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michel franco

Michel Franco: Hacer cine es mucho más que contar una historia

Es reservado Michel Franco, cineasta mexicano quien, con su largometraje, Chronic, ha ganado el Premio al Mejor Guión en el Festival de Cannes del 2015.

Lo encontramos en las oficinas de Cinema Tropical, organismo que ayuda y sostiene la difusión del cine latinoamericano en Estados Unidos, y lo primero que nos llama la atención es su sencillez. Lejos de tener actitud de divo, Franco reflexiona antes de hablar y mantiene un tono de voz bajo; es evidente que se siente mucho más cómodo detrás de las cámaras que frente a ellas. Será por eso que sus películas tienen siempre espesor y profundidad y tocan temas difíciles que obligan a la introspección y la reflexión. Quizás sea también por eso que un actor tan versátil e intenso como Tim Roth haya quedado impresionado, no solamente por la película, Después de Lucía, que recibió de sus manos el Premio correspondiente a la sección Una cierta mirada de Cannes en 2012, sino por la profundidad y sensibilidad de ese director joven, de pelo rebelde y carácter esquivo.

– Allí comenzó nuestra amistad – cuenta Michel Franco – después de entregarme el Premio en el 2012, en calidad de Presidente del Jurado, me invitó a tomar unas copas. Había quedado muy impresionado al ver Después de Lucía y sentía una gran curiosidad hacia mí y hacia mi trabajo. Yo, por mi parte, me sentía muy halagado al ver el interés de uno de mis actores favoritos. Volví a verlo en su casa en Pasadena, hablamos mucho de cine, de la vida. Fueron horas y horas de reuniones durante las cuales nos conocimos en profundidad y ahora, tras trabajar juntos en la película Chronic, no pasan más de dos, tres días, sin que nos hablemos por teléfono. Entre nosotros surgió una gran amistad.

Chronic es la historia de un enfermero que cuida a personas destinadas a morir. Un tema muy denso, doloroso. La enfermedad, la muerte, la agonía, pero también la amistad, el cariño, la entrega, son sentimientos que atraviesan la cinta con poesía y crudeza al mismo tiempo. Es de esas películas que, cuando terminan, piden silencio, requieren de un tiempo de introspección para pensar y superar las emociones que mueven.

 

michel franco

 

¿Cómo surgió esa idea y cuán doloroso fue el proceso de investigación mientras escribías el guión? 

La idea nace a raíz de la larga enfermedad de mi abuela que sufrió una embolia cerebral al igual de uno de los enfermos de la película. Durante seis meses la cuidó una enfermera y yo, en mis constantes visitas a mi abuela a quien quería mucho, asistí a la interacción entre las dos. Me llamaba mucho la atención la vida peculiar de una persona quien pasa de un paciente terminal a otro, cuidándolos hasta el momento en el cual mueren. Y sí, es verdad, son temas dolorosos. Cuando conoces a un enfermo terminal es casi imposible no sentir empatía por él. La enfermedad desnuda la fragilidad del ser humano. Sin embargo creo que todos sabemos que el final de la vida va a llegar y es mejor tratar de entenderlo. Sabemos que antes o después nos tocará a todos, que enfermedad y muerte son aspectos de la vida que nos acompañan inevitablemente, así que es inútil y peor tratar de evadirlos o ignorarlos.

 

A veces trabajar con actores muy conocidos puede resultar difícil. Algunos de ellos se vuelven exigentes, imponen condiciones. Tu tenías pensado hacer una película con una enfermera y ambientada en México. Cambiaste ambas cosas para permitir a Tim Roth tener el rol de protagonista. ¿Cómo fue tu experiencia con él?

El cine es un arte colaborativo. El gran problema es encontrar a los colaboradores correctos. Yo escucho mucho al fotógrafo y a los actores y por eso mismo soy muy precavido cuando los escojo. Mi relación con Tim Roth ha sido de colaboración desde el primer momento.  Somos muy afines y, si bien a veces discutíamos, era siempre en beneficio de la película y nunca por razones de ego. En realidad cuando Roth me propuso de trabajar juntos yo todavía no había escrito el primer tratamiento. Tenía la historia en la cabeza y unos apuntes, más nada. La idea de transformar a la enfermera en un enfermero me gustó de inmediato porque hacía la historia menos obvia. Quizás lo que más me costó fue adaptarla a la realidad norteamericana que no conozco en profundidad ya que, si bien vengo muy a menudo desde que era niño, nunca viví en este país por mucho tiempo. Pero hice lo posible para entender esta realidad sin caer en clichés y en eso Tim me ayudó mucho. También platiqué mucho con enfermeros y eso me sirvió para entrar en su mundo. Hay cosas que cambiaron, por ejemplo si estuviera ambientada en México no existiría el episodio de la demanda por acoso sexual, en México eso se hubiera manejado de otra manera.

 

michel francoUna de las características de las temáticas de tus películas pareciera ser la incomunicabilidad, el silencio que de repente envuelve a unas personas impidiendo cualquier tipo de relación.

Es verdad. Me interesa mucho analizar el proceso que lleva a miembros de una familia unida, a personas que se quieren mucho, a perder la capacidad de comunicación por unos malentendidos. Los seres humanos somos muy complejos y a veces nos hacemos daño aún queriéndonos. Son aspectos de la vida, de las relaciones que me fascina investigar.

 

¿Cómo surgieron las historias de tus anteriores películas?

Todas mis películas surgen de un pretexto que extraigo de la vida real y alrededor del cual construyo la historia de ficción. Después de Lucía tiene que ver con la pérdida y el luto, vistos a través de una niña adolescente. Muestra como se descompone la relación con el padre tras la muerte de la madre. Nace de un recuerdo de mi infancia, cuando la muerte de un familiar afectó profundamente a toda la familia. Daniel y Ana también surge de una historia real que escuché y que me intrigó mucho. Son historias íntimas, casi siempre de familia. En cada film toco también otros argumentos. Por ejemplo, en Después de Lucía, hablo del acoso escolar. Considero importante que una película contenga muchos temas porque la vida es así, nunca hay un día monotemático.

 

Además de director eres productor. Tu compañía, Lucía Films, ha producido películas sumamente exitosas como Desde allá de Lorenzo Vigas que ganó el León de Oro en Venecia y 600 millas de Gabriel Ripstein, protagonizada por Tim Roth, que obtuvo el Premio Mejor Ópera Prima en el Festival de Berlín. ¿Es difícil para ti pasar del rol de productor al de director?

Cuando yo produzco mis propias películas todo es más fácil porque desde el momento en el cual escribo el guión ya sé cómo lo voy a producir y a dirigir. Como productor me limito a producir las películas de amigos muy cercanos como son Lorenzo Vigas, Gabriel Ripstein y Jorge Hernández. También estoy analizando con Tim Roth la posibilidad de producir una película dirigida por él. Mi trabajo de productor consiste en ayudarlos a expresar de la mejor manera posible su idea.

Michel Franco es una persona que deja entrever varias capas de personalidad, todas muy interesantes y diversas. Entendemos también que valora profundamente la amistad y que solamente con esas personas se abre y ahonda en esas intimidades. Seguimos hablando de cine, tema que le apasiona y al que dedica la vida entera.

 

¿Cuál es el aspecto de una película que consideras más importante?

Creo que lo más importante son la cinematografía y la esencia, el tema central de una película. El cine no es solamente un medio para contar una historia. Es mucho más que eso, es un instrumento de exploración y lo formal en lo cinematográfico es tan importante como lo que se está contando.

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