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Los populistas

Para los populistas, llamados también falsos profetas, el uso de la palabra es su mayor tesoro. No solamente los vemos en cargos políticos sino que están de moda en las presentaciones de eventos durante los cuales hablan frente al público, cuentan chistes, comparten la manera en que hicieron su negocio y venden ideas para hacerse millonarios. Otros populistas demagogos son los de las sectas. Generalmente vienen de otros países, rentan espacios en la televisión y ofrecen milagros. La solución que dan para cualquier mal es simple: basta acercarse al culto y gracias al pensamiento mágico todos serán capaces de dejar las adicciones, arrepentirse de sus “pecados”, iniciar negocios y volverse millonarios de la noche a la mañana.

El populismo es una forma de poder muy ancestral, una práctica política utilizada para manejar las masas. Los populistas que más preocupan son los que quieren el poder para dominar al pueblo. Curiosamente demagogia y democracia también derivan de la raíz griega demos, que quiere decir pueblo, pero ambas terminología presentan una diferencia significativa. El concepto de pueblo al que se refiere la democracia es el cuerpo cívico, el estado-nación, mientras que el pueblo al que hace referencia el populismo es el que las élites quieren amoldar a sus intereses para consolidar un poder personal al margen de las leyes, las instituciones y las libertades.

El populismo postula una división entre buenos y malos, en muchos casos se considera de izquierda, dice que lucha por el pueblo, ofrece acabar con la pobreza, promete cambiar los modelos establecidos que no funcionan. Los populistas saben lo que el pueblo quiere escuchar culpan de todos los males a los otros políticos y prometen resolver todo como si tuvieran una varita mágica.

En México, en etapa de elecciones, escuchamos a varios populistas peleando por el cargo, saben que prometer no empobrece. El que promete felicidad para todos, el más populista de los cuatro, se sabotea él mismo con su soberbia; cada día lanza promesas: es la versión mexicana de Hugo Chávez. Otro candidato ofrece la pensión universal para todos. En Jalisco, los del partido naranja dicen que van a refundar el estado.

En Europa, el populismo tiene un sentido racista que aviva las pasiones. Anteriormente se ensañó contra los judíos, ahora contra los musulmanes, ha proliferado debido a la migración masiva y a los hambrientos de poder.

En América Latina los populistas han dominado en muchos países, basta recordar a Eva Perón en Argentina y Hugo Chávez en Venezuela quien esperaba quedarse en el poder hasta muy viejo como su ídolo Fidel Castro. Los venezolanos ahora pagan las consecuencias de creer en un líder tan populista como Chávez quien dejó a Maduro, un Presidente sin carisma, pero, quien está apoltronado en el poder y tiene a Venezuela en bancarrota.

Hasta Lula, cuando estaba en la presidencia de Brasil, alardeaba de ser un modelo para otros países y ahora está en la cárcel.

El Presidente Trump, encabeza la lista, nuestro país, México, es su chivo expiatorio, todos los días amenaza con medidas proteccionistas y con la construcción del muro y ahora despliega militares en la frontera como si nos quisiera declarar la guerra.

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