Con la muerte de Zapata, el arte y el humor perdieron a un gran exponente. Afortunadamente un artista como Pedro León Zapata siempre será inmortal pues, al igual que Picasso, Reverón y Da Vinci, viven a través de su obra.
Otra cosa que tienen en común estos artistas es que, al igual que nosotros, fueron niños. Solo que ellos no dejaron nunca de pintar. Y alguien que nunca deja de pintar (espero que nunca lo haga), es mi hijo Roberth, quien se la pasa con hojas blancas y creyones todo el santo día, pintando el mundo a su manera, como hace todo buen artista.
Ya que les he contado que mi hijo es pintor, hace un tiempito le escribí un poema o más bien palabras sueltas que riman, para que cuando sea grande nunca olvide que llegó a nuestras vidas para llenarnos de color. Aquí les dejo mis amigos, “Pequeño niño pintor”.
Como un desaforado
Te levantas desesperado
Buscando hojas y creyones
Para inventar tus colores
Pequeño niño pintor
Tomas el amarillo del sol
El verde de las palmeras
El verde también de Hulk
Pequeño niño pintor
Con mucha concentración
Contemplas la mar serena
Escuchando a las sirenas
Te inspiras en el amor
El rojo es de las manzanas
El morado de las violetas
El blanco de las estrellas
Pequeño niño pintor
Manipulas tus pinceles
Con destreza y maestría
Pintándonos de alegría
La vida y el corazón
Nunca cambies mi querido
Aunque crezcas no te olvides
De la magia del color.
Sigue inventando tu mundo
Y pinta las alegrías
Las bellezas de la vida
Mi pequeño niño pintor.