Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!
Trump Casa blanca

El mundo según Trump

Trump es el nuevo Presidente de Estados Unidos. Tras unos meses que muchos hubieran querido extender al infinito, Obama y Michelle salieron de la Casa Blanca para dejar paso a Trump y Melania, en una Washington blindada y en medio de tensiones y confrontaciones. Lejos queda el recuerdo de la algarabía risueña y alegre que acompañó las tomas de la presidencia de Obama y de otros presidentes. Las estrellas del espectáculo y del mundo cultural esta vez prefirieron pisar las tarimas de los opositores.

La mayoría de los norteamericanos así como gran parte de los gobernantes de todo el mundo esperan con preocupación las decisiones que tomará el nuevo Jefe de Estado dentro y fuera del país.

En política interna el miedo es el sentimiento que acomuna a latinos, LBGT, mujeres, musulmanes, afroamericanos y todas aquellas personas que desean vivir en un mundo inclusivo en el cual las diferencias sean vistas como un factor de positivo crecimiento y no como un hándicap. Sorpresa y angustia son los sentimientos que animan a los muchos norteamericanos quienes, durante estos últimos ocho años de presidencia Obama, pensaron que Estados Unidos había finalmente dejado atrás las épocas oscuras de la discriminación racial, sexual y religiosa.

No sabemos hasta qué punto muchas de las batallas sociales de los grupos minoritarios están realmente en peligro, lo que es sin duda una realidad desde el comienzo, es que el gabinete de Trump es el menos diverso de los último decenios. La mayoría de los colaboradores que ocuparán los cargos más importantes son blancos, hombres, conservadores y multimillonarios. No hay ningún hispano entre los ministros y las dos mujeres y el único afroamericano que integran su gabinete no detienen ninguna de las carteras importantes.

Otro aspecto incontrovertible es que el entorno más cercano al Presidente está compuesto por personas como Michael Flynn, Reince Priebus y Steve Bannon, quienes no esconden sus posiciones duramente conservadoras. El nombramiento de Scott Pruitt como responsable de la Agencia para la protección del Ambiente (EPA) ha sembrado la ansiedad entre los ambientalistas y todos quienes estamos preocupados por el futuro del planeta. Pruitt, cercano a la industria del carbón, ha manifestado públicamente su escepticismo en materia de cambios climáticos.

A nivel internacional la llegada de Trump podría representar el inicio de un nuevo orden global marcado por una política nacionalista y proteccionista. Hasta el momento Trump ha saltado todas las reglas de la diplomacia enfrentando, a golpes de Twitter, problemáticas tan delicadas como las relaciones con el mundo islámico, con Taiwan, China, Corea, Rusia, la Ungaria de Viktor Orban, con América Latina y en particular México, y, dulcis in fundo, con Europa. En muchos casos, años de atenta diplomacia fueron arrasados por las 140 letras que permite un Tweet.

La posición del neo Presidente a favor del Brexit y de Theresa May era bien conocida pero la falta de tacto y educación con la cual ha agredido y criticado a la Premier alemana Angela Merckel, la Unión Europea y también la OTAN no tiene precedentes y ha logrado sembrar dudas y aprensiones entre los gobernantes de todo el mundo, atónitos frente a una actitud caracterizada por la misma delicadeza que podría tener un elefante en tienda de cristales. Los únicos que festejan esa manera despreocupada, directa y alejada de lo “políticamente correcto” de manejar la política son los grupos más reaccionarios y violentos, que toman cada día más fuerza en muchos países.

Si bien la globalización sin frenos ha sido la causa de algunos de los males que aquejan nuestras sociedades, también lo es que un regreso al proteccionismo económico y al cierre de fronteras vuelto a limitar el movimiento de las personas, difícilmente podría ser la mejor medicina para esos males. La imposibilidad de alcanzar la felicidad de celuloide que el consumismo ha transformado en necesidad, la dificultad para muchos de mantener el ritmo de una competitividad sin piedad, las profundas desigualdades sociales y económicas, son el caldo de cultivo para las rabias, envidias, amarguras que buscan culpables tan fuertemente como a mesías dispuestos a castigarlos. Rabias y miedos distorsionan las realidades y lo malo siempre es más visible de lo bueno. En Estados Unidos poco ha calado en ciertos sectores de la población una mejoría en la economía, empleo, calidad de vida, conquistas sociales que son una realidad objetiva de la era Obama.

Trump ha jurado como Presidente. De nada sirvió que obtuviera casi 3 millones de votos menos de su contrincante Hillary Clinton, ni que llegue a la Casa Blanca con una aceptación del 40 por ciento, una de las más bajas y tampoco que las manifestaciones en su contra hayan sido más grandes de las que organizaron sus partidarios.

La Casa Blanca tiene un nuevo inquilino.

Ahora no nos queda otra que esperar a ver como será realmente el mundo según Trump.


Photo Credits: KAZ Vorpal

Hey you,
¿nos brindas un café?