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Gustavo Gac-Artigas

A propósito de otra tragedia: ¿Y si por una vez decimos BASTA?

Tiempo atrás escribí «No basta con decir nous sommes Paris», ayer escuchaba «We are Orlando», y a medida que avanza el tiempo seremos una y otra ciudad, seremos el Pulse y seremos el Bataclan, seremos víctimas del silencio o de frases a las que la irracionalidad les hizo perder todo sentido.

¿Y si por una vez pensáramos diferente, si por una vez nos cansáramos de ver desfilar los mismos repitiendo los mismos discursos a los que les cambian el número de víctimas y la ciudad o local?

¿Que pasaría si por una vez pensáramos distinto y dijéramos BASTA?

Lo siento, presidente Obama, pero usted nos falló. La constitución nos da el derecho a vivir en paz, a vivir a salvo, a la seguridad, a no tener miedo por pertenecer a un determinado grupo sea social, racial, étnico, religioso o de orientación sexual, la constitución, tras larga lucha, da el derecho a vivir y expresarse en forma diferente, a rechazar el odio y a aceptar la diferencia. Y usted, Presidente, entre otras cosas, lo elegimos para garantizarnos este derecho y una tras otra masacre nos dicen que el Estado nos falló, que los caídos fueron presa fácil, que nosotros: usted, lector, y yo, seguimos siendo presa fácil.

No basta con decir que tomaremos más medidas para un mayor control, hacer más difícil el acceso a este tipo de armas para que no caigan en manos de terroristas, criminales o desquiciados, y la línea que los separa es muy sutil. El discurso es repetitivo, así como desgraciadamente lo es el resultado.

¿Mayor control? NO Prohibición y no solamente de vender, prohibición de poseer ese tipo de armamento, nada justifica tener en nuestras casas ese tipo de armas. Presidente, prohíbalas, haga que su posesión sea ilegal. Haga que aquellos que las poseen tengan que declararlas y entregarlas, que si se las encuentran sepan que tendrán condena. ¿Tendrá que pagarlas? Sí. ¿Cómo? Que los fabricantes de armas, que los traficantes de la muerte paguen. Bastante ganan con el armamento vendido para guerras sin sentido.

¿Los candidatos a la presidencia y líderes políticos?

No se atrevan a jugar con el dolor para sus campañas políticas. Tengan decencia, por los muertos, por los que vendrán.

Usted señor Trump, no se atreva a usar la tragedia para su campaña, un candidato populista xenófobo, racista, que ha emitido declaraciones que avergüenzan a los Estados Unidos no tiene derecho a usar y abusar del dolor de otros.

Nadie tiene derecho a usar el dolor con fines políticos.

Usted, señora Clinton, no se atreva a usar la tragedia e intentar canalizar el dolor a su favor. No olvide que usted apoyó la guerra en Irak, que fue una de las mujeres más poderosas del planeta, que formó parte importante de un gobierno y sin embargo las armas siguen vendiéndose y circulando y las tragedias sucediendo. Rasgar sus vestiduras y declaraciones de último minuto le restan credibilidad.

Llegó el momento en que las futuras víctimas nos unamos para exigir nuestro derecho constitucional a la vida, a la seguridad, a la felicidad, llegó el momento en que elevemos nuestra voz para decir basta, basta antes del próximo discurso en que nos digan por la prensa «hoy todos somos París», «hoy todos somos Orlando», «hoy todos somos?».

BASTA, por mis hijos digo BASTA, por mis vecinos digo BASTA, por mis amigos digo BASTA, y a usted, le ruego, por mí diga BASTA.

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