La Certeza Metafísica

La saturación de textos e imágenes produce un presente que desconoce nuestra propia contemporaneidad. En el constante fluir de datos anónimos, lo líquido adquiere una dimensión de sorpresas desbordadas, inaccesibles. Nuestro tiempo ignora la brecha cada vez más tenue entre lo real y lo artificial. A pesar de todas las promesas hechas por la ciencia, las redes de información, la publicidad, los mass media y el mercado, el ser contemporáneo parece estar condenado a la reducción de su pensamiento crítico, la soledad y la muerte de su subjetividad. La protección técnica remplaza a la certeza metafísica.

Surge, entonces, la necesidad imperiosa del regreso de los dioses, la maquinaria perfecta de rock and roll. AC/DC presenta el estruendo implacable que te conecta con la vida misma y con lo real. La obra de Abdul Vas se dirige fielmente hacia esos derroteros reflejando la contundencia de su fuerza estética y recordándonos, con alguna de sus obras, un tiempo donde cientos de miles de personas se entregaban a la magia.

Cada presentación de información digital, cada producción de imagen digital y su posterior divulgación es, al mismo tiempo, un acto de auto visualización. En un mundo de auto producción de contenidos y auto modelación acelerada, “las almas virtuales” que fabrica cada individuo para sus diversas plataformas de visibilidad se multiplican exponencialmente. Las compañías (todas con el mismo modelo que consiste en no trasmitir su propio mensaje sino el mensaje de los demás) que sepan y puedan manejar la mayor cantidad de datos y desarrollar los algoritmos más potentes y sofisticados, son aquellas que determinarán los límites y el sentido de lo “real” donde todos debemos interactuar. Este mundo de confinamiento y virtualidad exacerbada, es totalmente opuesto a la libertad esencial del espíritu del rock and roll, inmerso como está en esta avalancha de conjunciones inimaginables y vítores banales.

Acaso el derroche psicológico del algoritmo que determina “lo real” quede desactivado o mejor sobre-dimensionado, al entregarnos a estéticas que no buscan regodearse en conceptos vacíos. La forma en que el artista Abdul Vas reúne elementos individuales, desde todos sus intereses estéticos, para ensalzar la grandeza de la banda de rock más importante del planeta es un camino de reconciliación con la fuerza de lo auténtico. La puesta en escena queda abierta para que lo poético y la admiración guíen nuestra experiencia, permitiéndonos tomar distancia, invitándonos a una entrega sin límites, a una experiencia corpórea y llena de significaciones potentes a través de pinturas en las cuales se escuchan los liberadores de temas de AC/DC. La capacidad de dejar fluir las narrativas psicológicas de las “almas virtuales” y las jerarquías en la auto – adulación es una de las propuestas más relevantes de  su trabajo.