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Alondra de la Parra

Magistral concierto cierra el CELEBRATE MEXICO NOW!

¡Gracias Alondra!

NUEVA YORK: Ni el público quería que se fuera ni ella se quería ir. Esa noche mágica, especial, en la cual Alondra de la Parra, en un atiborrado Town Hall, ha vuelto a dirigir a la Orquesta que ella misma creó hace 10 años, nos dejó a todos con el alma llena de emociones tan profundas y fuertes como sólo la música sabe transmitir.

Hermosa, con una felicidad que iluminaba todo su ser, rodeada de una orquesta que la adora, Alondra de la Parra dio lo mejor de sí. El concierto de día de los muertos que ha cerrado el festival CELEBRATE MEXICO NOW! ha sido mucho más que un concierto. Fue un himno a la amistad, a la vida y naturalmente a la música.

Rompiendo todos los esquemas de los directores de orquesta adustos, serios, alejados, Alondra de la Parra se ha dirigido al público para expresar, una y otra vez, la alegría que le producía pisar ese escenario en el cual, con los mismos músicos, dio su primer concierto la Orquesta Filarmónica de las Américas en el 2004. Ella misma creó esa Orquesta hace 10 años, en ella volcó, juntos con todos sus integrantes, pasión y energías y el dolor que representó su cierre, a causa de problemas con los sindicatos americanos, sigue siendo una herida abierta. Pero, aún sin poder seguir trabajando juntos en lo que había sido un sueño colectivo, los lazos afectivos entre los integrantes de la orquesta son hoy tan fuertes como ayer. Verlos de nuevo allí, en el Town Hall después de tantos años fue como ver un cuerpo único que había estado disperso, por alguna razón y mágicamente se recomponía. Alondra con una generosidad poco usual recordó al público que una orquesta es mucho más que unos músicos y un director, está constituida por tantas otras personas, entre ellos varios voluntarios, que hacen posible las salidas en escena.

La alegría de Alondra de la Parra y de toda la Orquesta Filarmónica de las Américas creció cuando apareció en el escenario la cantante mexicana Natalia Lafourcade, quien, con su estupenda voz, cantó piezas de sus discos “Mi alma mexicana” y “Travieso carmesí”, ambos producidos por Alondra de la Parra.

Esas viejas canciones, revisitadas con una visión actual, con orquesta y nuevos arreglos, llenaron el ambiente de la melancolía de los recuerdos, los que vivimos en primera persona y los que nos legaron padres, tíos, abuelos.

Asistentes y orquesta bajo la magistral batuta de Alondra de la Parra y bajo el hechizo de la voz de Natalia se han ido transformando en una gran familia, de esas que tienen pasados e historias compartidos. Sentimientos que asumen una importancia particular cuando ocurren en tierra extraña, allí donde la nostalgia es compañera fiel del diario vivir.

En día de muertos todos sentimos la presencia de los compositores José Pablo, Arturo Márquez, Piazzolla, Agustín Lara quienes seguramente estuvieron sentados allí, en medio del público, compartiendo las emociones, alegrías y felicidad con las cuales una radiante Alondra y una conmovida Orquesta nos envolvieron a todos.

En entrevista a ViceVersa, Alondra dijo: “La música es mi vida, es mi forma de expresarme. Es el vehículo a través del cual me comunico mejor y me acerco a los otros seres humanos. La música es rescatar lo bueno, lo puro y lo positivo. Es un poder que solamente encierran las notas. Y finalmente la música es mi mejor compañera -.

En esa noche tan especial, mientras dirigía con amor, complicidad y alegría una Orquesta que seguía arrobada sus movimientos, ella nos habló a todos de sus nostalgias, sus sueños, sus esperanzas. Cuando nos invitó a cantar “Cielito lindo”, tercera réplica y última canción de la noche, el público confió en las notas y en las letras de una pieza inmortal, sus mismas nostalgias, sus sueños y sus esperanzas.

Salimos del teatro con la complicidad de las emociones compartidas y un ¡Gracias Alondra! a flor de labios.

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