Hace unos 30 años, El Presidente de Venezuela Nicolás Maduro pasó un tiempo estudiando el marxismo-leninismo en Cuba. Incluso fue chofer de Metrobus. “Ni en su casa lo conocían” decimos en México, hasta que Hugo Chávez lo nombró Ministro de Relaciones Exteriores y ganó su confianza. Su guía espiritual fue Sai Baba, incluso peregrinó al ashram en la India sin que le importaran las acusaciones de pedofilia y corrupción que enfrentó el famoso Gurú.
Si lo observan podrán ver que utilizaba símbolos; el saludo a la usanza india, las manos juntas frente al rostro, la túnica naranja y la convicción de que una fuerza superior lo protegía. ¿Recuerdan lo del pajarito que le hablaba? Chávez estaba muy enfermo, cuando Maduro quiso tomar la personalidad de su mentor y dijo convencido: “¡Yo soy Chávez!”. Ahora el aura religiosa se ha esfumado. Después del fallecimiento de Chávez se ha enfermado de poder, Venezuela se convirtió en una dictadura, el pueblo está hundido en la pobreza, soporta una inflación que se disparó a un millón por ciento, y quienes detienen el poder están divididos en varios grupos: unos manejan las empresas públicas, otros tienen vínculos con el narco y los demás continúan en cargos públicos. La mayoría de los venezolanos ya salió del país. Quienes tenían familiares en Estados Unidos, España, México, y otros países, se reunieron con ellos, mientras que otros miles deambulan por las calles de Colombia y otras naciones andinas, sin encontrar trabajo.
En cuanto a la milicia si antes tenían unos 70 generales, actualmente cuentan con 1.200, muchos más que la OTAN. Los militares de rangos bajos ganan muy poco y viven atemorizados por el espionaje cubano.
La producción petrolera bajó considerablemente y si no se recupera es de esperarse un estallido social de grandes proporciones. Chávez, acabó con la gallina de los huevos de oro, cuando despidió a 17.500 profesionales y técnicos de la empresa petrolera y subsidió con petróleo a los países del Caribe afines al régimen. Luego, enfermo de poder, expropió y nacionalizó1.400 empresas extranjeras.
En otro momento Estados Unidos, por vías diplomáticas y a través de las organizaciones regionales, ya hubiera propiciado un cambio en Venezuela, pero, el Presidente Trump no solamente está igualmente enfermo de poder sino que además odia a los latinos así que esa ayuda por ahora parece imposible. Venezuela se quedó sola.
La caída de los precios del petróleo en 2015 afectó a México y Venezuela. El petróleo venezolano pasó de 95 dólares por barril a 30 dólares y la mezcla mexicana de 90 a 28.9 dólares. Ambos países son los mayores productores de la región latinoamericana así que la caída de los precios, afectó de manera brutal sus ingresos. En el caso de México, los ajustes al gasto público afectaron severamente su economía. Para defender el peso de la volatilidad financiera y el alza de tasas de la Fed salieron de las reservas internacionales más de 24 mil 700 millones de dólares. Pese a los ajustes, la economía es considerada como una excepción ante el actual entorno internacional en materia de inflación. México tiene más fortalezas que Venezuela, gracias a la industria, la agricultura y las exportaciones dirigidas a Estados Unidos, economía que se encuentra en expansión. Importantes también las remesas que envían los mexicanos en el exterior son la segunda fuente de divisas.
El Presidente electo AMLO hizo muchas promesas en campaña, ofreció un país en abundancia y sin violencia, pero, ¡qué paradoja!, acaba de declarar que le dejaron un país en bancarrota. Así se cura en salud y, si no cumple sus promesas, dará la culpa al gobierno saliente. No bajará el precio de la gasolina como prometió en campaña, pero, contempla una inversión de 6 mil millones de dólares para construir dos refinerías en Tabasco y Campeche, a pesar de que no es productivo, a estas alturas, construir refinerías ya que el resto del mundo invierte cada día más en la producción de energías limpias como medida para contrarrestar el calentamiento global con todas las consecuencias que ya estamos experimentando en el planeta.