Los ciclos vitales

Desde el pasado domingo, que por la inclinación de nuestro planeta, el Sol lanzaba sus rayos perpendicularmente sobre el Trópico de Cáncer, la luz se extiende por un período más largo cada día, en el hemisferio norte, se perciben temperaturas más elevadas y se manifiesta la estación climática del verano. En el sur ocurre lo contrario: oscurece más temprano, baja la temperatura y se expresa la temporada de invierno. Este fenómeno, conocido como solsticio, se repite cada seis meses, pero en sentido inverso, el Sol aparecerá entonces en el Trópico de Capricornio, propiciando el verano meridional y el invierno septentrional.

Los cambios que se suceden regularmente siguen un patrón similar año tras año, conformando un ciclo rítmico, que ofrece ese recorrido continuo de la Tierra alrededor del Sol, Estrella Central. Similar a ese ciclo anual se produce también otro mucho más reducido en tiempo; es el giro del planeta sobre su propio eje (movimiento de rotación), que se produce en un lapso de 24 horas (un día). Así, se crea una correspondencia entre el día y el año. El solsticio de invierno se asemeja a la medianoche, la aurora a la primavera, el verano al mediodía y el otoño al crepúsculo.

También sucede algo parecido con el movimiento de la Luna en torno a nuestro planeta, y en relación con el Sol. Desde su ubicación en la misma longitud zodiacal hasta la siguiente, transcurren algo más de 29 días, constituyendo un ciclo completo (sinódico), equivalente a un mes, que comprende las cuatro fases que le son características, con una duración aproximada de una semana cada una.

Cada fase lunar corresponde al patrón cíclico de cada una de las cuatro estaciones o de cada una de las cuatro sextas partes del día; así, la Luna Nueva es similar al invierno y a la medianoche (máxima oscuridad); Cuarto Creciente es equivalente a la primavera y al alba; el Plenilunio se asemeja al verano y al mediodía (máxima luminosidad) y el Cuarto Menguante, se parece al otoño y al ocaso. En definitiva, la regularidad y precisión matemática del movimiento de los astros en el cielo, da lugar al establecimiento de los ciclos temporales, que son –a su vez- ciclos vitales.

En esta última semana de junio dos de estos ciclos tienden a sincronizarse, pues el Sol se mantiene en la cúspide de su desarrollo, exponiendo mayor cantidad de luz diurna en el norte, mientras la Luna, en su fase creciente, va aumentando día a día su presencia y el reflejo nocturno de la luz solar. Tiempo que simboliza la claridad y la iluminación, la difusión de ideas y de proyectos, la exhibición de aquello que se mantenía oculto. Entramos en sincronía con la manifestación de logros y resultados.

El impulsivo, agresivo y fogoso planeta Marte, modifica su posición en el firmamento, al salir del parlanchín Géminis y sumergirse en las marinas aguas de Cáncer. A partir del miércoles 24, mientras los pobladores de la costa invocan a San Juan Bautista, a ritmo de tambor, en una de las añejas costumbres populares que rendían culto al dios Sol, el astro rojo canaliza su energía combativa hacia las vivencias emocionales, tradicionales o familiares, con sabor a Patria, propios del signo del Cangrejo. La luz, el calor, el fuego y la vitalidad, característicos de esta época, se vuelven pasión que emerge desde las entrañas.

LOS EVENTOS ASTRALES MÁS SIGNIFICATIVOS DE LA SEMANA (22 al 28 de junio 2015)

Horario Costa Este América (- 04:00 GMT). astrologuia.wordpress.com

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