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mariza bafile

La importancia de un voto

Estamos a horas de una votación que no solamente determinará el destino de Estados Unidos, sino tendrá una gran influencia en el resto del mundo. Muchas de las grandes problemáticas internacionales están en juego y sabemos que buena parte de nuestros lectores tiene el privilegio y la responsabilidad de participar con su voto.

Mañana culminará una de las campañas presidenciales norteamericanas más anómalas y más duras. Las vidas privadas, los secretos más íntimos de ambos candidatos han sido desnudados con crudeza y cualquier debilidad ha sido motivo de ataques feroces, recordándonos, si alguna vez lo olvidamos, la esencia más primitiva del ser humano. Hemos transformado en palabras las garras y los dientes de los animales, pero la lucha es igualmente implacable.

Lejos están los tiempos en los cuales la fuerza arrastradora del Yes we can transformó una campaña presidencial en una fiesta de optimismo, en el sueño de una América sin racismo, antimilitarista y proyectada hacia el futuro. La realidad del día a día en el Despacho Oval enfrentó al Presidente Obama con decisiones difíciles que exigían una mediación, muchas veces amarga, entre lo que hubiera deseado y lo que podía obtener.

Su experiencia demuestra lo importante que es tener al timón de un país tan grande, complejo y con un peso enorme en la política internacional, como Estados Unidos, a una persona que conozca el manejo de la diplomacia, el peso de una palabra o la importancia de un silencio, que haya sentido sobre sus hombros la responsabilidad de tener que tomar decisiones difíciles, a veces dolorosas y quizás criticables, pero de las cuales no se puede escapar. 

Lamentablemente pareciera que para muchos esa experiencia, el pasado político con todos los errores inevitables que conlleva el hecho de hacer, son considerados un pecado mortal. Ese sector del electorado, aquí como en otros lugares del mundo, quiere milagros sin tomar en cuenta que los pueden prometer solamente quienes nunca, o muy poco, han estado en política. Son los populistas de nuestros días quienes saben dirigir rabias e insatisfacciones hacia objetivos específicos, y gritan consignas vacías de significado pero capaces de canalizar esperanzas.

Hoy, cuando una mujer por primera vez podría llegar a la Casa Blanca, hubiéramos querido asistir al mismo entusiasmo que acompañó el recorrido del primer afroamericano. Pero la historia es distinta. El racismo, el machismo, tanto en Estados Unidos como en Europa, siguen fuertemente arraigados en sectores de la población que a sus propios miedos y debilidades responden con el odio y la violencia grupal.

Trump representa la América que no queremos. Su machismo es humillante para cualquier mujer que se respete, su violencia verbal, su racismo hacia las minorías, su intolerancia religiosa, su mentalidad reaccionaria, ponen a dura prueba muchas de las conquistas sociales de las que se jacta este país, entre ellas el matrimonio gay y el aborto. Peligraría el difícil y lento camino hacia los acuerdos sobre el clima y nos olvidaríamos de cualquier limitación a la venta de armas. El capitalismo salvaje que representa ahondaría las diferencias entre el pequeño porcentajes de súper ricos y el resto de la población y evaporarían las esperanzas de mejoras en la clase media. Es importante reflexionar mucho sobre estos temas para entender que estas elecciones pueden ser cruciales para el futuro de todos y que no es momento para el voto de protesta.

Los sondeos muestran un margen muy limitado de diferencia entre un candidato y otro. Eso significa que cada voto tiene una importancia determinante. Tu voto es importante.

En nuestra comunidad, hay personas que emigraron con los mismos sueños y esperanzas que acompañan el viaje de cualquier emigrante y que, sin embargo, quisieran olvidar un pasado de grandes sacrificios en aras de un presente de bienestar y ciudadanía. Pero deberían entender que el olvido no cancela lo andado.

También hay otros, la mayoría, que no quiere olvidar y recuerda con orgullo su pasado y sus raíces. Los latinoamericanos son un grande motor de desarrollo en este país y es importante decirlo en voz bien alta.

Es la razón por la que existe ViceVersa Magazine. Semana tras semana, mostramos cuán determinante es el aporte de nuestra gente para el crecimiento intelectual, científico, académico de Estados Unidos y dejamos que aflore el talento que se esconde entre los pliegues de los muchos problemas que aquejan nuestros países. Esa misión que asumimos con orgullo y con pasión, hoy aparece aún más importante porque lo que ha mostrado esta campaña presidencial, gane el que gane, es que existe una América que no nos conoce, que no sabe quienes somos ni lo que hacemos, que nos juzga en base a clichés superficiales y errados.

Hace dos semanas lanzamos un Kickstarter para recaudar fondos que nos ayuden a desarrollar nuevos proyectos en línea con ese propósito.

Muchos amigos nos han mostrado su cariño y solidaridad y gracias a su ayuda hemos alcanzado el 57 por ciento de la cifra propuesta. Nos quedan otras dos semanas para alcanzar la totalidad de nuestra meta.

Les estamos sumamente agradecidos y esperamos que en los próximos días se sumen muchos más porque ViceVersa Magazine somos todos.


Photo Credits: Rich Girard

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