Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!
sergio marentes
Photo Credits: ParkerNow ©

Nuestra menos reciente imagen

Entre otros avances de la ciencia moderna pudimos fotografiar un agujero negro, y todavía no sabemos lo que somos. Aunque a lo mejor, si no lo sabemos es porque no sabemos preguntárnoslo. Porque habremos probado con todos los métodos tradicionales durante siglos, y los ya obsoletos durante milenios, pero seguimos a la espera. Yo digo que si no hemos obtenido aún la respuesta correcta es, aunque suene paradójico, porque no sabemos lo que somos, porque no sabemos cómo preguntarlo.

Pero para eso es que existen esas dos ramas del conocimiento, como si fueran dos brazos de un dios ciego, de las que tanto se habla por mi parte y que son, por cierto, la ciencia y la poesía. Existen para que la una nutra a la otra y la otra sea el soporte de la una, para que la una pueda dormir y la otra estar despierta, para que la otra pueda comer mientras la una ayuna. Es decir que, según la tabla nutricional de todos los tiempos, alimentándonos a diario con la dosis correcta de ciencia y de poesía, esperemos que no por tanto tiempo, a lo mejor un día sepamos preguntarnos lo que somos y, por fin, podamos responderlo. Que no sobre recordar que la ciencia, como la poesía, puede estar en cualquier lugar, como los dioses.

Ahora bien, mientras esa fotografía exista, o mientras no obtengamos una mejor, porque nada nos sacia, lo que nos queda por hacer a quienes leemos el mundo y luego lo escribimos es leer toda la poesía posible, alternándola con artículos y tesis de científicos que también escriben el mundo o, puesto en otras palabras, nos muestran cómo está escrito. Y, dicho de otro modo, hay que leer todo lo probable, antes de que se convierta en imposible. Ahora que pudimos fotografiar un agujero negro, algo que poco a poco consume todo lo que conocemos, lo mejor que podemos hacer es aprovechar el tiempo, antes de que esa fotografía, mientras la observamos, nos absorba para siempre y nos haga olvidar de lo que éramos, además de que nos haga creer que estábamos equivocados. Ya tarde, como suele suceder con los descubrimientos más trascendentales de la humanidad. Uno de ellos, qué somos.


Photo Credits: ParkerNow ©

Hey you,
¿nos brindas un café?