6:57 am
Deberías haberte levantado más temprano. Deberías haber pensado que podías equivocarte con la hora del bus. Deberías saber qué quieres hacer con tu vida ya. Deberías desayunar otra cosa que no sea cereal todos los días. Deberías saber maquillarte mejor. Deberías escribir cosas más profundas. Debería amanecer más temprano. Deberías haber luchado por tu país, cobarde. ¿Qué haces leyendo las noticias en vez de estar haciendo lo que deberías?
7:38 am
«Buenos días, Paola Vanessa.
¿No eres Paola Vanessa?»
Este es el saludo que veo cada vez que abro la app de mi banco. Normalmente, no dura más de 5 segundos, porque con solo poner mi dedo en el lector de huellas de mi teléfono, ya he accedido a mi cuenta para revisarla. Nunca me había detenido a pensar en el trasfondo filosófico de esta pregunta hasta esta mañana, un día en el que me levanté con el alma revuelta y con el tirano de los deberías más presente que nunca. ¿Acaso algún venezolano se habrá despertado hoy con las vísceras y el humor en su sitio?
La pregunta de la app se me hizo gigante y retadora. ¿Realmente soy yo quién está manejando una cuenta bancaria a esta hora o alguien más está haciendo la suplencia de mí misma?
Toco mi cabello. Siento mis rizos. Pienso que esto es lo más genuina que he sido en mucho tiempo. Aquí, cuestionando el futuro de mi país y el propio, escribiendo estás líneas, es lo más real que puedo ser, aunque no sepa si esta sea Paola Vanessa.
8:34 pm
¿Debería estar en Venezuela en este momento? Me tocó vivir el que podría ser uno de los momentos históricos más importantes de mi país a través de la pantalla de mi teléfono.
De nuevo vuelvo a escuchar la voz de este tirano del deberías en mi cabeza. Intento no permitirle que me robe la felicidad de este momento.