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Lo violento de la debilidad

La conciencia grita lo que el silencio otorga
Los dientes rechinan triturando las palabras
La mandíbula se pone tensa
La espalda se arquea
La conciencia empieza a doler en la mitad de la cabeza
Mientras la otra mitad se entumece,
Sufro una parálisis
Las buenas intenciones están heridas de muerte
Lo más doloroso es que agonizan siendo intenciones.
Se traga profundamente lo vacío,
Como si fuera un todo
La saliva tiene un sabor amargo
Aparece la indigestión
¿Qué era lo que yo era?
¿Qué era lo que quería?
¿Qué era lo que creía?

Las palabras que no se dicen no tienen más a donde ir
Y se retuercen en las entrañas,
Las negativas frustradas vuelven al origen,
Resentidas,
como abortos.

Me acomodo en mi silla
Y me pongo el cinturón de seguridad.
Volar nunca fue tan seguro,
Hay ciudades que se ven como incendios desde un avión.
Subsisto,
Pero eso no es una excusa para padecer esta horrorosa indiferencia.

Duermen las convicciones,
Mientras bailo con mis zapatos rojos un ritmo frenético,
No es cierto que los perros bailen por la plata
Los humanos sí.
No quiero. Pero asiento. El contrato está firmado.
Sufro de una debilidad bastante agresiva.
Hago parte de la media, de los moderados, de los mediocres.
Por favor, suplico sin que lo escuches,
No te decepciones de mi tanto como yo lo estoy.


Photo Credits: ansilta grizas

 

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