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Le tengo miedo al Internet

CARACAS: Qué difícil es vivir en la era digital.

Yo sé, yo sé. Estoy loca.

¿Cómo se me ocurre?

¿Cómo va a ser difícil si todo está a nuestro alcance? ¡Qué fácil!

Puedo pedir pizzas sin llamar a ninguna parte, puedo hablar con mis amigos que la mayoría vive fuera del país o está a punto de mudarse, hay Facebook, Instagram, Twitter, Snapchat, Tumblr, Reddit, Skype, Dropbox, YouTube. Todo está a un clic. Qué bueno, ¿no?

Mmmm, últimamente estoy perdiéndole la fe a la humanidad y me atreveré a decir que no. No voy a dedicarme a decir que deberíamos guardar los celulares y empezar a vernos a los ojos porque ya hay demasiados posts así regados por el ciberespacio. Sin embargo, qué miedo me da el hecho de que mi información personal esté por ahí a manos de quién sabe quién, y que la usarán para Dios sabe qué.

Mi última experiencia con esto es que me llega un newsletter sobre las cosas que pasan en la parroquia El Cafetal o emails que tienen en su titular “CARLOTA ELENA, ¿ya sabes lo que es el desmadre económico?” o “CARLOTA ELENA, tú puedes ayudar a auditar el registro electoral”. Miren, de verdad no me interesa estar suscrita a “La fuerza está en la unión”. Nadie está unido en este país, señor@ persona que usó mis datos del CNE para suscribirme a sus emails alarmistas que parecen del 2002 y la Plaza La Meritocracia. Ensériense.

Pero algo en lo que sí estamos unidos es que estamos tan desesperados de entretenimiento para no darnos cuenta (afrontar? Negar?) de la miseria a la que día a día vamos sucumbiendo que un error entre dos estudiantes explotó el país y sus medios de comunicación. Decir que el revuelo fue excedido es subestimar la capacidad del venezolano para que todo lo haga un chiste y buscar humor hasta en el más mínimo detalle, sin prestar atención a quién afecte. Somos todos unas Misses, preferimos pedir perdón a pedir permiso.

Qué difícil es vivir en la era digital cuando se es víctima de lo que ahora se llama cyberbullying o acoso online. En su charla TED, Mónica Lewinsky los llama “masa de tira piedras”, y es un término tan acertado para lo que ocurrió en estos días en las redes sociales de Venezuela que lo único que le faltó a Lewinsky fue mencionar los nombres de las personas en su charla como un caso de estudio apartando el de ella.

Qué fácil es esconderse detrás de una computadora o un dispositivo móvil y acusar apuntando a todas partes sin tomar un tiempo para pensar que lo que se volvió viral es algo que ocurre todos los días en todas las universidades (porque es así) y que bueno, fue mala suerte. A ellos los grabaron. A las otras personas no. Fue un mal momento en un mal día. Los astros estaban alineados para que eso sucediera. Llámenlo como quieran.

Sí, fue un error. Sin embargo, creo que más error es el de todos los “tira piedras” que generaron un revuelo innecesario. Más error es que lo colocaran en YouTube. Más error es el hecho que los medios de comunicación tomaron lo ocurrido como si fuese un hecho noticioso. Más error es poner fotos de los involucrados en sus páginas web como si a nadie le doliera. Más error es que ciertos lugares lo utilizaran como publicidad. Durante el transcurso de esta semana los errores cometidos por los demás sobrepasan en creces lo que pasó.

Me he cansado de leer historias de adolescentes estadounidenses que son víctimas del cyberbullying y creo que nunca lo había entendido tan claro hasta que vi que “UCAB” y “Vigilante” eran trending topics en Twitter. A la gente sí que le gusta hablar estupideces.

Le tengo miedo a la era digital porque uno no puede tapar el sol con un dedo y lo que está en la nube está en la nube. Yo pongo mi nombre en Google y salen todas mis cuentas en redes sociales. Le doy a imágenes y no solo salen fotos mías sino de mis amigos.

¿Hasta cuándo lo que es mío, es mío?

Esto no lo escribí para decir que voy a volverme ermitaña y me voy a ir a vivir debajo de una piedra. Solo me da mucho miedo el alcance de nuestras acciones y la información que anda por ahí.


Photo Credits: Dennis Skley

 

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