Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!
Sergio Marentes
Photo Credits: El objetivo Aldia ©

Mañana será otro día y será también hoy porque será ayer

Se dice que el tiempo se mide de distintas formas, desde las más conocidas, como lo es el sistema sexagesimal, hasta la mismísima percepción espacial, pasando por la emocional, además de la extravagante de medirlo con libros leídos. Esta última es una de las que más uso, porque casi siempre estoy de buen ánimo, casi nunca tengo afán y poco me importan los números de los relojes ajenos, porque no uso reloj. No me queda más remedio que medirlo con libros leídos. Como usted, por ejemplo, y me perdona quien sienta que le violo su privacidad y libertad, mientras usted está leyendo estas palabras hubiera ya leído cinco poemas del último libro de algún poeta venido de la mesa de saldos, o la primera y casi infinita frase del prólogo de la novela que todo el mundo está leyendo porque, dicen, es la mejor novela del siglo que recién empieza, o el primer párrafo del cuento que le da nombre el libro que nadie recomienda pero que, dentro de cincuenta años, todo el mundo querrá haber leído porque será una obra maestra, pero estuvo aquí, y está aquí todavía. La razón, si quiere la debatiremos en un espacio propicio, porque, como ven, aquí sólo hablo yo, hasta el final, que es cuando, en teoría, ustedes tendrían la palabra, pero no, porque ya estoy inmerso en otro libro, es decir, midiendo el tiempo mientras realizo una tarea cualquiera.

Disculpen. Así pasamos de un día al otro nosotros, los que nos dedicamos a este oficio de detener o multiplicar el tiempo ajeno. Y así pasamos de una cabeza a la otra, como pasamos de un pecho al otro, y de un olvido a otro nosotros, los que nos dedicamos a este oficio de distraer a otro de su realidad. No fue mi intención hacerles ganar tiempo. Disculpen.


Photo Credits: El objetivo Aldia ©

Hey you,
¿nos brindas un café?