena inversión. En enero los gimnasios hacen su agosto, las personas pagan por todo el año y en unos meses la mayoría abandona su propósito. Entiendo, es difícil romper los viejos hábitos, la costumbre es ley y muchos de los propósitos se convierten en fracasos.
Rompe la resistencia al cambio, lo puedes lograr en 21 días, después te será más fácil, enfócate en un objetivo a corto plazo, busca la motivación, por ejemplo imagina como te verás con unos kilos menos. Cuando dejes de fumar, de beber refrescos y alcohol, mejorará tu salud y hasta recuperarás la autoestima.
Te dejo algunas recomendaciones para alcanzar los propósitos. Pregúntate que quieres lograr, sé realista, no te pongas metas radicales, no quieras bajar de peso con el cirujano, podrías quedar atrapado en la compulsión por las cirugías plásticas. Les comparto una serie de frases de la sabiduría popular. Ocúpate, no te preocupes. No llores antes de que te peguen. Si no te involucras, no te quejes. El amor y la tos no pueden ocultarse, de cualquier manera, enamórate. Si no sabes a dónde vas, cualquier camino es bueno. Si quieres miel, no patees la colmena. Cuando el orgullo camina adelante, la vergüenza y el daño van detrás. Si quieres ser feliz un día, emborráchate tres días, cásate, pero si quieres ser feliz toda la vida planta un jardín. Cada problema es una lección, si no la aprendes, te golpeará la espalda. Cuida la alimentación, no hagas ricos a los que fabrican medicinas. No gastes en vitaminas, come frutas y verduras. El pesimista está siempre solo, al optimista le bastan dos para hacer grupo. Si el problema tiene solución para que te preocupas, y si no la tiene para que te preocupas. Finalmente, no robes, el gobierno odia la competencia. Que otro de sus propósitos sea hablar bien de lo bueno que tiene nuestro país, México, da tristeza leer y escuchar tan malos comentarios, de los miles de muertos, de la violencia, la corrupción, el narcotráfico.
Este año tendremos elecciones y la guerra entre partidos será brutal, con la consigna, que el fin justifica los medios, el miedo será la mejor estrategia de campaña. Los partidos buscan el poder, ofrecen lo que luego no cumplen, no esperen milagros, los ciudadanos tenemos que involucrarnos en cambiar este bello país, recuperar la paz que la ambición nos ha robado, como dijo Karl Popper “la clase política suele estar por debajo de la media intelectual y moral de su sociedad”.