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Azucena Mecalco

La transmutación literaria: La ficción y el periodismo

La escritura es el arte de transmutar los pensamientos en ideas materiales. Es gracias a la escritura que los esquemas de comunicación, no solamente han avanzado, sino que se han transformado permitiéndole al hombre evolucionar en términos de acumulación de conocimiento. La escritura, en sus diferentes vertientes, ya sea periodística, literaria o científica, está irremediablemente unida a la historia y con ella ha establecido una relación intrínseca, en la que se alimentan mutuamente para continuar modificando, creando o acumulando el pensamiento de cada época.

La escritura es también el vínculo entre el pensamiento y el autor. Es la que ayuda a que éste comunique al mundo sus más profundos pensamientos, el acontecer cotidiano o los avances científicos. Cada obra literaria, por lo tanto, cuenta con diferentes niveles de profundidad, de interpretación, de análisis y claro con diferentes tiempos. Todos los niveles dependen directamente de las perspectivas del autor, el lector y la época real en la que se redacta un texto.

Si pudiéramos visualizarlo en un esquema sería algo así:

 

 

Aunque una espiral bastaría para representar este proceso, resultaría un tanto más abstracta. La literatura, que es la parte pasional de la escritura, tal como la física es la parte romántica de la ciencia, cuenta con dos tipos de niveles: conceptual y perceptual. Sin embargo, existen otras formas o mejor dicho, estilos de escritura, como el periodístico.

A diferencia del estilo literario, en el que se lleva a cabo un proceso de comunicación en tres niveles, (interpretar el mundo exterior o la realidad, interpretar nuestra propia interpretación –introspección- y ponerlo en forma tangible para que nuestra reinterpretación sea captada por el lector), el estilo periodístico, no intenta establecer comunicación, sino brindar información. Mientras que la literatura forja emociones, el periodismo plasma hechos.

Pero, incluso el periodismo ha evolucionado desde sus inicios hasta la actualidad. Aunque en términos conceptuales, la evolución se asocia con el avance, lo cierto es que cualquier tipo de cambio que surge en un ámbito determinado se llama ni más ni menos que evolución. En el caso del periodismo, la evolución lo ha conducido por el camino de la comodidad y la adaptación dejando de lado, casi por completo, la parte que hacía investigar al periodista. La curiosidad, agilidad y capacidad de síntesis han sido reemplazadas en el mundo moderno por las nuevas tecnologías; que si bien resultan funcionales y complementarias, merman la capacidad periodística de aquellos que pretenden transmitir de forma objetiva los hechos, la noticia o el acontecer cotidiano, sin tener en cuenta que con el sólo hecho de narrarlo con sus palabras le restan objetividad a aquello que describen.

Por otra parte, los géneros tanto en literatura como en periodismo se contraponen, mas, resultaría sencillo encontrar dentro de cada uno el equivalente del otro. En un esquema superficial de análisis, teniendo en cuenta las características de cada género, diré que el épico de la literatura se parece a la crónica, puesto que ambas narran de manera profunda y siguiendo el orden de los hechos, las aventuras de un “héroe”. Los géneros de opinión, por su evidente subjetividad, se parecen a la lírica, en éste caso, el ensayo, se asemeja a la columna.

Los géneros literarios y periodísticos, son sin duda diferentes; pero, para lograr la transmisión eficiente de un mensaje, ambos utilizan las funciones del lenguaje.

El periodismo y la literatura, son como las personas, semejantes, pero diferentes en su forma de estructurar la interpretación del mundo.

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