Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!
Gleiber Alvarez
Photo Credits: Quinn Dombrowski ©

Los campos semánticos

Cuando escucho que los monolingües disciernen sobre hablar un idioma de forma perfecta lo primero que me viene es la frase de Wittgenstein: “No busques el significado sino el uso”. En efecto, nadie puede hablar un idioma perfectamente porque eso significa conocer todas las voces que constituyen una lengua. Es decir, tener un lenguaje cuyo domino incluso sobrepasa el ámbito especulativo propugnado por la gramática generativa.

Y como mi memoria carece de un alcance ostensible para hacer uso de “todas” las palabras del Conocimiento al que tengo acceso en el español, generalmente recurro a las variantes lexicográficas que me permitan ampliar las posibilidades semánticas de los textos que redacto asincrónicamente. De esta manera un solo cuento de menos de diez páginas puede llegar a tener hasta cinco cartapacios en los que predominan hojas completas de sinónimos en diferentes grados y dudas presentes en los campos pertinentes al contexto en el que transcurre el cuento.

Esta costumbre comenzó en mi adolescencia y es inseparable de mis actividades escriturales. Todavía conservo legajos sobre las más diversas dudas e intereses en ramas tan distantes como la eugenesia y las hipótesis de la materia condensada; legajos de los cuales no me deshago porque en el momento menos esperado están ahí para solventar angustias que van desde la simple sinonimia hasta las preguntas que comprometen opiniones.

Mi español es fluido; pero ocurre que no dispongo de todos los sinónimos como para prescindir de los diccionarios. Por eso es que se acumulan las carpetas. Y no, no es una obsesión; más bien se trata de orden, sumo interés y de una mente activa que acaso trabaja como lo hacía la de Poincaré.

Precisamente porque mi lenguaje no es perfecto, es que cometo faltas gramaticales y de estilo que son motivo de sorna en otras latitudes. Así pasa para todos; quizá no ahora mismo, pero sí en algún momento venturo.

Desplegar los campos semánticos de un corpus supone más que meros sinónimos, puesto que los mismos no pueden reducirse a la sinonimia, según como los entiendo, ya que también están los metalenguajes y todo aquello que contradice la información recopilada en una carpeta, etc. Aún los contemplo como un juego entre conjuntos, matrices y otras cosas más.


Photo Credits: Quinn Dombrowski ©

Hey you,
¿nos brindas un café?