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José Bernardo Gómez

Otoño como símbolo

Desde el pasado jueves 22, en las regiones más septentrionales del hemisferio norte, se percibe la disminución paulatina de luz solar y junto a ella, el constante decrecimiento de la temperatura. Cada día, el Sol aparece por el horizonte oriental más tardíamente y se oculta por el occidental más pronto, disminuyendo así la duración de los días y prolongándose la de las noches.

Las condiciones antes señaladas provocan el aumento de las corrientes de aire frío y alteran los procesos de asimilación lumínica por parte de las especies vegetales, trayendo como consecuencia el cambio cromático y posterior caída de las hojas de los árboles, que puede manifestarse en los bosques, parques y jardines como señal inequívoca del inicio del otoño.   

La estación climática del otoño tiene una duración de tres meses, período de transición y adaptación. Es el paso de una época calurosa a otra fría, de un estadio en que se manifiesta el esplendor de la vida a otro en que se percibe la ausencia de ésta. En el sur ocurre un fenómeno similar, pero en otra época del año.

En la región tropical, en las más bajas latitudes de norte y sur, los cambios climáticos no se pueden apreciar de manera tan definida, pues éstos no son tan acentuados, incidiendo en la ausencia de estaciones transicionales. La permanente incidencia de los rayos solares en esta región próxima al ecuador, da como resultado temperaturas constantes y exuberante vegetación.

En el mundo occidental cristiano estamos comenzando el último trimestre del año civil. Tal circunstancia se adecúa a las condiciones climáticas del continente europeo y del norte de América, que se proyectan en todo el planeta. Es el tiempo de la recopilación, de la evaluación, de la reflexión y de la preparación de nuevos planes y proyectos. Tiempo de transición y adaptación.

La semana se inicia con un evento astral de gran significación, el lunes 26. Es el único día del año en que el Sol y Júpiter transitan simultáneamente por el mismo punto zodiacal. No se producía una conjunción de ambos astros en el primer decanato de Libra, desde el 1 de octubre de 1945. Año en que terminaba la segunda guerra mundial y se creaba las Naciones Unidas.

En esta ocasión, la conjunción Sol-Júpiter en Libra estará acompañada por la Luna Balsámica, sub-fase que se inicia esa noche, hasta el último día de septiembre. Bajo esa condición lunar se estimulan los procesos sanadores, de perdón y conciliación. En la noche del viernes 30 se produce la primera Luna Nueva otoñal, con carácter librano y jupiteriano.

Al amparo de la doble circunstancia de la conjunción Sol-Júpiter en Libra y esa Luna Balsámica, se lleva a efecto, en la ciudad de Cartagena, la firma histórica de la paz entre el grupo guerrillero más fuerte de Colombia y el gobierno de esa nación, con la presencia de quince mandatarios extranjeros y el Secretario General de la ONU. Sin duda, un acontecimiento que responde cabalmente al simbolismo de la configuración planetaria de ese momento. 

Comienza el otoño con la celebración en Colombia del plebiscito aprobatorio del proceso pacificador; en USA se efectuarán las elecciones presidenciales más polémicas en mucho tiempo; en Venezuela se intentará abordar un nuevo diálogo y se definirá el rumbo del gobierno madurista; y en las Naciones Unidas se inaugura una nueva gestión en la Secretaría General. Todos ellos, eventos típicos de un período transicional.

La Luna Nueva con que finaliza la semana y el mes, define el comienzo del otoño en el norte. Tiempo de tránsito hacia una nueva realidad en lo cultural, social, económico y político a nivel mundial. Trimestre en que pueblos y naciones delinean su futuro inmediato. Tiempo de adaptación a los nuevos escenarios y a las nuevas fuerzas en desarrollo.


astrologuia.wordpress.com

Photo Credits: Giorgio Liebscher

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