Gone Girl se estrenó el 3 de octubre con críticas fabulosas alabando a su elenco, liderado por Ben Affleck y Rosamund Pike y dirigido por uno de mis favoritos, David Fincher. Tenía por lo menos dos semanas leyendo cuanto artículo se me pasara por en frente sobre la película antes de su estreno. Mientras pasa el tiempo me vuelvo más ansiosa y más triste porque seguro llega acá el año que viene.
Sin embargo, todo el revuelo que ha generado Gone Girl me puso a pensar. Ésta es una de esas películas en dónde la autora del libro fue la guionista de la película también (y aparentemente tuvo que pelear por eso). Como el libro fue tan exitoso había muchísima presión sobre lo buena que tenía que ser la película; si iban a poner todo lo importante, si todos los personajes quedarían en el guión final, si el director mantendría la esencia del libro en la película, y como eso, miles de cosas más. Hoy escribo esto para decirle al mundo que esto tiene que parar.
A mí me encanta leer. Me encanta ver las películas que son adaptaciones de mis libros favoritos. Las puedo ver una y otra vez hasta que ya me las sepa de memoria y les tenga lealtad eterna a mis personajes favoritos. Lo que no me encanta es el escrutinio por el que pasan estas películas cuando no encajan dentro del esquema de lo que el público se imaginó sobre cómo debería ser la película. Ya sea porque quieren que TODO esté en la película o porque los actores no cuadran o lo que sea. ¡Esto no tiene sentido!
Yo fui parte de la locura de Harry Potter y recuerdo que pasé horas de mi vida analizando las películas parte por parte hasta el punto que ya ni me importó. Las fui a ver todas al cine y lloré infinito con las dos últimas. Y por eso vengo a decirles algo hoy. Les quiero presentar un mantra que llevo tiempo aplicando y me ha ayudado a disfrutar las películas que son adaptaciones de libros. Antes de entrar a una sala donde verán una adaptación de un libro que aman, respiren profundo y digan: “La película siempre será diferente al libro”. Repetir cuántas veces sea necesario: se van a sentir mejor. Se lo prometo.
Hollywood está pasando por un período de falta de creatividad inmenso. La mayoría de las películas son de superhéroes, libros reciclados de la misma historia de Nicholas Sparks con diferentes actores, y franquicias de “adulto joven” que van a dividir los libros cuantas veces quieran para que les sea más lucrativo y no porque quieran darle a la audiencia todo el libro en película. Nota: esto no significa que no estoy llorando de la felicidad por las últimas dos películas de The Hunger Games. No puedo manejar mi emoción y puede que llore cuando las vea.
Mi punto es que quiero que disfruten las películas como les vienen. Es una experiencia ir al cine, ¿para qué ir a quejarse cuando estás viendo la visión de alguien sobre un libro que amas? No va a ser posible que la película sea exactamente como te la imaginaste. No importa quiénes son Christian Grey y Edward Cullen porque apenas vean las películas no van a creer cómo dudaron. Vean la película sin compararla al libro y sus vidas serán felices. Se sorprenderán.