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arturo serna
Photo Credits: dschmieding ©

Lo indecible y lo real

La pregunta primera es la que está ligada a lo indecible. ¿La experiencia, el mundo, es indecible? Si la respuesta es sí tenemos una metafísica de lo indecible. Si la respuesta es no se trata de una filosofía realista, una filosofía de la confianza, basada en la convicción de que hay conexión directa entre el lenguaje y la realidad.

Pobres aquellos místicos que se arrogan el saber de la incomunicabilidad del lenguaje con las cosas. Una bruma ufana rodea a esos místicos. Admito que es seductora la idea de lo indecible: contribuye con la mirada metafísica, vertical, de la poesía.

Por otra parte, los realistas abusan de su ingenuidad. Materialistas orgullosos de la ciencia y de las certezas, abogan por lo concreto y por el poder de la palabra para decir la verdad.

Yo me muevo como un pez tímido en el agua de las dos posiciones, aunque a veces estoy más cerca de los que creen que el lenguaje puede tocar la nuez de lo real.

¿Qué promueve que uno sea realista o místico? ¿Será solo una cuestión sentimental? La respuesta a esta pregunta condiciona la respuesta a la pregunta sobre si el mundo es indecible o no.


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